viernes, 10 de abril de 2015

Disertaciones: Responsabilidad vital

La responsabilidad es en el sentido más amplio un valor de la conciencia que nos permite considerar, reflexionar y valorar las consecuencias de nuestros actos, o al menos esos nos dice Wilkipedia.

Entonces… yo puedo concluir que la responsabilidad vital es asumir nuestra vida no sólo como un cúmulo de anécdotas que nos hacen actuar y forjar una perspectiva de nuestra experiencia existencial, sino como un acto de alimentar el alma, orientado a que nuestras acciones sumen elementos positivos en nuestro diario devenir, y mejor aún en el de los demás?

Suena complicado, verdad? Pero es más simple de lo que parece…Desde que yo tengo conciencia escuché un dicho muy sabio que reza: Trata a los demás como quieres que te traten. Esa frase ha dado vueltas y vueltas en mi cabeza por varias decenas de años y ha determinado mi ser, sumada a una frase que tuve la fortuna de conocer en la escuela, acuñada por el Benemérito de las Américas que dice: El respeto al derecho ajeno es la paz. 

Analizando y asociando ambas, he intentado relacionarme con las personas con el cariño y el respeto que me tengo a mí misma y a veces las experiencias al toparme con personas que carecen de éste sentimiento de civilidad y cortesía ha sido verdaderamente aleccionador: “no me vería linda siendo así” y “estoy segura, segura que no quiero ser así”. No debo permitir que nadie me robe la sonrisa ni la ilusión que despierta conmigo cada día.

También me he encontrado con personas bien intencionadas que quieren hacer un mundo mejor para todos, sin embargo, su método impositivo e intolerante lejos de sumar replicadores los alejan, un ejemplo claro son las personas que exigen a la mamá de un niño que deje de jalonearlo y regañarlo en la calle, gritándole cualquier clase de improperios y amenazándola con someterla a un trato similar… qué es eso?

Al final del día sé que no puedo obligar a nadie a actuar de manera distinta a lo que su conciencia le dicta, aunque sospeche que ésta se fue de vacaciones a Acapulco y cuando intentó regresar le tocó un bloqueo magisterial y desistió de volver.

Pero sí debo responder con una sonrisa a cada persona que interactúe conmigo; cuando manejo debo ceder el paso a otros vehículos y principalmente a los peatones que en ocasiones me regalan una sonrisa y en la carretera disminuir la velocidad cuando alguien intenta rebasar para no poner en riesgo su seguridad y la de sus acompañantes, etc.

Para mí es importante no emitir un juicio de valor (está bien o está mal) respecto a las acciones o argumentos de los demás particularmente cuando no obtuvieron resultados positivos, toda vez que con su consecuencia “tienen” para que todavía deban ser sometidos al escrutinio de los demás y a sus índices de fuego que se regocijan señalando los errores ajenos sin considerar los propios, creo que un poco de actitud solidaria y silencio es mejor.

En todo caso podríamos hacer junto con el “presunto responsable” un análisis constructivo del procedimiento e intentar reorientarlo o perfeccionarlo para que no se vuelva a repetir la equivocación, esto siempre y cuando sea a solicitud del interesado.

Me parece que convivir con nosotros mismos debe ser un gusto e interactuar con los demás un verdadero placer sin importar las similitudes o diferencias. Al parecer de manera natural y consiente buscamos personas similares a nosotros para cultivar amistades, sin embargo yo tengo gran aliciente en asociarme con personas distintas a mí que comparten su perspectiva de la vida y me señalan ópticas que no sabía que existían.

La vida en sí misma es un placer y si tomamos como tarea alimentar el alma… seguramente no nos quedará tiempo para juzgonear a los demás.


Escrito por: Lu Co

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