En
algunas ocasiones, los niños hacen citas con otros menores para jugar. De igual
forma a los adultos suelen reunirse con otras personas para realizar
actividades conjuntas, que pueden ser desde ver la televisión hasta tener una
partida de póker. Actualmente gracias a los múltiples sitios web que tienen
como objetivo servir como punto de coincidencia de personas que deseen
contactar a otra, ya sea con fines amistosos, románticos o sexuales, las citas de juegos amplían su concepto… (al
menos para mí).
La
primera vez que yo me acerqué a este tipo de sitios web en busca de una “cita”,
fue gracias a mi hija que le pareció buena idea inscribirme y ver si ahí podía
encontrar a alguien con quien hacer “match”, sin embargo creo que yo no estaba
lista, todo el concepto me parecía altamente absurdo y me resultaba casi
imposible conversar con alguien de quien no tenía mayor información que la de
su perfil, la cual obviamente no era
comprobable en el corto plazo.
Con
el tiempo y una vez familiarizada con el asunto lo volví a intentar y aunque el
motivo fue más por interés profesional que personal lo tomé con un poco más de
optimismo, y al parecer funcionó, sin embargo pasó más de un año para que me
animara a conocer a algunas de las personas que había contactado. La cita de
café resultó bastante bien y me convencí de que era buena opción, sobre todo
porque el trabajo absorbía 20 horas diarias de mi tiempo.
La
página en la que me inscribí tiene como objetivo fundamental hacer contacto con
personas interesadas en tener relaciones sexuales y al parecer los usuarios son
en su mayoría, personas casadas con la intención de serle infiel a su pareja.
Yo particularmente no manejo ese perfil, en primer lugar porque soy soltera y
después porque estoy convencida de que los hombres casados “sueltan pelusa”,
además que la solidaridad de género me llama.
La
diosa fortuna me ha permitido conocer a varios sujetos con características
bastante alentadoras: educados, inteligentes, divertidos y algunos hasta
guapos, sin embargo también me ha contactado cada cosa que como les cuento…
Desde el saludo que escriben junto a su fotografía (si es que tienen) me causa escalofríos, uno
que me llamó la atención y no de manera positiva decía: Busco hembra para
follar… ¿Qué es eso? ¿Convincente y directo?
Algunos
de mis contactados en ese sitio me cuentan que en el catálogo encuentran varios
tipo de mujeres, sin embargo la mayoría intentan ejercer el oficio más antiguo
del mundo; otras son mujeres casadas que ocupan materialmente un servicio, y lo
manejan como tal… necesitan una cita breve pero estimulante, ocupan el tiempo
que les sobra entre ir a hacer las compras y recoger a los niños a la escuela,
etc.
A mi
particularmente no deja de sorprenderme que haya sujetos que contactan a
alguien y que el tercer cuestionamiento, después de preguntar tu nombre (no
siempre lo hacen) y posición sexual favorita, sea en que hotel se ven.
Verdaderamente me sorprende la ingenuidad o el exceso de confianza que tienen…
Es como caminar por un sitio inseguro de la ciudad, digamos Tepito, y toparse
de frente con un desconocido y que te diga: cierra los ojos y abre la boca… y tú lo hagas! arriesgándote a que
te meta a la boca cualquier cosa que se le ocurra… ¿Ustedes lo harían? Pues
aparentemente hay personas que sí, yo no sé que tan urgente sea su urgencia,
pero por favor es indispensable tomar las precauciones mínimas.
Algunas
personas en un intento por ser “modernas” o “abiertas” o cualquiera que sea el
calificativo que usen, hacen citas de juegos con completos desconocidos, es
decir que no tienen ningún dato fidedigno comprobado sobre su persona, es más,
no saben ni como se ven en persona y mucho menos a que huelen ¿No les parece
arriesgado?
Posiblemente
sería prudente que cambiaran el sexo casual por el sexo sin compromiso, es
decir, se puede tener una cita de juegos solo por el gusto de jugar, sin
esperar que con esto surja un vínculo emocional… pero es muy oportuno conocer
más al jugador, contar con datos fidedignos de su ser y su contenido.
PD:
NO ME GUSTAN LAS FOTOGRAFÍAS SORPRESA
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