martes, 11 de agosto de 2015

DISERTACIONES: ¿LO IMPORTANTE?

Todas las personas hemos llegado al punto de cuestionarnos que es lo más importante en la vida ¿O no? Cuando somos niños lo más importante en la vida es satisfacer nuestros antojos y ocurrencias. Es una maravilla analizar las prioridades vitales de un niño que van desde conseguir que les compren un helado de doble bola, cubierto de chocolate, con decorado de chochitos, granitos de chocolates y un pequeño copete de mermelada coronado con un malvavisco, hasta que le den permiso para quedarse despierto algunas horas después del tiempo límite establecido por sus padres.

En la adolescencia las prioridades cambian, entonces es importante la manera en que los demás los perciben; pasar los mejor que se pueda y con el menor esfuerzo las materias escolares; destacar en alguna actividad o posicionarse como el más desafiante, que se atreve a cumplir cualquier reto que se le haga por muy absurdo que sea.
Cuando se llega a la juventud, entre los 18 y los veintitantos, es importante alcanzar algún nivel de independencia; ser atractivo para el sexo opuesto; contar con suficiente efectivo para andar de fiesta; tener lo último de lo último en tecnología para presumirlo a sus amigos, aquí cabe mencionar que si no lo pueden presumir se mella un poco el gusto de tenerlo y una unidad móvil para desplazarse a cualquier destino de interés, de preferencia un coche. La escuela empieza a ser considerada importante cuando se acerca el tiempo de ser autosuficiente.
Una vez que se entra a la adultez todo se complica, las prioridades cambian de persona a persona, pero en general se puede decir que lo importante es alcanzar el bienestar económico, emparejarse con alguien aunque no haya pleno convencimiento de la compatibilidad para formar una familia propia y se adoptan algunos valores ético-morales en busca de establecer un deber ser socialmente aceptable.
Yo recuerdo ¿o lo soñé? que cuando era niña por ahí decían que uno puede reconocer las cosas verdaderamente importantes cuando se alcanza la madurez, entonces me convenzo que eso no es del todo cierto o será qué a mis tantos años ¿aún no la alcanzó? Por más que volteo para todos lados no distingo con claridad lo importante.
Por supuesto que tengo la certeza que cumplir con mis responsabilidades gustosamente adquiridas me hace feliz ¿entonces debo suponer que eso es lo importante? Pero en muchas ocasiones las actividades que conllevan a hacerlo son un tanto pesadas, entonces supongo que lo importante son las obligaciones que nos cuestan trabajo o ¿son las metas que alcanzamos?
Por otra parte, mi lógica, un tanto alternativa, me ha hecho concluir que lo importante es ni más ni menos que lo que nos hace feliz; pero conozco a un montón de personas que no lo son, y aparentemente tienen todo para serlo: una esposa/esposo, un trabajo, hijos y una infraestructura con todo lo que la familia requiere, pero su espíritu está triste, andan por la vida molestos o cabizbajos.
Yo me pregunto entonces ¿qué pasa ahí? Tienen palomita en alcanzar lo aparentemente importante pero no son contentos. ¿Será que yo estoy equivocada y lo importante no es lo que nos hace feliz, sino lo que calificamos como tal en un estado de supuesta madurez?
Con tantos años de vida debo reconocer mi absoluta ignorancia sobre lo que es importante, pero soy experta en lo que me hace feliz, no necesito más que la combinación de una puesta de sol, una cerveza bien fría y la compañía de un ser querido… y al escoger entre un marido y un helado de chabacano, seguramente me quedo con lo último.
 
Escrito por: Lu Co

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