lunes, 7 de septiembre de 2015

La última soltera

El viernes pasado fui al cumpleaños de una de mis mejores amigas, conforme el ambiente iba en aumento y entre una copa y otra, no pude evitar notar algo que ha sido recurrente en las últimas salidas con dos mis amigas, ya no somos solo las tres, hay dos nuevos integrantes a ese grupo, sus novios, y antes que nada aclaro que ambos me caen muy bien y son mis “cuñados” favoritos hasta el momento, pero al verlas me puse a reflexionar sobre ello.

Muy rara vez ha sucedido que las tres nos encontremos en una relación, especialmente yo porque no soy una persona a la que se le facilite mantener un novio, pero ese no es mi punto, me puse recordar los tiempos antes y después de ellos, antes éramos nosotras tres contra el mundo, teníamos nuestras patoavernturas cargadas de miles de carcajadas por cualquier tontería, el salir de fiesta implicaba retarnos por conseguir el beso de la noche, pocas veces podíamos darnos el lujo de gastar hasta el último centavo porque en realidad era muy poco el presupuesto que teníamos pero siempre nos las ingeniamos para pagar nuestro consumo entre las tres, éramos unas fumadoras compulsivas y no faltaba nuestro café o cerveza para echar el chisme, teníamos pijamadas en las que sacábamos a las niñas internas a jugar a los disfraces y a maquillarse, y claro que no faltaban nuestras fotos.

Ahora ellas tienen otras ocupaciones y quizá no necesariamente es por sus novios, obviamente los años hicieron de las suyas, las circunstancias han cambiado y las responsabilidades han crecido, y aunque intentamos mantenernos en contacto y vernos cuando los horarios coincidan, no falta el momento incómodo por el que paso al estar de mal tercio, aunque poco a poco he logrado superar esa situación e intento divertirme sin importar que estén de románticas besuconas. En un principio llevaba al galán en turno pero mis ojos coquetos llegaron a ser un problema por lo que opte por dejar de hacerlo, y me enfoque en ver a sus novios como unos amigos más en la salida en lugar de alguien que se roba la atención de mis amigas.

Después de eso me puse a pensar en las ventajas que resultan de andar de novia de fulanito al momento de una salida, y obviamente llegaron a mi mente los recuerdos y experiencias de cuando me encontraba en ese lado, la comodidad de que alguien te lleve y te regrese, tener una pareja de baile para cuando empiezan las canciones guapachosas  o de banda, ponerte romántica y dar besos como si no hubiera un mañana, agudizar el oído para cuando dice algo tierno o te canta una canción, sentirte cuidada y protegida cuando sales del lugar, en ocasiones no hacerte cargo de la cuenta porque como buen caballero insiste en consentirte, dejar de preocuparte por cuanto estas tomando porque él está ahí para sostenerte, entre otras cosas.

Todas esas cosas pasaron por mi cabeza cuando pusieron cumbia en el lugar donde nos encontrábamos y los novios de mis amigas las invitaron a bailar, por mi parte, tome asiento y me dispuse a terminar de tomarme mi cerveza, por un instante pasó por mi mente “quiero un novio”, pero ese pensamiento desapareció en cuanto miré por encima de los bailarines a mis tres acompañantes de la noche, uno de ellos volteo a verme y me preguntó si quería que me pidiera otra cerveza, otro de ellos se acercó y me invito a bailar y uno más andaba risa y risa, la cual me contagió de inmediato.

Después de un rato prendieron las luces, pagamos la cuenta y nos salimos del lugar, caminamos rumbo al coche de uno de mis amigos, como traía tacones mi mejor amigo se acercó y me ofreció su brazo para que no me fuera a caer, subimos al auto y me recosté sobre él, quien inmediatamente alzó un brazo para que pusiera mis manos y me calentara, mientras llegábamos a algún lugar donde aún hubiera algo de comer por unos minutos el sueño me venció pero alcance a escuchar que uno dijo “hoy se veía muy bonita no?”, luego mi mejor amigo añadió “siempre se ve bonita”…

Después de un rato llegamos a unos tacos en no me pregunten donde; iba temblando, parecía que el invierno nos había caído encima, otro de mis amigos me vio, se quitó su saco y me lo puso, mientras que otro me daba su bufanda y uno más me abrazaba, terminamos de cenar y me llevaron a mi casa.

Al recostarme volvieron a mi mente todos esos pensamientos sobre los novios y ¿saben algo? No me molesta no tener a una pareja, porque mientras ellas son consentidas por uno, yo tengo a tres y a veces cuatro amigos dispuestos a cuidarme, ¿para qué quiero un novio que me acapare cuando los tengo a ellos? No necesito de alguien con un título, con ellos tengo, me bastan y me sobran, atenciones, jugamos a las cervezas, apostamos en los partidos de la champions, aclaran cualquier duda que tengo, dicen justo lo que necesito oír aunque no siempre sea lo que quiero….


Realmente me encanta ser la última soltera….  


Escrito por: Sue FC 

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