viernes, 18 de enero de 2019

Más vale

Hace tres días fui contactada por medio de mis redes sociales (cómo muchas veces ha pasado) por un hombre que me preguntó si estaba interesada en tomarme unas fotos, a diferencia de la veces anteriores esta oferta era aún más atractiva ya que implicaba un casting para ser la imagen de una nueva marca. Después de hacerle algunas preguntas porque me parecía sospechosa su información accedí a ir a la cita, sin embargo le pedí a mi persona de confianza que me acompañara … mi mamá.

Al día siguiente acudimos a la dichosa cita en un departamento de Reforma, fuimos recibidas por el hombre que me contactó quien puso una cara de entre susto, sorpresa e incomodidad cuando me vio llegar acompañada: esa fue la señal número uno.

Nos guió a una sala, al ver que mi mamá entraba conmigo volvió a poner cara de fuchi: señal número dos.

Una vez adentro comenzó explicarnos sobre la marca interesada, lo que buscaban, etc. Recalcó una y otra vez que cómo era posible que fuera con ella, cosa que empezó a resultar incomoda y se puso peor, cuando me dijo que si no estaba dispuesta a renunciar a mi trabajo no tenía caso seguir con el proceso, sin saber si quiera, si iba a ser seleccionada o cuánto dinero me iban a ofrecer en caso de quedarme con el puesto, me topé con la señal número tres.

Miré a mi mamá con esos ojos que conoce a la perfección, agradecimos el tiempo perdido y salimos de ahí, desconfiadas y molestas por la actitud del sujeto.

Moraleja: Mas vale ser desconfiada e ir acompañada que acabar secuestrada y violada.

En el camino a casa dos pensamientos cruzaron por mi cabeza:

1.- Si a ese señor le molestaba o incomodaba que fuera con mi mamá, algo turbio, ilegal o pervertido se ocultaba detrás de esa oferta “soñada”.

2.- ¿Qué habría pasado si hubiera ido sola a la sesión de fotos?

Con eso en mente, recordé a todas las niñas secuestradas y/o violadas que han perdido hasta la vida en manos de malas personas; por ejemplo el caso de Mara, ¿qué habría pasado si al salir de la fiesta, le hubiera marcado a su mamá diciéndole que estaba borracha y que necesitaba que fuera por ella?. Y como ella seguramente hay muchas más que pudieron haber tenido un destino diferente.

Puedo decirles que agradezco profundamente a mi mamá por ser la persona que siempre ha estado ahí, que me acompaña en las buenas, malas y peores, festeja mis triunfos y comparte la tristeza o frustración.

Si alguna mamá o papá llega a leer este artículo, les recomiendo que se aseguren de ser la persona de confianza de sus hijos, en lugar de prohibir o juzgar, respeten, ayuden y aconsejen.

Y a ti niña, adolescente o joven, fomenta esa relación; si algo te llega a pasar y por pena o lo que sea preferiste contarle a tus amigos, créeme, ellos no van a ser quienes salgan a dejar el corazón en la calle si algo te pasa, no recorrerán el mundo buscándote y haciendo lo imposible por volverte a ver.



Escrito por: Sue FC ❤