Estoy convencida que una de las responsabilidades sociales de las personas es denunciar las injusticias, actos de corrupción, abuso, violencia y cualquier otra acción que atente en contra de las personas y su sana convivencia. La recomendación primera en mis actividades laborales para las víctimas de un delito o injusticia es realizar una denuncia en la instancia adecuada que pueda atenderla de manera inmediata. Sin embargo creo que existe una diferencia fundamental entre ser una persona preocupada por el bien propio/ajeno y un chismoso-acusón.
Los chismosos-acusones vienen en cientos de presentaciones. No estoy tan segura, pero supongo que su característica metiche se forma desde la infancia y se gradúan en la adultez, algunos de ellos la cultivan de tal manera que llegan a ser maestros en el arte de acusar. Casi siempre hay al menos uno en las escuelas o centros de trabajo.
¿Cómo identificarlos? A veces no es tan fácil, suelen camuflarse como personas acomedidas, dispuestas o bien intencionadas cuyo interés de saberlo todo es presuntamente para ayudar, pero en realidad intentan estar al tanto de lo que sucede, especialmente de lo que no les incumbe, para hacérselo saber a quién no debiera enterarse o tomar ventaja de la información.
Generalmente son personas con una vida tan carente de interés que deben ocuparse de los asuntos ajenos para que el tiempo pase más rápido o tener al menos de que hablar. Pueden ser muy platicadores a fin de ganarse la confianza de las personas para poder cuestionar sobre todos los incidentes que ocurran o callados, sólo observando, escuchando y obviamente acusando.
¿Qué es lo que denuncian? Generalmente cosas que no les importan, ni tienen trascendencia para el bienestar o malestar común. Buscan errores de esos que están tipificados por cualquier persona inteligente como sin importancia, por ejemplo, si alguien come en un área no designada para eso; si una compañera trae unos zapatos con un tacón 1 cm. más alto de lo permitido o si otro tiene como mascota una mosca y suele pasearla sin correa.
Ser chismoso es un hábito tan feo que entre los mafiosos y narcotraficantes está castigado hasta con la muerte; creo que es un poco exagerado pero no me atrevería a decir que es injusto (jajaja).
Si ustedes conocen a alguno, háganle saber que lo tienen identificado y alerten a los demás, para que en conjunto tomen las precauciones conducentes, NO TOMEN ACTITUDES SICILIANAS NI ORGANICEN LINCHAMIENTOS, pero si pueden, pinten de rojo su dedo índice para que sea fácilmente reconocible, seguramente con el susto que se llevará es muy probable que considere la oportunidad y prudencia de mantener la boca cerrada y ocuparse únicamente de sus asuntos. También les encargo que le hagan llegar este escrito.
Algo muy importante para combatirlos es no escucharlos y menos aún ser replicador de sus argumentos. Si llegan a tener conocimiento previo de su intención de acusar a alguien, alerten al futuro acusado para que busque tres testigos y eche abajo la versión del acusón. Y por favor, ustedes nunca anden de chismosos-acusones, el karma puede hacer de las suyas y como castigo, no vuelvan a tener sexo hasta después de los 85… (esa sería una buena lección).
PD: SI LA ENVIDIA FUERA TIÑA… JAJAJA ¿CÓMO LES EXPLICO?
Escrito por: Lu Co
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