lunes, 25 de enero de 2016

Naranjas y exprimidores

Hace más de un mes fui por primera vez a un show de “solo para mujeres” con mi compañera número uno de locuras, mi mamá.

Llevábamos años intentándolo pero no conseguimos a más mujeres que se sumarán a nuestros planes debido a que ninguna de las dos es de muchas amigas, sin mencionar que mi mamá no estaba tan entusiasmada como yo, decía que ni estaban tan buenos y que había visto mejores en la academia de policía en la estuvo hace mucho tiempo o con los hombres que había convivido en su trabajo.

Pero finalmente encontramos a un par de voluntarias que quisieran ir, una compañera de mi mamá y su hija, así pues después de haber ido a una cantina en el centro donde se fomenta la convivencia al sentarte codo con codo con las mesas que están alrededor y de haber ido a un salón de baile de personas muy mayores para mi gusto, llegamos a nuestro destino final.

Entré ansiosa y con los ojos bien abiertos esperando ver a los bailarines con cuerpos perfectos como los de las fotos que había en la entrada, después de esperar una hora a que saliera el presentador el espectáculo comenzó, salieron los primeros bailarines y no les mentiré, no eran unos tipos cualquiera con cuerpo promedio, claro que tenían unos brazos maravillosos pero tampoco era el elenco de “Magic Mike”, volteé a ver a mi mamá y su cara de “te lo dije” fue suficiente.

Miré a mi alrededor, el resto de las mujeres del lugar estaban más que emocionadas, gritaban eufóricas, devoraban con los ojos a los bailarines y de ser posible tocaban todo lo que podían ante la primera oportunidad, varías de ellas incluso compraron sus tickets para conseguir un minuto de baile personal con su bailarín favorito.


Dos horas después salimos del lugar, en el trayecto de vuelta a casa, mi mamá no se hizo a esperar e inmediatamente sacó el “te lo dije” que tanto estuvo guardando, no pude contradecir nada porque efectivamente los bailarines no era la gran cosa, al menos no para nosotras pero si para el resto de las espectadoras, ambas llegamos a pensar que ninguna de ellas tienen la fortuna de tener buen sexo.

Al llegar a mi casa, un par de pensamientos cruzaron mí mente, primero no pude evitar pensar en la película de “Ladies Night” inmediatamente imagine una historia en la que un stripper reemplaza a mi príncipe azul, se enamora perdidamente de mí y terminamos viviendo felices para siempre, después de eso recordé a todas las mujeres gritonas y ansiosas de tocar un cuerpo que nunca antes habían visto, pero que seguramente si se les presentará la oportunidad no la aprovecharían al máximo y acabarían escondiéndose debajo del rebozo cuando vieran al bailarín como Dios lo trajo al mundo.

Ambos pensamientos me llevaron a la conclusión que hay dos tipos de mujeres (aunque creo que yo soy una mezcla de ambas), las primeras buscan a su media naranja, en su mayoría las veinteañeras, quieren detalles, romances, al príncipe y vivir felices para siempre, y las segundas, en su mayoría después de los 30 buscan un buen exprimidor.

Escrito por: Sue FC

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