martes, 6 de octubre de 2015

DISERTACIONES: EL CALENTADOR UNE A LA FAMILIA o EL CALENTADOR MALDITO

(Basada en hechos reales)

Gracias al desarrollo tecnológico y a la urbanización que nos permite que todos los habitantes de las grandes ciudades contemos con servicios como drenaje, luz eléctrica y agua potable, nos hemos acostumbrados a vivir de cómodamente que olvidamos lo maravilloso que es abrir la llave y obtener agua potable, accionar el interruptor y que se prenda la luz, etc. Aunado a esto, la tecnología nos permite contar con un montón de aparatos eléctricos y electrodomésticos que nos facilitan aún más el existir.

Como casi toda familia que vive en la hermosa ciudad de México, la mía goza de los beneficios de las grandes urbes… sin embargo el departamento que habitamos sufre de una carencia que nos ha hecho la vida complicada… por alguna extraña razón que no podemos explicar, los calentadores de agua que instalamos en el departamento dejan de funcionar a la semana de haberlos comprado.


En algunas ocasiones hasta hemos pensado que pesa sobre nosotros una maldición o en el mejor de los casos que la vida intenta enseñarlos lo sano que es bañarse con agua fría, por aquello de la circulación sanguínea. Sin embargo, entretenidos y creativos como somos, la hora del baño se convirtió en una actividad familiar… en mi casa bañarse no es un acto privado, siempre hay alguien parado junto a la ventana haciendo los movimientos técnicos necesarios para que el calentador en turno al menos entibie el agua o a veces estamos los tres participando en la actividad y por supuesto divirtiéndonos como enanos.

Por ahí decía una frase publicitaria (¿o era una leyenda urbana?) que “la televisión une a la familia”. En mi perspectiva esto es tan falso como que “los niños y los borrachos siempre dicen la verdad”, toda vez que cuando una persona se planta frente al televisor se ensimisma, pierde la conexión con el mundo exterior y se concentra en el programa televisivo, aunque no sea su favorito. Es incapaz de comunicarse con nadie… me pregunto entonces ¿Dónde está la unión que predica la frase?

Quizá se refiere a que los miembros de la familia coinciden en el mismo espacio pero todos están tan concentrados o mudos que son incapaces de hacer una interrupción para cuestionar al otro al menos ¿Cómo estás? o ¿Cómo te fue hoy? En mi caso particular, desde que tengo hijos y no digo ojos, porque en la casa de mi familia si se atontan viendo la televisión a la hora de la comida, nunca he colocado un artefacto electrónico que distraiga nuestra atención. Justo es el momento, junto con la hora del baño, que aprovechamos para ponernos al día de nuestras vidas.


No creo que sea necesario tener un calentador poseído por un espíritu del mal para tener un momento de convivencia familiar, pero si estoy convencida que es indispensable que todos le dediquemos tiempo a fortalecer el cariño y los vínculos que nos unen con nuestros compañeros de aventuras; con las únicas personas con las que contaremos siempre, los verdaderos incondicionales que están con nosotros cuando nos rompen el corazón o se nos enfría el agua…

Escrito por: Lu Co

No hay comentarios:

Publicar un comentario