martes, 4 de octubre de 2016

DISERTACIONES: ¿Y LA FAMILIA?

Ante los embates del intenso tráfico que prevalece en la ciudad de México que me obliga a permanecer encerrada en el coche hasta 5 horas diarias, encontré varios programa  “informativos” en la radio, que lejos de “iluminarme” despiertan mi furia a todo lo que da, pero también me han permitido entender la perspectiva de mis compatriotas respecto a los escenarios públicos que prevalecen en mi país.

La semana pasada el tema de moda en materia de seguridad pública fueron dos hechos de violencia en los que las víctimas fueron dos curas y una extranjera de nacionalidad española, lo que desató la indignación y odio de los locutores, quienes están convencidos que el sentimiento es compartido por la sociedad y como portavoces vociferan y culpan al gobierno por tales hechos.

¿Ustedes que creen? ¿Consideran que es necesario o al menos posible que a cada uno de los ciudadanos lo vigile un policía para evitar que sea dañado? En caso de que su respuesta sea afirmativa, esto quiere decir que vivimos rodeados de salvajes, sin valores y para colmo flojos y codiciosos quienes no respetan las vidas y mucho menos los bienes ajenos para conseguir beneficios económicos sin trabajar.

Creo que no debemos perder de vista que todos esos actos que justificadamente nos causan inquietud y hasta furia son cometidos por nuestros conciudadanos, por personas como nosotros que tienen vecinos, seguramente madre y posiblemente hasta hijos; que cientos de personas han visto por la calle y muchos son sus conocidos o amigos.

Estoy convencida que el gobierno es un administrador de los recursos y bienes de todos nosotros, ninguna autoridad del mundo cuenta con los recursos suficientes para tener a un servidor público vigilando a cada ciudadano y resolviendo cada uno de sus problemas. Pero la formación de las personas no es responsabilidad del gobierno, es de todos nosotros.

La familia es la institución primera y básica de la sociedad, es ahí donde se gestan las buenas o malas personas, donde se define la personalidad y los valores. Yo jamás hubiera permitido que entrara a mi casa una trabajadora del gobierno a cumplir con mi responsabilidad de educar a mis  hijos, aunque sólo así podría justificar mi posterior reclamo al gobierno cuando mis pequeños se dedicaran a delinquir.

Todos los días escucho los discursos incendiarios que plagan nuestros medios de comunicación ¿será de verdad que ellos piensan que están ayudando a la sociedad intentando justificar nuestros actos de barbarie señalando a un culpable y deslindando de responsabilidades a los verdaderos autores materiales del crimen?

Uno de ellos argumentaba que en México si te dedicas al secuestro o te conviertes en sicario es muy probable que no te detengan, en mi perspectiva esto no es más que una invitación a todos esos seres que guardan en su interior a un patán incapaz de sobresalir y progresar por medios propios, tomen un arma y salgan a conseguir lo que necesitan sin importar el cómo.

Desde hace dos años, deambulan por todos los escenarios de nuestro país, los padres de estudiantes de una escuela normal, quienes fueron víctimas de la delincuencia organizada, que dicho sea de paso sus integrantes no son extraterrestres de otros planeta, son paisanos nuestros que han decidido financiar su existencia abusando y violentando a los demás y que aunque ustedes no lo crean también tienen o tuvieron madre y seguramente muchos de sus vecinos son sus cómplices toda vez que guardan silencio aun sabiendo de las actividades a las que se dedican.

Estoy convencida que nadie merece que lo priven de la vida, y mucho menos de la manera en que estos sujetos suelen hacerlo, sin embargo, cuando me enteré del hecho lo primero que pregunté es ¿Cómo y en qué circunstancias? Resulta que estos jóvenes, como todos deben ya saberlo, habían secuestrado varias unidades de transporte, golpeado y amenazado a operarios y usuarios, como parte de una práctica común entre los estudiantes de estas instituciones, con la intención de dirigirse a botear y posteriormente trasladarse a la ciudad de México para “apoyar” un movimiento de protesta.

Yo me pregunto si no hubiera sido prudente que para que no se llegará a esta coyuntura, los padres de inició les hubiera dicho a sus hijos que secuestrar camiones, no respetar e incluso golpear a los demás para conseguir dinero, podría acarrearles serios problemas e incluso estarían poniendo en riesgo su integridad física, porque la experiencia universal nos indica que “violencia engendra violencia”.

Es más, ¿cuándo estos jóvenes eran niños, no hubiera sido necesario ponerle más atención a la frase de Don Benito que reza “el respeto al derecho ajeno es la paz”?; ¿por qué sus papás no dedicaron suficiente tiempo a valorar la conducta de sus hijos y enseñarle con el ejemplo que el dinero se obtiene trabajando?

Quizá entonces en lugar de tomar por asalto y agredir al prójimo, los estudiantes hubieran puesto un lavado de autos con un letrero gigante indicando que los fondos recaudados eran para solventar sus gastos y solicitando el apoyo de esta sociedad que ahora vive indignada por su desaparición y buscando responsabilidades en el ojo ajeno.

Y por cierto ¿saben que en Michoacán hay decenas de estudiantes secuestrando e incendiando camiones para que sus exigencias sean cumplidas y de paso rompiendo los parabrisas de todos los conductores que tienen la mala fortuna de topárselos? Ante esta conducta no podemos negar la posibilidad que los “muy malos” de por allá se fastidien y tomen cartas en el asunto.

Obviamente también tienen toda la responsabilidad material del hecho los agresores que viven con una moral aparte, pero al final del día, yo no puedo evitar que alguien sea violento, lo único de lo que puedo tener control absoluto es sobre mi persona e instruir y orientar a mis hijos sobre las directrices que deben seguir para no trasgredir los derechos de los demás ejerciendo sus libertades.

La violencia a todos nos resta un poco de “humanidad”, señalar a un culpable tampoco creo que sea la solución, creo que es indispensable que las familias retomen sus papel de eje rector en la conducta de sus miembros. Hace muchos años, el comportamiento de los hijos era regulado por los padres, ahora con cinco likes en Facebook validan sus decisiones.


Escrito por: Lu Co

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