viernes, 12 de junio de 2015

DISERTACIONES: VIVIR O SOBREVIVIR

La vida no sólo se trata de mantenerse a salvo…

En el sentido más amplio, la vida se define como la propiedad o cualidad esencial de los animales y las plantas, por la cual evolucionan, se adaptan al medio, se desarrollan, se reproducen y mueren. ¿Les parece que esta acepción se asemeja a su proyecto vital? o ¿Esperan algo más?

Al parecer en los animales no humanos y en las plantas, este ciclo se cumple al pie de letra, la naturaleza hace lo suyo y si observamos a los seres vivos con quienes compartimos el planeta no podemos más que asombrarnos, ¿han visto lo increíble que es la metamorfosis de las orugas o la magia que hacen las plantas para producirnos frutos comestibles de sabor único o a una mamá ave criando a sus crías hasta acompañarlos en su primer vuelo? Nunca dejaré de sorprenderme… pero curiosamente también me causa asombro y no precisamente positivo, cuando conozco a alguna persona que tiene como proyecto de vida el mismo que una planta.

Me parece que los seres humanos tenemos la fortuna de tener un plus en nuestro contenido, no tengo la certeza de cuál es el término adecuado para llamarlo, podría ser alma, razón, conciencia, espíritu, etc.

Es un “algo” inmaterial con lo que nacemos, que nos hace creativos, curiosos, emocionales, imaginativos, sentimentales, románticos, apasionados, místicos y definitivamente diferentes al resto de los seres vivos. Es por ese “algo” que las personas escriben poesía, se aventuran a experimentar la adrenalina de retar a sus capacidades físicas, se pueden sentir enamoradas con sólo una mirada, anteponen el bienestar del otro al propio, sienten mariposas en el estómago, etc.

Sin embargo, por ahí circula un alto porcentaje de personas que tienen la aspiración de pasar por la vida sin dejar rastro; que han hecho que su esencia sea tan gris que en ocasiones hasta cuesta trabajo recordarlas; que su objetivo en la vida es materialmente estar a salvo; pasar por esta experiencia espacio/temporal de la manera más segura posible y que han hecho de su rutina un dogma.

No es tan difícil identificarlas, son aquellas que andan por la vida preguntando ¿qué se siente? refiriéndose por supuesto a la anécdota vivida por el interrogado. Por ejemplo, son los observadores eternos que se instalan frente a un juego mecánico y les preguntan a las personas que se acaban de bajar ¿qué tal?, ¿se siente feo?, ¿te dio miedo?

O que cuando ven un alimento que no les resulta familiar en lugar de probarlo se limitan a preguntar ¿a qué sabe?, ¿pica?, ¿esta dulce?, ¿te dio asco?, generalmente no se aventuran a experiencias que no les resultan conocidas o que impliquen algún riesgo. Y peor aún, no se relacionan con personas que no les sean afines, que tengan gustos diferentes a los suyos y si lo llegan a hacer, les atribuyen adjetivos calificativos como loco, inconsciente, imprudente, etc.

Tampoco se trata de andarse jugando la vida tomándose los perfumes o practicando buceo sin saber nadar, pero sí de “alimentar el alma”, es decir, de someter a nuestros sentidos a sensaciones nuevas; a buscar paisajes que nunca hayamos visto; comer algo que no hemos probado sin que nos importe su aspecto; obligar a nuestro estómago a sentir emociones nuevas; poner la rutina en un cajón y salir de nuestra zona de confort.

Definitivamente la mejor forma de adquirir conocimiento es a través del método científico, además de los datos que entran de manera abstracta a la razón, nuestro acervo sólo puede alimentarse a través de los cinco sentidos, que son el contacto directo con el mundo que nos rodea, nos permiten asimilar datos que ya procesados se convertirán en experiencias y luego en información.

Si te vuelves devoto practicante de “alimentar el alma”, de pronto te sorprenderás con todo lo que sabes y de lo maravilloso que es compartir experiencias con aventureros como tú, no necesariamente tienes que volverte adicto al pulque de zapote negro o al canto de los murciélagos, ni aventarte de todas las azoteas que encuentres, pero no te niegues a las experiencias nuevas, date al menos una oportunidad.

La vida no se trata de estar cómodos sino de estar vivos. No pregunten que se siente, EXPERIMÉNTELO.


  PD. Solecito coma frutas y verduras en oferta. Su dije de infinito le va muy bien, aunque un escudo del América iría más con su personalidad.

Escrito por: Lu Co

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