jueves, 17 de septiembre de 2015

Falsas expectativas

La vida está llena de expectativas en diferentes niveles, por ejemplo en el trabajo, tener estabilidad laboral, crecer profesionalmente, conseguir un aumento; en la escuela, sacar buenas calificaciones, no reprobar, pasar de año, graduarse; en la salud, minimizar enfermedades, recuperarse, etc.

Y también tenemos las expectativas  en las relaciones, las mujeres somos alimentadas por románticas películas y cientos de clichés, apenas conocemos a alguien que hace que las mariposas de nuestro estómago revoloteen, nos proyectamos en la escena que más se apegue a nuestra realidad dando por hecho que el resultado será similar; por ejemplo, el chico popular un día te habla para pedirte un lápiz, el cerebro femenino rápidamente se ubica como Mandy Moore en “Un amor para recordar”, y te asegurará que así será tu historia, él se dará cuenta lo especial y maravillosa que eres, abandonará a su novia porrista y correrá a tus brazos mientras le grita a los cuatro vientos que tú eres el amor de su vida, o ¿qué hay de ese “niño malo” con el que empiezas a salir?, todos los que lo conocen te advierten que es un patán que sólo juega con las mujeres y se aprovecha de sus ilusiones para conseguir llegar a tercera base o incluso anotar, pero tu rápidamente te ves como esa mujer que hará la diferencia, aquella de la cual él se enamorará perdidamente y cambiara por ti, como ocurre en “la novia de mi mejor amigo”, y así existen cientos de historias similares en las que las mujeres nos ubicamos siempre como la protagonista que llego a la vida de un hombre para quedarse, y ¡claro! No dudo que exista por ahí una que otra afortunada que logre escribir en el libro de su vida o el capítulo actual “y vivieron felices para siempre”  pero en la mayoría de los casos las falsas expectativas serán quienes dominen la situación.

Ahora veamos el otro lado, los hombres, ¿a quién culpamos por sus falsas expectativas?, analicemos un poco, el género masculino suele ser caracterizado como un ser abierto sexualmente, su curiosidad por esos temas comienza a una edad más temprana (si lo comparamos con las mujeres), investigan, miran, aprenden y practican para perfeccionar sus técnicas o simplemente por el placer de hacerlo, ¿ya saben quién es el principal proveedor de falsas expectativas en este caso? …. ¡las películas porno!, así como a las mujeres Disney nos prometió que todos los hombres son príncipes azules, a ellos se les prometió que todas sus “doncellas” tendrán una habilidad sobrenatural en las artes amatorias, contendrán en su interior un chip precargado con movimientos rítmicos y bailes sensuales, les gustará complacerlos hasta el más mínimo detalle, se dejarán ver y tocar por doquier, pero ¡triste realidad! Al igual que nosotras ellos fueron decepcionados y en lugar de escuchar halagos por su desempeño se topan con la temible pregunta “¿y ahora qué somos?, ¿vas a llamarme mañana?, ¿me quieres?” entre otras. Pero al igual que en nuestro caso ellos también pueden tener sus excepciones y encontrar de vez en cuando a una valiente aventurera en íntimos territorios.

Así que aparentemente ambos géneros somos víctimas de las falsas expectativas, lo que me lleva a preguntarme ¿qué es más probable que pase? ¿quién ganará la batalla?, ¿las mujeres podrán convertir los sapos en príncipes azules y vivir en un palacio? o ¿será que ellos logren liberar a esa pervertida que llevamos dentro?

En los cuentos de hadas, Cenicienta obtuvo el palacio, el príncipe y un título, pero ¿realmente era eso lo que quería el príncipe? o ¿simplemente moría por arrancarle ese esponjoso vestido azul y llevarla a la cama?


Quizá el equilibrio sea posible y después de un lapsus de tiempo, ambos géneros saldrán beneficiados, lograremos encontrar ese punto medio entre amor y sexo, y las falsas expectativas podrán ser superadas.

Escrito por: Sue FC ❤

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