lunes, 8 de enero de 2018

DISERTACIONES: CUADERNO EN BLANCO

Después de un final de año un poco intrincado plagado de acontecimientos  preocupantes en nuestro planeta, tenemos por delante todo un año lleno de días en blanco en el que escribiremos nuestra historia, situación que debería ser alentadora porque las fiestas de fin de año siempre nos llenan a todos de buenos propósitos sin embargo y no obstante la advertencia de Confucio  “quién no conoce la historia está condenado a repetirla”, me temo que los mexicanos nada más no aprendemos y no sólo repetiremos la historia, sino que nos esforzaremos por hacerlo peor.

A finales del 2017 los medios de comunicación nos dieron cuenta de un montón de hechos preocupantes… que si la ley del interior; que si la coalición de partidos; que si los precandidatos que son candidatos; que si Donald Trump continúa con sus necedades plagadas de decisiones alocadas; que si la reconstrucción; que sí el frio, que si el calor; que el tráfico; las inversiones térmicas, etc. etc. etc.

Y no obstante el montón de vicisitudes, lo que más me llena de angustia, es que ante ellas lo único que pude sacar en claro es que nuestra mayor preocupación no es reflexionar acerca de qué podemos aportar para hacer de nuestro mundo un lugar mejor, sino estar señalando a quien tiene la culpa y por supuesto nuestro villano favorito siempre es el multivituperiado GOBIERNO.

Muchas veces me pregunto si de verdad no nos damos cuenta que la materia prima de cualquier país somos los ciudadanos, cada uno de nosotros y nuestras acciones son los puntos del tejido social que escribe la historia. ¿De dónde vamos a sacar personas que integren una buena administración gubernamental si nada más no hay conciencia personal, si vivimos con un grupo de personas convencidas de que “el que no tranza no avanza”, que anteponen su comodidad al bien común; que patean, empujan y gritan con tal de “sacar ventaja”?

Sería tan prudente que esas buenas intenciones de fin de año se transformarán en actitudes, aptitudes y acciones que cambiaran nuestra historia; que todos nos ocupáramos de actuar para sumar y dejar de ver que están haciendo mal los vecinos; que aquel gran número de mexicanos que están empeñados en esforzarse lo menos posible para obtener ganancias económicas, dejarán los atajos, de dañar a sus congéneres y se sumarán a producir o por lo menos respetaran el valor fundamental que es la vida del otro.
No veo cambio posible sin concientización de la responsabilidad individual, sin embargo, la vida nos sigue dando oportunidades y tenemos por delante un 2018 lleno de páginas para forjar un mejor presente que nos brinde un poco de tranquilidad para el futuro. Ya es hora (si no es que ya se nos pasó un poco el tiempo) de cuidar a nuestro planeta y a su gente. 

Ser una buena persona siempre está de moda. De inicio emulemos a Benito Juárez, y con esto no me refiero a su peinado, respetando al prójimo y despabilemos al activista que todos tenemos dentro, y no para hacer marchas porque al pan bimbo sigue teniendo orilla, sino para contagiar conductas positivas que pueden den un giro al futuro poco claro que nos acecha. Feliz año y todos a sacar las crayolas… 



P.D. Por cierto si de casualidad encontraron en su árbol de navidad una bicicleta con canastilla que ustedes no pidieron, avísenme, es mía, ya ven que los reyes magos con tanto trabajo, luego se confunden.







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