Últimamente en el trabajo me la he pasado escuchando “equis cosa es prioridad”, “primero hay que
sacar tal pendiente porque es prioridad”; en el ámbito laboral obviamente los
jefes son quienes tienen la responsabilidad de definir qué cosas son más
importantes que otras de acuerdo a los objetivos de la empresa y en ocasiones
por sentido común uno mismo puede dar por hecho la urgencia de entregar algún
pendiente, pero ¿en la vida?
En algún momento de mi vida me crucé con una persona que su prioridad en la vida era su trabajo, las relaciones quedaban en segundo lugar al igual que su salud y su vida personal, si me lo preguntan no estoy muy de acuerdo con ese estilo de vida, siempre he pensado que las personas son más importantes lo que me lleva a una situación en la me involucre recientemente…
Mi jefa planeo realizar una capacitación para los ejecutivos
del call center de la empresa, en un inicio yo no estaba contemplada para
participar y mucho menos para asistir pero de último momento me dijo que debía
de ir, decisión en la que no estuve de acuerdo en primera porque la escuela me
quedaba más lejos y en segunda porque era el cumpleaños de un amigo con quien
ya había quedado de llevarlo a comer con motivo de festejarlo, al decirle mis
razones ella no pareció muy contenta, sobra decir que las cosas se pusieron
algo tensas pero finalmente acepto que no fuera. Al día siguiente de la
capacitación una de mis compañeras me dijo “te
recomiendo que a la próxima no pongas pero y vayas si es necesario”,
argumente que no lo era porque mis deberes laborales no tienen nada que ver con
la capacitación a lo que ella respondió “esa
no es tu decisión”, me quede callada y no quise seguir discutiendo…
¿Hice mal? Posiblemente muchos pensarían que si y que a los
jefes no se les debe contradecir sobre todo porque en ellos esta la última
palabra en si sigues o no en la empresa, pero dadas las circunstancias sé que
estoy en un momento cómodo por ahora en el que no necesito trabajar por tres
pesos, sigo contando con el apoyo de mi mamá y nadie depende de mi para
sobrevivir monetariamente, lo que me lleva de vuelta a las prioridades, creo
que los amigos tienen una importancia mayor que el empleo.
Dicha postura la comenté con otro amigo quien me dijo que no
debí de haber dicho que no quería ir a la capacitación por un cumpleaños aunque
esa fuera mi razón, a lo que respondí con lo siguiente, “el trabajo va y viene,
si me despiden o renuncio sé que puedo encontrar otro, quizá no sea fácil pero
puedo hacerlo, sin embargo encontrar a un amigo no es tan fácil”
Por lo tanto los invito a que revisen su lista de
prioridades, ¿realmente vale la pena dejar en segundo lugar a quienes estarán
ahí para darte la mano cuando lo necesites? El trabajo no puede darte abrazos
ni besos, no te hará reír, no compartirás tus problemas ni te escuchara pero un
amigo o un pariente te aseguro que siempre estará ahí incluso para ayudarte a
encontrar otro trabajo.
Escrito por: Sue FC ❤
Totally agree
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