lunes, 29 de mayo de 2017

Adopta un huérfano

Esta es la historia de un pequeño huérfano cuya supervivencia fue puesta a prueba hasta que el destino, la vida y la naturaleza comprobaron que no podían deshacerse de él tan fácilmente…

Lo conocí como a cualquier otro de mis vecinos, nos cruzábamos en las escaleras del edificio en el que vivo cada que salía y volvía a casa, pero al igual que al resto nunca le preste suficiente atención; la primera vez que lo vi era muy pequeño, mi vecina de enfrente, quien supuse que era su tutora se hacía cargo de él, lo alimentaba, aseaba y proveía, probablemente si la vida no le hubiera jugado chueco al pobre huérfano, jamás habría tenido contacto alguno con él.

Seguramente todos hemos escuchado e inclusive sido testigos que en la naturaleza la balanza de la supervivencia siempre se inclinará a favor del más fuerte, para ser sincera no sé cuantas veces Filemón habrá sido puesto a prueba, pero en definitiva creo que la más difícil de superar fue cuando su tutora fue premiada por el destino al otorgarle el mejor regalo que la vida puede dar, ser madre.

Cuando su embarazo se vio complicado tomó la decisión de marcharse a casa de sus padres para recibir los cuidados necesarios y toda la ayuda posible, y como suele suceder en los cuentos, pensó que Filemón sería una carga para ella, le dio la bendición y se marchó del edificio dejando a la pobre criatura a su suerte.

Contra toda probabilidad, el pequeño salió adelante como pudo, pese a que su condición física no era la mejor, ganó la primera batalla que la vida le puso enfrente; seguí viéndolo durante días, siempre estaba ahí, frente a la puerta, esperando a que su cuidadora volviera, pero esta jamás hizo su aparición.

Mi mamá al ser una persona de gran corazón fue la primera en percatarse del abandono del pequeño, cada que salía de casa lo saludaba sin esperar respuesta alguna y al volver lo encontraba en la misma situación, supongo que en el fondo sabía que el pobre la estaba pasando mal, por lo que un fin de semana me sugirió que lo ayudará a asearse, al ver su pobre aspecto sentí tanta pena por él que no le discutí a mi mamá.

Con todo el cuidado del mundo, le quité la tierra de encima, no se inmutó ni por un segundo al ver su espacio personal invadido, mientras lo limpiaba le hablaba con cariño sin importarme que pudiera parecer loca frente a algún otro de mis vecinos; mi mamá por su parte, sació la sed del pequeño quien seguramente no había tomado agua en días, inclusive descubrió que como ella, era otro amante de la fruta feliz (los plátanos), mismos que lo hacían brillar de alegría.

Probablemente esa fue la segunda batalla que ganó, demostró que no necesitaba a su cuidadora original, puesto que encontró dos nuevas personas dispuestas a ayudarlo. Pero la naturaleza es terca como mula y envío a su siguiente batallón para acabar con el pequeño: un viento huracanado que arrasaba con todo a su paso; ocurrió una tarde del mes de Abril, volvía de la tienda cuando encontré a Filemón desmayado en la mitad de la escalera, corrí a ayudarlo apenas lo miré, por desgracia para la naturaleza, este chiquitín era más fuerte que una roca y se repuso al poco tiempo.

Los días siguieron su curso y pudimos ser testigos del cambió radical del pequeño, la alegría regreso a él, creció sano y fuerte, pese a que nunca dijo palabra alguna, ambas nos percatamos del agradecimiento que sentía, así pues Filemón pasó a ser parte de la familia, lo cuidamos y mimamos, esperando que su tutora jamás vuelva para que no pueda quitárnoslo. E inclusive me sentí como niña nuevamente cuando jugábamos con él como en el sábado de gloria, empapándonos a nosotros y la escalera  pese al disgusto de los vecinos.

Pero Filemón no fue el único que recibió un premio del destino al encontrarse con una nueva familia, por mi parte puedo decirles que me siento agradecida por ser parte de su vida, él me permite aportar mi granito de arena a un mundo mejor, me siento sumamente satisfecha al saber que soy parte de su existencia aunque solo sea un árbol.

Así que mis queridos lectores los invito a adoptar un huérfano,  puede ser algún animalito, cuya existencia seguramente cambiarán con un poco de cariño, no hay palabras que puedan describir el agradecimiento que estos chiquitines sentirán; el mundo está lleno de seres como Filemón que necesitan de nuestros cuidados para salir adelante y ganar las batallas que se les presentan, quizá no es fácil adoptarlos y sumarlos a nuestras vidas por la responsabilidad que representa, pero por experiencia propia puedo decirles que si podemos ayudarlos y mejorar su vida, después de todo ¿quien diría que un poco de agua hace la diferencia?


Escrito por: Sue FC

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lunes, 22 de mayo de 2017

El príncipe verde

Como muchos de ustedes habrán podido notar en varios de mis artículos tengo una extraña fascinación por los príncipes azules, sin embargo este artículo se lo quiero dedicar a otro tipo de príncipes: los verdes …

No me extrañaría si no han oído hablar de ellos en las historias, esto se debe principalmente a que los azules son un tanto envidiosos y hacen todo lo posible para que no se sepa de su existencia, sin embargo pese a sus esfuerzos hay unos que otros que no pueden pasar desapercibidos.

Por fortuna para mi, he tenido la oportunidad de convivir con uno de estos peculiares miembros de la realeza y he descubierto que los príncipes azules realmente tienen motivos para envidiarlos y estar celosos de sus cualidades.

Verán, el príncipe verde que conozco posee un carisma que cualquier figura pública moriría por tener, agrada a todo aquel que se toma el tiempo de conocerlo, puede socializar con toda clase de personas, desde los miembros de la corte hasta los plebeyos.

A pesar de no ser un deportista nato, es campeón nacional en levantamiento de tarro y beer pong, lo cual le ha otorgado el respeto de numerosos caballeros, así como cientos de invitaciones a fiestas dentro y fuera del reino en el que habita.

En definitiva es guapo, tiene un sonrisa maravillosa, y unos ojos que brillan como un par de estrellas, pero si me lo preguntan, su mayor atractivo va más allá de la belleza física, también es muy inteligente, puede debatir con argumentos sólidos, le gusta iluminarse respecto a diferentes temas, lo cual le permite mantener conversaciones sin que estas se vuelvan aburridas.

Posee todas las cualidades de un caballero, es educado, atento, tierno, dulce y respetuoso, gracias a ello tiene una fila de doncellas formadas para salir con él, quienes recurren a toda clase de trucos para llamar su atención, desde el coqueteo con las pestañas, la risa escandalosa, atuendos provocativos hasta bailes sensuales; mismos que no siempre resultan efectivos, ¿la razón? Este príncipe mira más allá, si bien sus técnicas pueden valerles para una buena noche lo perderán a la mañana siguiente a falta de una buena conversación.

Evidentemente no es perfecto, tiene un fuerte temperamento, carece de paciencia y puede llegar a ser un tanto cruel cuando se enoja, pero es capaz de aceptar cuando se equivoca y pedir perdón con el corazón en la mano.
Finalmente, solo me queda dejar un mensaje a aquella doncella que logre conquistarlo, cuídalo, quiérelo y valóralo; ten por seguro que jamás te mentirá ni engañará, reirás como nunca lo haz hecho, puedes tener la plena certeza que siempre estará ahí cuando más lo necesites, te protegerá de las brujas y dragones e inclusive de la rutina.

Sé que la doncella que conquiste su corazón se dará cuenta por sí misma de lo afortunada que es por estar a su lado, porque no habrá llegado a la vida de uno de los tantos príncipes azules que andan vagando por ahí en busca de aventuras, no, se ganará un lugar en la vida de un auténtico príncipe verde, lo que me lleva a pedirle a quien sea que lo enamore, que no le haga daño, y no lo digo sólo porque es único en su clase, también porque puedo matarla si el resulta herido, después de todo es mi hermano.

Escrito por: Sue FC ❤

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lunes, 15 de mayo de 2017

Cuentos de hadas

Últimamente a falta de mi vida laboral me he dedicado a devorar cuanto libro se cruza por mi camino, por recomendación de mi mamá llegó a mis manos “El valle de las muñecas”, mismo que no les contaré para que lo lean, pero si he de confesar que me deprimí con el desenlace porque no era el final feliz que esperaba, lo cual me llevó a pensar en mi necesidad de creer en porque existen estos en las historias.

Alguna vez leí, soñé, vi o escuché que los cuentos de hadas con un final feliz existen para darle esperanza a las personas sobre que siempre brillará el sol y el bien triunfará sobre el mal a pesar de todo.

Por ejemplo, los cuentos clásicos de Disney, que fueron basados en historias tristes con trágicos finales, Ariel, en la Sirenita se suicida porque el príncipe al enterarse que era una sirena la rechaza; Aurora de la Bella Durmiente, nunca despertó por el beso de amor del príncipe Felipe, sino porque fue violada por algún miembro de la corte; la madrastra de Cenicienta le corta parte del pie a su hija para que le entre la mágica zapatilla; y así sucesivamente.

Entones ¿por qué Walt Disney modificó los finales? quizá porque no eran historias apropiadas para niños, si la historia fuera narrada tal cual fue pensada probablemente muchos del ellos (incluyéndome) habrían crecidos deprimidos, sin creer en que las cosas saldrán bien por mucho que uno se esfuerce, que los sueños no pueden ser cumplidos y que el amor no es más que una cruel mentira, aunque posiblemente también serían adultos más realistas.

Si uno ve el mundo en su cruda realidad, vería que el bien no siempre triunfa sobre el mal, las ambiciones humanas han llevado al mundo por el camino opuesto a los cuentos de hadas, vemos secuestros, guerras, violencia, cambios climáticos, hambruna, contaminación, etc. Es sumamente triste ¿no?

Pero, ¿qué pasa cuando vemos una película o leemos un libro? La hija secuestrada será rescatada en menos de media hora sana y salva, los villanos perderán, el príncipe buscará a la pobre doncella para convertirla en su reina, la princesa romperá el hechizo, la bruja será derrotada, el galán inconquistable se enamorará de la niña estudiosa de buen corazón que le enseñó a apreciar la belleza da la vida, etc.

Situaciones que si se dieran en nuestro mundo, unas podrían suceder, pero seguramente la mayoría no; lo que me lleva a la conclusión que efectivamente necesitamos las historias con los finales felices para mantener esa esperanza que nació desde que éramos niños, donde podremos vislumbrar un rayo de luz al final del camino y sabremos que no hay monstruo que no podamos derrotar, siempre y cuando creamos en nosotros mismos.

Y en cuanto a los futuros libros que caerán en mis manos, probablemente habrán muchas historias más que se apeguen un poco más a la realidad y uno o ambos protagonistas no tendrán el final que habría deseado, sin embargo, cuento con que siempre habrá otra historia, película o libro, dispuesto a llegar a mi vida para darme esa esperanza y le agregue una pizca de magia a la realidad .


Escrito por: Sue FC ❤


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miércoles, 10 de mayo de 2017

DISERTACIONES: ¿Y LOS NIÑOS?

La semana pasada mi hija me preguntó si había visto un video que circulaba por la red de una menor de edad que se avienta desde el tercer piso de su escuela con la intención de quitase la vida. Justo ese día no había tenido tiempo de revisar lo que circula por la red, pero a la mañana siguiente me di a la tarea de informarme sobre el hecho y lo que encontré me dejó profundamente triste y pensativa.

Al poner la referencia en los buscadores, el resultado fueron decenas de videos y noticias del tema, en lo que va del año no ha sido solo una niña la que se ha intentado quitar la vida, al menos encontré cinco hechos recientes en México. ¿Cómo  puede ser posible?

Durante el tiempo que me he dedicado a la Seguridad Pública me he enterado de casos de menores de hasta 8 años que se han privado de la vida ante la angustia de un futuro incierto o como resultado de problemas familiares y escolares. Las cifras oficiales mencionan que anualmente en México alrededor de 150 menores se suicidan.

Ante este panorama mi estómago está lleno de indignación y coraje, la pregunta que me surge inmediatamente es ¿Y los padres de estos niños que? Por supuesto en todos los casos una vez que la desgracia ha pasado, los responsables de los menores se sumergen en un drama profundo, preguntándose qué fue lo que pasó, particularmente el motivo por el que su pequeño se quitó la vida.

Como madre me parece increíble que no se hayan dado cuenta de que su hijo estaba deprimido a causa de uno o múltiples factores en su entorno. Los padres tenemos la obligación casi divina de velar por el buen desarrollo de nuestros hijos y eso no quiere decir únicamente darles de comer, vestirlos y enviarlos a la escuela. La responsabilidad va mucho más allá; se trata de dar acompañamiento en cada uno de los procesos de aprendizaje que entran a la cabecita de nuestros hijos. Fomentar la estructura de una pensamiento lógico causal aderezado de valores éticos universales, pero lo más importante, es cubrirlos de cariño que se traduce en seguridad en sí mismo y convencerlos que el futuro es claro y promisorio.

En mi caso particular, mis hijos son mi experimento vital. Mi pequeña hija fue sujeta a todo tipo de prácticas (sin llegar a mutaciones en el laboratorio ni nada por el estilo). Leí toda la literatura respecto a la formación de la psicología infantil y estructuras mentales positivas, y me enteré de cuáles eran los requerimientos para formar seres inteligentes y seguros de sí mismos.

¿Saben ustedes cual es el mayor temor de los niños desde que tienen conciencia de sí mismo como seres individuales? No es el bullying, ni ser feos o populares y mucho menos el medio ambiente o la paz mundial. El miedo más grande que puede hacer que los menores tengan crisis de angustia es ser abandonados por sus padres y estar solos en un mundo al que no acaban de pertenecer.

 Es indispensable que los padres convenzamos a nuestros pequeños que siempre jugaremos de su lado sin importar que su conducta no sea la mejor; que no hay nada en el mundo que pueda hacer que dejemos de quererlos; que nuestro esfuerzo está orientado a asegurar su futuro y que cada vez que caiga, sin importar que sean mil veces, encontrará una mano para levantarse; apoyo incondicional para resolver los inconvenientes que se encuentren en el camino y unos brazos abiertos que lo mantendrán seguro hasta que sea lo suficientemente apto para hacerse cargo de su vida.

Sin embargo, sé que es inminente que miles de padres, al igual que yo, se ausentan por periodos prolongados de su núcleo familiar para ir a conseguir el dinero suficiente para solventar los requerimientos materiales, no obstante, jamás debemos de escatimar las palabras de cariño, aliento y orientación. Nunca se puede estar tan ocupado para no atender una llamada de consulta o asistencia de los pequeños a nuestro cargo.

 No creo que para tener hijos sanos física, psicológica y emocionalmente nos debamos sentar a contemplarlos día y noche, pero sí es necesario hacerles saber que a pesar de la ausencia física, los padres, como las hadas madrinas, siempre estamos ahí para ayudarles a cumplir sus propósitos; que trabajando juntos todo se puede y nada, pero nada en el mundo es tan grave como para desear dejar de vivir.

Por experiencia puedo decirles que la mayor lección de mi vida, es tener un familiar cercano (aunque no un menor) que se sintió tan agobiado por sus problemas que no encontró solución posible y decidió retirarse del juego, sin siquiera hacernos partícipes de sus conflictos. Además del dolor de la ausencia, me quedó la incertidumbre permanente de mi calidad como persona al no darme cuenta de que mi pariente estaba en crisis y menos aún ofrecerle mi mano. En este rubro, la vida no da segundas oportunidades. Mi experiencia vital cambio para siempre y hoy no hay nada más importante para mí que estar al pendiente de mis seres queridos.

Estoy convencida que la mejor oportunidad que recibimos en la vida es la existencia misma… ¿Quién en su sano juicio tiraría a la basura su más valiosa pertenencia?




Escrito por: LuCo

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lunes, 8 de mayo de 2017

El valor de un like

“¿Cuánto valen las posibles reacciones en una publicación?”  esta es una pregunta que me he hecho a mi misma los últimos días desde que tope con un vídeo de una niña que se avienta del tercer piso en la escuela, la verdad no sé que me impacto más, que nadie corriera en su ayuda (al menos no a tiempo), que una compañera se pusiera a grabarla en lugar de pedir auxilio, o la señora de la limpieza a quien pareció no sorprenderle y se dio la vuelta indiferente.

Claro que este no es el primer video (y seguro no será el último) que veo donde los espectadores se comportan como tales frente a un accidente, pelea o injusticia; hace no mucho también vi uno de una señora en Coyoacán que golpeaba a su hija y la gente a su alrededor lo único que hizo fue sacar su teléfono y grabar para subirlo a sus redes sociales ¿cómo es que a nadie se le ocurrió ayudar a la pobre niña?

O esta el caso de la nueva lady mexicana, que armó un mega show en un bar de Pericoapa y después en el estacionamiento, la señorita no se hizo esperar para crear su página que ya cuenta con seguidores que alaban su “belleza”, pareciera ser que la gente competía por ver quien juntaba más likes en sus videos de tremendo espectáculo.

¿Qué me dicen de los animalitos maltratados? Como el muy sonado caso de Maskota, ¿qué ganaban aquellos dos evidenciando su crueldad, además de perder su trabajo? ¿lo subieron inmediatamente para que? ¿esperaban que alguien los felicitara? ¿competían por ver cuántos comentarios de odio podían juntar?

Y claro que no puede faltar la necesidad de la gente por hacer saber al mundo sobre su vida personal, por ejemplo, si un ser querido fallece, ya no es algo íntimo ni familiar, por el contrario, pasa a ser de dominio público; es más, hasta sin caer en el drama, resulta que Fulanita se rompió una uña e inmediatamente sube una foto diciendo "auch", sus 500 contactos ya están enterados, comentando y likeando la publicación.

Aunque no creo que sea del todo malo la difusión de actos injustos, si es terriblemente triste ver que dichos videos se quedan en indignación mostrada en facebook, comentarios, likes, reclamos, apoyo solidario por las víctimas, pero de ahí no pasa, por muchos likes o “me entristece” que reciba el video de la pequeña, la vida nadie se la devuelve.

Si bien la tecnología ha mejorado la vida muchas personas, me parece que hemos llegado un extremo donde importa más subir la noticia del momento antes que nadie y recabar la mayor cantidad de likes lo antes posible, pero ¿de verdad vale la vida de una persona? ¿Hasta dónde están dispuestos a llegar por hacerse de fama? ¿cuántos ladys y lords necesitamos para comenzar a hacer algo mas que grabar?


Escrito por: Sue FC ❤

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miércoles, 3 de mayo de 2017

DISERTACIONES: LO QUE HAY

Todos hemos tenido la gloriosa experiencia de participar en el capitalismo consumista adquiriendo productos, y a pesar de que somos los dueños del dinero para elegir el bien que satisfaga de la mejor manera nuestras necesidades, no siempre encontramos lo que queremos ¿cierto? ¿Cuántas veces no hemos preguntado si no tienen los mismos zapatos pero en otro color? Generalmente la respuesta del vendedor es: sólo tenemos lo que hay.

Entonces solo tenemos de dos sopas, o adquirimos esos hermosos zapatos en color fucsia y convenzo a mi imaginario que combinan perfectamente con el vestido verde para el cual andaba buscando calzado que hiciera juego o en un ánimo conciliador, los compro y los combino aunque sea con el pantalón rosa que me heredó la tía de mi madrina y adquiero un look retro.

Este escenario se vuelve aún más divertido cuando nos inscribimos en una página para encontrar relaciones ya sea de amistad, amor o sexo y revisamos el catálogo de humanos que ahí se oferta, en donde podemos encontrarnos ante tantos contextos.

Al menos en mi caso, siempre reviso las imágenes con buen ánimo y con una dosis de fe, esperando que efectivamente sea quien se anuncia, pero de pronto veo la fotografía de un hombre musculoso, con abundante cabellera enfundado en ropa deportiva y casi cargando un piano, ofreciendo ser mi amigo; cuando uno inicia con en estas plataformas, inmediatamente hacemos click para conocer al caballero de presencia tan atractiva.

Sin embargo, ya con un poco de maña, antes de hacer click sabemos que es importante revisar el perfil, dícese de las características del producto ofertado, y ZAZ, nos damos cuenta que el gentil hombre tiene 63 años y entonces, al menos a mí, me entra una curiosidad por saber si es el hermano joven de Dorian Gray o estoy frente a un timo.

Entró en contacto con el producto que me da curiosidad y le pregunto de cuando es la fotografía que tiene en su perfil (en caso de que solo tenga sólo una, he encontrado personas que ponen más de 50 que van desde su primer foto de caritas, hasta su primera comunión; los XV años de la prima Marú; su foto del equipo de fut de la prepa, la imagen de cómo quedó después de su primera rasurada y todos los viajes que ha hecho por Pénjamo y Texcoco) y el gentil caballero me dice que es de hace 5 años… ajaaaaaa.

Ya en un afán de descubrir la verdad, intercambiamos  número telefónicos para ver su perfil de whatsapp o le pido que se tome una fotografía de ese momento… y de nuevo ZAZ, en la imagen observo al papá o el abuelito del que aparece en la plataforma de encuentros.

Como todo consumidor engañado, cuestiono acerca de la mentira y he encontrado respuestas tan cínicas como “de veras es de hace 5 años” pero a partir de ahí ha tenido una vida intensa y le cayeron 20 años encima, hasta una carcajada diciendo que sólo intentaba mostrar una buena cara… que más bien, sería vernos la cara a las inocentes criatura del señor como yo que podemos ser víctimas de embaucadores como él (aja).

Sin embargo no entiendo el para qué de la mentira; no es como que compre una plancha de vapor guiándome por el anuncio y cuando llegué a mi casa, saque las blusas de algodón que tengo al fondo del cajón e intente desarrugarlas y descubra que aunque yo no lo creía posible, la susodicha plancha solo las remojó y quedaron aún más arrugadas. Los sujetos deberían saber que en la primera cita, cuando lo tenga enfrente y vea que no es quien debería ser, al menos en apariencia, le voy a dar las gracias, y me retiraré a hacer cosas más importantes, como ver el techo de mi casa.

¿Por qué mentir respecto a nuestra apariencia, si es tan fácil ser desmentido? O peor aún, ¿Porque intentar convencer con la imagen cuando estamos en el siglo de conquistar con nuestro ser? ¿Será entonces que ciertamente los hombres sólo buscan comprar físico y “el león cree que todos es de su condición”?

Amigos, no mientan, esta bien que las mujeres somos seres de fe, ¡pero no abusen! y si ya tuvieron la oportunidad de vivir 20, 30, 40 0 50 años presuman la experiencia, es cierto en alguna medida que todas quisiéramos un príncipe azul pero no se vale que a la primera lavada se ponga café con puntos amarillos. Al final del día, todas sabemos que no encontraremos en el catálogo a Brad Pitt y tendremos elegir entre LO QUE HAY.





Escrito por: LuCo

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