viernes, 17 de abril de 2015

Disertaciones: La primera cita

La primera vez de todo generalmente es atemorizante, al parecer se debe a que el ser humano le teme a lo desconocido. Cuando estamos próximos a tener una experiencia nueva automáticamente nuestro ser se alerta, los sentidos se avispan al máximo y nos preparamos para alejarnos (o correr en círculos como lo hace mi hija), si ésta no place a nuestros sentidos.

Hay muchos tipos de primera cita, puede ser de trabajo, con el doctor, con familiares que no conocemos, con los papás de alguien, etc. Todas ellas implican que nos reuniremos frente a frente con una o más personas que no tenemos el gusto de conocer, quizá podamos tener alguna información previa o peor aún, muchos datos que nos han permitido imaginar al ser que tendremos enfrente, y esto nos va llenando de emociones, no necesariamente negativas.

En esta ocasión me referiré a la primera cita que tenemos las mujeres con un posible galán, con un sujeto en el que hemos encontrado las características para sumarlo a nuestra vida como alguien potencialmente querible, probablemente ya hemos coincidido con él de manera casual o podría ser que hasta de manera frecuente porque quizá se trate de algún compañero de trabajo o escuela, sin embargo hasta antes de fijar una cita, era un X, pero ahora lo recategorizamos y lo convertimos en nuestra próxima PRIMERA CITA.

Por supuesto, en el lapso de tiempo que pasa entre que fijamos el tiempo y el lugar a donde nos reuniremos, nos llenamos de nervios, un poco de angustia, hacemos una lista interminable de expectativas que pueden ir desde el olor que tendrá, qué sentiremos cuando se acerque a nosotros, su opinión sobre el caso Ayotzinapa o si firmaría un solicitud para criminalizar a las “mantis religiosas” que engullen a su pareja después del sexo.

Muchas de las mujeres invierten tiempo, a veces mucho y otras no tanto, en elegir la ropa exacta que deben ponerse, los accesorios, zapatos, ensayan frente al espejo varios tipos de mirada, actitudes, tonos de voz y respuestas potencialmente sensuales y sugerentes en caso de que el hombre cumpla al menos con una de sus expectativas.

Algunas hacen toda una lista de “peros” que les resultan intolerantes y que les han traído malas experiencias, para que en cuanto sus sentidos capten alguna característica no positiva del candidato, ellas pretexten un fuerte dolor en el zapato izquierdo y huyan de la escena, sin dar más explicaciones ante la mirada azorada del galán que en ese momento seguramente se sentirá frustrado.

Otras se llenan de optimismo y esperan el día como niño a Santa Claus, están seguras que será maravilloso y una ocasión memorable, tienen la actitud de justificar cualquier “pequeño detalle”; si el hombre mastica con la boca abierta, se debe a que probablemente tiene un diente más grande  pero es quizá que esté en tratamiento de ortodoncia; en caso de produzca ruidos propios de cavernícolas, es porque el sujeto tiene una actitud natural y no le gusta fingir; si el sujeto va al baño justo cuando llega la cuenta y se tarda más que el primer hombre en descubrir el fuego y ella debe pagar, se debe a que es un caballero que cree en la liberación femenina.

Algo es seguro, sin importar el tipo de mujer que sea, ella tiene pensamientos previos a ésta primera ocasión y generalmente lleva un plan preconcebido a esa primera cita. Quizá encuentre al amor de su vida, quizá se tope con un lindo sujeto bien intencionado que con el tiempo se convertirá en un buen amigo, quizá se presente el gemelo feo de King Kong y tenga que huir ante el temor de ser devorada, pero seguramente ELLA LUCIRÁ GENIAL.



Escrito por: Lu Co

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