lunes, 5 de octubre de 2015

¿Realmente estamos solos?

Eric Fromm dijo que naces solo y mueres solo, y en el paréntesis la soledad es tan grande que necesitas compartir la vida para olvidarlo, lo que me lleva a preguntarme si ¿realmente estamos solos?

Hace no mucho encontré una frase que me hizo dudar de mi primera respuesta ante dicha pregunta, esta decía así:

“Antes del sexo cada uno ayuda a desvestir al otro, después uno se viste solo. 
Moraleja: En la vida nadie te ayuda después de que te cogieron”


A los pocos segundos de terminar de leer la frase mi mente explotó, por supuesto que mi cerebro se puso a repasar de manera automática todas esas veces que jugué con alguien, intentando recordar si alguna vez alguno me ayudó o yo a él, y efectivamente no fue así, en muchas ocasiones ambos nos vestíamos rápidamente, cada uno por su lado y acto seguido nos íbamos cada quien para su casa o en el mejor de los casos nos acostábamos a ver una película. Con el tiempo llegaron nuevas personas a mi vida con las que quizá ya no había prisa por vestirnos y podíamos permanecer con los dedos entrelazados por un rato pero eso de ayudar a vestir nunca pasó por la mente de ninguno.

La cosa no terminó ahí, porque mi cerebro siguió repasando momentos telenovelescos que para ser sincera, no sabe si realmente pasaron, los leyó o alguien le contó, pero vinieron cientos de ejemplos que encajaban con la frase, por ejemplo, en los trabajos que te explotan hasta no poder más con un sueldo poco equitativo, o en un proyecto que cuando se acaba dicen adiós sin antes dar las gracias, o en las escuelas que una vez que terminaste de pagar no te ayudan a buscar empleo dentro de su bolsa de trabajo, ¿y qué me dicen de los bancos? Que están buenos para estar cobrando desde las 7 de la mañana e intentar sacarte hasta el último centavo para pagar una deuda pero no fuera que andas en crisis porque ni pío dicen, o ¿Qué hay de esos “amigos”? que cuando necesitan algo hasta te ponen un altar pero que no sea al revés porque entonces ni sus luces…

Todos esos ejemplos (y algunos más) hicieron que mi ánimo decayera por unos minutos hasta que una lucecita se encendió dentro de mí y subió hasta mi cabeza, en el proyector  de memoria se colocaron cientos de recuerdos dispuestos a combatir a capa y espada a esa frase para demostrarme que la respuesta a la pregunta mencionada en un inicio es NO, no estamos solos, existimos (y si, me incluyo) cientos sino es que miles de personas dispuestas a dar una mano amiga siempre sin importar las circunstancias, a prestar un pañuelo, ofrecer un abrazo, regalar una sonrisa, decir una palabra de aliento o lo que se requiera para que la otra persona no este sola.

Respecto a la frase de Eric Fromm, estoy en completo desacuerdo, porque no nací sola, fui un producto hecho a base de cariño, y al momento de salir al mundo fui recibida con sonrisas, abrazos, muchos besos y quizá una que otra lágrima; y estoy más que convencida que cuando llegué el momento de partir, tendré tendida esa misma mano que me recibió, dispuesta a ayudarme a dar el siguiente paso.



Escrito por: Sue FC

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