Una de ellas aseguró que sentía inclinación por los hombres expertos, su argumento era bastante convincente toda vez que se consideraba una mujer adulta que sabía lo que quería y lo que le gustaba por lo que elegía hombres con un perfil similar, de hecho le molestaba encontrarse con un neófito en el sexo, que no tuviera conocimiento de las áreas de placer femenino y su actuación se limitara a imitar, en el mejor de los casos, películas pornográficas de mala calidad.
En contraparte, a una de mis amigas los hombres “sabiondos” le parecían insoportables, toda vez que su papel en la cama se limitaba a fórmulas ya probadas; conocía los puntos y las acciones “eficientes”. En cambio los amantes novatos le parecían territorios inexplorados a quienes ella podía iluminar, además de que suplían su falta de experiencia con entusiasmo y buena disposición, cualidades que le parecían primordiales para hacer formas y figuras sexuales similares a las de un origami japonés.
Una más opinó que no quería ni a uno ni a otro, que su hit era su marido, toda vez que juntos habían aprendido el arte de amar y para ella era lo mejor. A este supuesto yo le encontré demasiadas deficiencias y defectos, que no mencioné a fin de no atentar contra el modelo romántico de mi amiga.
Durante toda la conversación yo estuve muy calladita intentando asimilar los argumentos de todas, sin atreverme a defender una postura, pero me llegó el momento de exponer mis preferencias. ¿Cuál creen que elegí? No tuve el valor de limitarme a una sola opción y elegí ambas, a mi definitivamente me gustan los hombres.
Por supuesto que encontrar en el camino a una persona muy iluminada siempre es materialmente un placer, toda vez que puedes intercambiar conciencia y disfrutar de su habilidades, sin embargo, he de confesarles que en más de una ocasión me han desilusionado, he comprobado que la experiencia era sólo discursiva o muy muy muy parcial, el hombre apenas reconocía a la “o” por lo redondo.
En cuanto a los hombres entusiastas ¿Qué les puedo decir? La mayoría son jóvenes de menos de 26 años y todos sabemos que la carne fresca siempre sabe mejor, además de que sus ansias de vivir nuevas experiencias se traducen en excelente disposición y energía.
Sin embargo si tuviera que hacer una recomendación, lo haría dependiendo de las características de la mujer que me la solicitará, por ejemplo, si es una chica de menos de 25 años, le recomendaría ampliamente que compartiera la cama con un hombre “que sabe lo que hace”, probablemente la joven hasta el momento ha experimentado en el mejor de sus casos sus deseos románticos y en el peor, las ocurrencias de chicos de su edad que son bastante básicos. En ese momento de su vida tener contacto con un sujeto experimentado puede cambiar su concepción del sexo para el resto de su vida.
Si la solicitante es una mujer de más de 40 años, que la mayor parte de sus relaciones son con hombres de su edad (no necesariamente expertos), la animaría a vincularse con un joven entusiasta, ávido de aprender y que la vería como una diosa sexual. Eso seguramente levantaría mucho el ánimo y recobraría el gusto por la práctica.
En fin, en el plano sexual, al igual que todo en la vida, nada es totalmente blanco o totalmente negro, vivimos en un mundo matizado. NO SE LIMITEN.
Escrito por: Lu Co
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