viernes, 27 de marzo de 2015

Disertaciones: Sexo, más fácil de lo que parece

¿Por qué le cuesta a las personas hablar al respecto?

Definitivamente me parece que atienden a la premisa: No hables sobre lo que no conoces. A riesgo de evidenciar “mi moral distraída” debo reconocer que algo sé al respecto, aunque definitivamente sexóloga no soy, pero sí practicante devota y como decía mi comadre (indebidamente): La práctica hace al maestro o al menos te llena de experiencia compartible.

 Hoy mi concepción al respecto se reduce a definirlo  como una función biológica básica orientada, ADEMÁS de la procreación, simple y sencillamente a “sentir rico”, para llegar a ella me he alejado de las pretensiones morales y religiosas que lo conciben como “un ente” que de ser mal usado nos determina como seres sin valores y su abuso nos lleva irremisiblemente a la condena eterna… ¿Será…?

¿Por qué la legislación moral y religiosa no es tan estricta con otras funciones vitales del ser humano? Yo me pregunto, ¿cuántas respiraciones son moralmente correctas o cuánto oxígeno debo permitir que entre a mi organismo para que el exceso no me condene a las llamas del infierno?

¡Simplemente no lo entiendo…! ¿Cómo es posible que hacer de la actividad sexual “gustosa” parte de tú día a día te pueda marginar socialmente y hacerte objeto de señalamientos dignos de la inquisición que se atreven a cuestionar tu calidad humana y presuponen que ésta disminuye proporcionalmente al número de orgasmos que tengas?

Otro factor que viene a complicar ésta actividad es la leyenda urbana que indica que en las relaciones sexuales debe intervenir de manera obligatoria y legitimadora “EL AMOR”… A lo largo de mi existencia he presenciado cientos de pláticas (creo que ya soy muy mayor), consejos y fábulas casi bucólicas que vinculan éste “sentimiento” como determinante para decidir si tener o no relaciones sexuales, peor aún, encontramos resquicios vivientes que consideran que el coito es UNA PRUEBA DE AMOR.



Entonces yo me pregunto, ¿debo aconsejarle a mi hija que sólo salga a comer con hombres a quienes ame? o de lo contrario su acto de saciar una necesidad fisiológica BÁSICA es susceptible de ser cuestionado moralmente y convertirla en una mujer socialmente NO ACEPTABLE.

Y exigirle a mi hijo que de ninguna manera se atreva a ir acompañado de una mujer al cine, porque es posible que comparta con su acompañante una escena que complazca a varios de sus sentidos y quizá sea obligado por los padres de la inocente criatura a CUMPLIRLE y se tenga que casar argumentando que tuvieron un “momento íntimo”.  

No lo creo, me parece indispensable que redimensionemos las actividades sexuales a su justo nivel y asumirlas como actividad fisiológica que nos proporciona momentos de placer y horas de sana diversión, obviando que debe hacerse de manera responsable y con todos los accesorios requeridos para garantizar la integridad física de él o los participantes.


Y de ninguna manera me atrevería a aconsejar, inducir o recomendar a ninguna persona, ni siquiera de la tercera edad, a hacer a un lado el resto de sus actividades lúdicas y a dedicarse de manera prioritaria a sentir rico… TODO ABUSO PERJUDICA LA SALUD.  

Escrito por: Lu Co

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