lunes, 6 de julio de 2015

¿Por qué sigo confiando en ti?

El viernes mi mejor amigo me llevó a una “fiesta” con engaños, diciéndome que iríamos a un lugar y al final acabó siendo otro, cuando le pregunté porque no me dijo la verdad, respondió que era porque sabía que no iría si me decía a dónde íbamos, a los diez minutos de llegar le pedí que me regresarán a mi casa porque no estaba cómoda.

Cabe mencionar que las últimas veces que he salido con él, el resultado ha sido exactamente el mismo, me pregunté a mi misma una y otra vez ¿por qué le seguía creyendo? y peor aún ¿por qué seguía yendo a fiestas con sus amigos con los que ni siquiera congenio? Además cada una de esas veces que me he regresado molesta a mi casa me juro a mí misma que no lo volveré a hacer, pero como se imaginarán ese nunca, nunca se cumple y el siguiente viernes ahí estoy parada como autista preguntándome una y otra vez “¿a qué viniste?”

Mi mamá me hizo las mismas preguntas cuando volví a casa, ¿por qué sigues confiando en él?, y después de meditarlo un poco y platicar con la almohada lo supe, porque es mi amigo, sé que no puedo creerle cuando me asegura que me voy a divertir porque últimamente he sido muy bipolar y mis estados de ánimo cambian como el clima en el DF, pero la confianza que tengo depositada en él es algo que va mucho más allá de una mala fiesta.

Sé que los amigos pueden cometer cientos de errores (todos los cometemos), pero cuando una amistad llega a un punto donde la palabra cariño se queda corta, lo que menos importa es que te aburriste o que no te cayeron bien los demás presentes, sé que si mi amigo me lleva a otras 10, 15 o 30 fiestas horribles de las que me quiera ir apenas llegué no voy a dejar de quererlo ni el a mí por no encajar en su vida social, hemos pasado por tantas cosas que un viernes aburrido no va a cambiar la amistad que tenemos.

Así que si me pregunto ¿por qué  sigo confiando en él? Simplemente tengo que mirar atrás y lo sabré, puede que sea molestón, burlón, cínico y pelado para los ojos de los demás, pero para mi, es mí amigo molestón, burlón, cínico y pelado, al que sé que podré llamar en cualquier momento cuando necesite una mano amiga o unos oídos que me escuchen o unas palabras de ánimo.


Por lo tanto estoy casi segura que si el próximo viernes me sale con “tengo una fiesta buenísima que te va a gustar” yo estaré ahí.


Escrito por: Sue FC 

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