El viernes
pasado fui al cumpleaños de una de mis mejores amigas, conforme el ambiente iba
en aumento y entre una copa y otra, no pude evitar notar algo que ha sido
recurrente en las últimas salidas con dos mis amigas, ya no somos solo las
tres, hay dos nuevos integrantes a ese grupo, sus novios, y antes que nada
aclaro que ambos me caen muy bien y son mis “cuñados” favoritos hasta el
momento, pero al verlas me puse a reflexionar sobre ello.
Muy rara vez
ha sucedido que las tres nos encontremos en una relación, especialmente yo
porque no soy una persona a la que se le facilite mantener un novio, pero ese
no es mi punto, me puse recordar los tiempos antes y después de ellos, antes éramos
nosotras tres contra el mundo, teníamos nuestras patoavernturas cargadas de
miles de carcajadas por cualquier tontería, el salir de fiesta implicaba retarnos
por conseguir el beso de la noche, pocas veces podíamos darnos el lujo de
gastar hasta el último centavo porque en realidad era muy poco el presupuesto
que teníamos pero siempre nos las ingeniamos para pagar nuestro consumo entre
las tres, éramos unas fumadoras compulsivas y no faltaba nuestro café o cerveza
para echar el chisme, teníamos pijamadas en las que sacábamos a las niñas
internas a jugar a los disfraces y a maquillarse, y claro que no faltaban
nuestras fotos.
Ahora ellas
tienen otras ocupaciones y quizá no necesariamente es por sus novios,
obviamente los años hicieron de las suyas, las circunstancias han cambiado y
las responsabilidades han crecido, y aunque intentamos mantenernos en contacto
y vernos cuando los horarios coincidan, no falta el momento incómodo por el que
paso al estar de mal tercio, aunque poco a poco he logrado superar esa
situación e intento divertirme sin importar que estén de románticas besuconas. En
un principio llevaba al galán en turno pero mis ojos coquetos llegaron a ser un
problema por lo que opte por dejar de hacerlo, y me enfoque en ver a sus novios
como unos amigos más en la salida en lugar de alguien que se roba la atención
de mis amigas.
Después de
eso me puse a pensar en las ventajas que resultan de andar de novia de fulanito
al momento de una salida, y obviamente llegaron a mi mente los recuerdos y
experiencias de cuando me encontraba en ese lado, la comodidad de que alguien
te lleve y te regrese, tener una pareja de baile para cuando empiezan las
canciones guapachosas o de banda,
ponerte romántica y dar besos como si no hubiera un mañana, agudizar el oído
para cuando dice algo tierno o te canta una canción, sentirte cuidada y
protegida cuando sales del lugar, en ocasiones no hacerte cargo de la cuenta
porque como buen caballero insiste en consentirte, dejar de preocuparte por
cuanto estas tomando porque él está ahí para sostenerte, entre otras cosas.
Todas esas
cosas pasaron por mi cabeza cuando pusieron cumbia en el lugar donde nos encontrábamos
y los novios de mis amigas las invitaron a bailar, por mi parte, tome asiento y
me dispuse a terminar de tomarme mi cerveza, por un instante pasó por mi mente “quiero
un novio”, pero ese pensamiento desapareció en cuanto miré por encima de los
bailarines a mis tres acompañantes de la noche, uno de ellos volteo a verme y
me preguntó si quería que me pidiera otra cerveza, otro de ellos se acercó y me
invito a bailar y uno más andaba risa y risa, la cual me contagió de inmediato.
Después de
un rato prendieron las luces, pagamos la cuenta y nos salimos del lugar,
caminamos rumbo al coche de uno de mis amigos, como traía tacones mi mejor
amigo se acercó y me ofreció su brazo para que no me fuera a caer, subimos al
auto y me recosté sobre él, quien inmediatamente alzó un brazo para que pusiera
mis manos y me calentara, mientras llegábamos a algún lugar donde aún hubiera algo
de comer por unos minutos el sueño me venció pero alcance a escuchar que uno
dijo “hoy se veía muy bonita no?”, luego mi mejor amigo añadió “siempre se ve
bonita”…
Después de
un rato llegamos a unos tacos en no me pregunten donde; iba temblando, parecía
que el invierno nos había caído encima, otro de mis amigos me vio, se quitó su
saco y me lo puso, mientras que otro me daba su bufanda y uno más me abrazaba,
terminamos de cenar y me llevaron a mi casa.
Al
recostarme volvieron a mi mente todos esos pensamientos sobre los novios y
¿saben algo? No me molesta no tener a una pareja, porque mientras ellas son consentidas
por uno, yo tengo a tres y a veces cuatro amigos dispuestos a cuidarme, ¿para
qué quiero un novio que me acapare cuando los tengo a ellos? No necesito de
alguien con un título, con ellos tengo, me bastan y me sobran, atenciones,
jugamos a las cervezas, apostamos en los partidos de la champions, aclaran
cualquier duda que tengo, dicen justo lo que necesito oír aunque no siempre sea
lo que quiero….
Realmente me
encanta ser la última soltera….
Escrito por: Sue FC ❤
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