jueves, 9 de julio de 2015

Dolores empáticos

A quien este leyendo esto: Sólo quiero decirte que no te conozco y quizá jamás te conoceré, pero si tuviste un mal día sonríe

Una de las características propias del ser humano que más me gustan es la empatía, se dice que es la participación afectiva de una persona en una realidad ajena a ella, generalmente en los sentimientos de otra persona. La empatía puede ser aplicada en cualquiera de los sentimientos, alegría, enojo, celos, tristeza, entre otros. En ésta última es en la que me quiero enfocar esta vez.

En lo personal me considero una persona muy empática ya sea que conozca o no al que está pasando por un mal momento, de alguna manera lo relaciono con algo personal así me haya pasado o simplemente sea una escena que pasó por mi mente.

Hace no mucho un amigo terminó con su novia y me enseñó su última conversación (en esta fue donde su relación acabo), y debo confesarles que me sorprendió mucho ver que las reacciones de mi amigo son muy parecidas a las mías, el pretender que no importa, que no duele, que no pasa nada y fingir un desinterés absoluto, apenas terminé de leer la conversación, le pregunté cómo se sentía, él respiró y me dijo “bien, no me importa”, sonrío y luego añadió “las mujeres sólo sirven para cocinar y fornicar”, a pesar de saber que no lo decía enserio pude darme cuenta lo mal que mi amigo estaba, pero sobre todo pude aceptar lo mal que yo me sentía por una relación que no funcionó, aparenté que me daba igual pero por dentro estaba triste.

Creo que es normal que nos sintamos afectados por lo que alguien cercano a nosotros siente, puede ser un familiar o un amigo, pero ese dolor empático es algo que podemos sentir incluso con personas que no conozcamos, como ocurre en las películas, ¿les ha pasado que ven una escena triste y lloran o se sienten mal? En este caso sabemos que es ficción pero las escenas llegan a ser tan conmovedoras que el dolor de los personajes parece real, ya sea porque alguien falleció, enfermo o una ruptura amorosa.

Las películas no son las únicas que se apropian de nuestras emociones, están las historias, fotos e incluso extraños que nos topamos por ahí, y aunque no conozcamos la razón de la tristeza de los fotografiados o del desconocido, si somos lo suficientemente abiertos y empáticos podemos sentirnos mal por aquellos que sufren, tal vez no podemos hacer nada para que se sienta mejor ese extraño, pero si tu amigo es el que se siente mal, escúchalo, no importa cuantas veces se haya desahogado previamente, sabemos que no todos superan malos episodios fácilmente pero el saber que puede compartir eso contigo puede ser de gran ayuda, sobre todo si le sumas un abrazo. 



Escrito por: Sue FC 

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