lunes, 20 de julio de 2015

Clavos y martillos

Hace no mucho di por terminada una “relación” con equis persona, una de los principales motivos fue porque nuestros intereses y prioridades se encontraban en extremos opuestos, cabe mencionar que mi niña interna se comportó como se esperaría que lo hiciera después de pasar años viendo películas de Disney: se tiró en la cama hecha un mar de lágrimas, comió helado de chocolate y repasó una y otra vez todos los momentos que vivió con aquel sapo, después de verla hacer su berrinche le dije que era suficiente y que debíamos seguir con los nuestro, ella se negaba argumentando que no quería saber nada de citas ni de hombres rana. En vista de que mis intentos por persuadirla eran un poco inútiles opte por esperar un par de días a que su berrinche se calmara.

Días después platiqué del tema con una amiga y entre chismes, risas y demás le pregunté “¿Crees que es cierto que un clavo saca otro clavo?”, luego de pensarlo un poco me dijo que no porque uno hace eso por despecho. Medité sobre su respuesta un poco y en mi particular punto de vista me pareció algo lógico si generalizamos el tema, muchos pueden creer que estás sustituyendo a alguien y obviamente nunca va a ser igual, si fue una relación duradera y buscas reemplazar un vacío llegarás al punto de comparar lo que hace alguien nuevo y lo que hacía tu ex, el comportamiento, la formas de reaccionar, etc. Entonces pensé, no tengo que sacar un clavo con otro, eso es casi imposible si lo ponemos literalmente en práctica, ¿cuándo han visto que alguien saque un clavo de una pared con otro? ¡Nunca!, algunos lo intentan con las manos, pero cuando este se encuentra aferrado y no sale pueden llegar a lastimarse si lo fuerzan, ¿qué usan? Un martillo ¿no?


Entonces, ¿Por qué no aplicar la misma idea en las relaciones?, no es necesario buscar una nueva pareja y menos si esta se parece en algo a la anterior, ¿por qué no conocer a alguien distinto? Y no para formalizar u olvidar simplemente por el placer de hacerlo, de ampliar horizontes e incluso por pura diversión, por curiosidad de saber cómo son  y a que saben.

Desde que tengo memoria nunca he sido una persona de relaciones y menos aún duraderas, pero cuando estas han llegado suceder y terminan por uno u otro motivo no salgo de una para entrar a otra como muchas personas que conozco, aclaro que no juzgo, a cada quien le funciona diferente, tengo muchas amigas que apenas terminan con alguien ya están con otro, no sé si aplican la frase del clavo o si realmente son tan fáciles de enamorar, pero en mi caso ocurre todo lo contrario, disfruto  de ser soltera y tener todo el tiempo del mundo para mí.


Generalmente lo último que busco es otro clavo que poner en mi pared y por el contrario soy más partidaria de los martillos que se encargan de sacarlo por completo con divertidas pláticas y uno que otro beso, sin prisas por ocupar ese hueco que dejo el otro, quizá con el tiempo se conviertan en uno o bien simplemente pasen a ser guardados en la caja de herramientas.     

Escrito por: Sue FC ❤

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