jueves, 13 de agosto de 2015

Prioridades priorizadas

La vida está llena de prioridades y las escuchamos en todos lados, por ejemplo “mujeres y niños primero”, “la sopa y luego el postre”, “primero las responsabilidades y luego la diversión” “el gasto antes del gusto”, “haz la tarea y luego juegas” ¿Quién las define, la sociedad, los padres, los jefes? ¿Cómo saber qué cosa es más importante que otra?

Últimamente en el trabajo me la he pasado escuchando “equis cosa es prioridad”, “primero hay que sacar tal pendiente porque es prioridad”; en el ámbito laboral obviamente los jefes son quienes tienen la responsabilidad de definir qué cosas son más importantes que otras de acuerdo a los objetivos de la empresa y en ocasiones por sentido común uno mismo puede dar por hecho la urgencia de entregar algún pendiente, pero ¿en la vida?  

En algún momento de mi vida me crucé con una persona que su prioridad en la vida era su trabajo, las relaciones quedaban en segundo lugar al igual que su salud y su vida personal, si me lo preguntan no estoy muy de acuerdo con ese estilo de vida, siempre he pensado que las personas son más importantes lo que me lleva a una situación en la me involucre recientemente…
Mi jefa planeo realizar una capacitación para los ejecutivos del call center de la empresa, en un inicio yo no estaba contemplada para participar y mucho menos para asistir pero de último momento me dijo que debía de ir, decisión en la que no estuve de acuerdo en primera porque la escuela me quedaba más lejos y en segunda porque era el cumpleaños de un amigo con quien ya había quedado de llevarlo a comer con motivo de festejarlo, al decirle mis razones ella no pareció muy contenta, sobra decir que las cosas se pusieron algo tensas pero finalmente acepto que no fuera. Al día siguiente de la capacitación una de mis compañeras me dijo “te recomiendo que a la próxima no pongas pero y vayas si es necesario”, argumente que no lo era porque mis deberes laborales no tienen nada que ver con la capacitación a lo que ella respondió “esa no es tu decisión”, me quede callada y no quise seguir discutiendo…
¿Hice mal? Posiblemente muchos pensarían que si y que a los jefes no se les debe contradecir sobre todo porque en ellos esta la última palabra en si sigues o no en la empresa, pero dadas las circunstancias sé que estoy en un momento cómodo por ahora en el que no necesito trabajar por tres pesos, sigo contando con el apoyo de mi mamá y nadie depende de mi para sobrevivir monetariamente, lo que me lleva de vuelta a las prioridades, creo que los amigos tienen una importancia mayor que el empleo.
Dicha postura la comenté con otro amigo quien me dijo que no debí de haber dicho que no quería ir a la capacitación por un cumpleaños aunque esa fuera mi razón, a lo que respondí con lo siguiente, “el trabajo va y viene, si me despiden o renuncio sé que puedo encontrar otro, quizá no sea fácil pero puedo hacerlo, sin embargo encontrar a un amigo no es tan fácil”
Por lo tanto los invito a que revisen su lista de prioridades, ¿realmente vale la pena dejar en segundo lugar a quienes estarán ahí para darte la mano cuando lo necesites? El trabajo no puede darte abrazos ni besos, no te hará reír, no compartirás tus problemas ni te escuchara pero un amigo o un pariente te aseguro que siempre estará ahí incluso para ayudarte a encontrar otro trabajo.
 
Escrito por: Sue FC

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