La Real Academia Española (RAE) indica que gourmet está asociado a lo más excelso de la gastronomía. La calidad de los ingredientes y la forma de preparación es lo que determina que un plato sea considerado gourmet o no. Sin embargo, este adjetivo también está vinculado al hedonismo, que es la doctrina filosófica que sostiene al placer como principal objetivo de la vida; seleccionar los ingredientes adecuados y dedicar el tiempo necesario a cada preparación forma parte de la filosofía gourmet, que pretende que la comida sea un momento de disfrute.
En México el término garnacha, se utiliza para denominar casi de manera genérica a toda la comida que se vende en las calles; pues este tipo de venta es muy común en el país y la podemos encontrar en puestos de mercados, zonas de oficinas, terminales de transporte y cualquier lugar que implique un tránsito continúo de personas.
Mi interés en estos vocablos no es precisamente porque sea una comedora compulsiva (solo un poco tragoncita), sino por su utilización en el sentido metafórico que en algún momento de la vida aprendí gracias a la influencia de un experto en el arte amatorio y que ahora retomo para compartir con ustedes mi teoría sobre el “juego que todos jugamos”, unos con mejor actitud, conocimiento y disposición que otros.
En muchas pláticas, particularmente con hombres y por lo confianzudos que son mis amigos, me han cuestionado sobre la preferencia sexuales de las mujeres; que si el tamaño nos importa, que si les gusta que les presionen las rodillas, que si lo mejor es hacerlo después de tomarse un té de manzanilla o si es necesario que dure dos minutos o dos horas, etc.
Mi respuesta en ese sentido siempre es que cada mujer es diferente, así como a algunas les gusta el rosa y a otras el amarillo, unas prefieren las zapatillas y otras las botas, en el sexo es lo mismo; algunas buscan algo monumental que les quite la respiración con solo verlo y otras prefieren que sea consistente, confiable y travieso.
A excepción de mujeres que portan un escapulario y se ofenden con solo escuchar la palabra orgasmo o, en el polo opuesto, las que le tiran a todo lo que tiene forma fálica y su objetivo es desgastarlo hasta que les duela (a ambos); al resto del género femenino nos encantan los individuos “bien hechitos”, es decir, los hombres que saben que se trata de que AMBOS lo disfruten y hasta se preocupan por que su compañera de juego llegue a la meta antes que ellos; que conocen la anatomía femenina, los puntos divertidos y hacen trabajo creativos respetando los límites de su contraparte; en pocas palabras los “caballeros en la cama”.
Sin embargo, por el mundo hay o al menos eso creo, otras mujeres que además de buscar un caballero que les proporcione momentos de gustosa diversión, aspiran a tener relaciones “gourmet”… (Ésta disertación continuará en una semana).
Escrito por: Lu Co
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:( por que continuara???....... sin duda es un tema demasiado interesante mas a la garnacha jajajajaja
ResponderEliminarQuedó en continuará porque tenía tanto que decir al respecto que no me cupo en una cuartilla...No sé si sea interesante, pero sí entretenido, Besos
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