En el
mundo en que vivimos todos los seres humanos nos hemos convertido en
consumidores potenciales. Existen cientos y cientos de empresas dedicadas a
satisfacer nuestras necesidades, algunas ofrecen productos en venta y otras
ideologías y convicciones aparentemente gratis, aunque al final del día todas esperan
obtener algún beneficio económico.
En el
primer caso, basta con conectarse a algún medio de comunicación o salir a la
vía pública para detectar cualquier cantidad de productos en venta ofertados a
nuestros sentidos en un intento por convencernos de que son justo lo que buscamos
para satisfacer nuestras necesidades y algunos de ellos incluso nos venden
primero la necesidad y luego el producto para subsanarla. ¿Extraño verdad?
A mi
particularmente me cuesta mucho desempeñar la labor de consumidora; digamos que
los bienes materiales no son mi hit, pero por supuesto que cotidianamente
adquiero productos, sin embargo lo hago de la manera más consiente y objetiva
que puedo y en el caso de los servicios soy verdaderamente exigente.
Creo
que los consumidores debemos estar conscientes que tenemos el derecho de exigir
que el proveedor de productos y servicios cumpla con los ofrecimientos que hace
en cuanto a la calidad. Indudablemente para que esto se concrete debemos estar
claros de lo que queremos e idealmente no adquirir algo que no necesitemos. En
el caso de los bienes materiales creo que debemos de verificar que el producto cubra
por completo con nuestros requerimientos y en el caso de los servicios, que se
nos atienda con prontitud y cortesía, de lo contrario debemos en primer lugar
exigirla y en caso de que no se cumpla, cambiar de proveedor.
En el
caso de las “empresas” que ofertan
bienes abstractos, como ideologías y convicciones, me parece que debemos ser
igual de exigentes y cuidadosos. Por ejemplo, en las pasadas elecciones,
tuvimos que enfrentarnos a decenas de mensajes de los presuntos candidatos a
puestos de elección popular, quienes incluso acosan al elector llamándole a su
casa y poniéndole grabaciones con sus presuntas propuestas, o invaden las
calles con perifoneos y propaganda escrita, resultando verdaderamente molesto.
Quizá
en algunos electores funciones, a mi particularmente me parece completamente inútil,
sobre todo sin nos damos a la tarea de conocer su carrera “política”,
currículum en la vida pública, experiencia, etc. En mi caso, el día de las
elecciones solo tenía una convicción muy clara: La oferta era tan mala que no
me atreví a comprar nada.
Casi
todos los niños son altamente susceptibles de caer en los mensajes
publicitarios y en sus antojos, salen al mundo pidiéndoles a sus papás que les
compren todo… Mis hijos por supuesto repetían el patrón, hasta que un día los
invite a realizar una reflexión, les dije que les iba a comprar lo que me
pidieran si cumplía con tres requisitos, el primero es que verdaderamente lo
necesitarán; el segundo que el objeto elegido cubriera del todo su
requerimiento y el tercero que estuvieran seguro que no podían vivir sin él.
Desde entonces mis pequeños se volvieron consumidores bastante responsables
para su edad.
Si algún
padre me lee, me permito darles un consejo para cuando vayan al súper mercado
que está repleto de objetos que despiertan el deseo de los menores: suban al
pequeño a un carrito con el fin de evitar que tome todo lo que está a su
alcance y cuando pasen enfrente de algo que su menor quiera, sobre todo si son
juguetes, dénselo y permitan que lo tenga consigo hasta que lleguen a la caja,
y una vez que haya que pagar lo sacan del carrito, le explican a su pequeño que
el juguete vive ahí y que no pueden sacarlo, pero que cada vez que vayan puede visitarlo
y tenerlo por un momento. En mi caso puedo asegurarles que fue muy eficaz.
Me
parece las compras deben realizarse con responsabilidad, así evitaremos
desencantos, frustraciones y corajes, al vernos timados, reflexionen un poco
antes de adquirir objetos y si pueden, asegúrense que cumplan con los tres
requisitos, así seguramente harán una SABÍA ADQUISICIÓN...
PD: SUSANA…
¿entendiste?
Escrito por: Lu Co
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