Quizá el nombre de este artículo es engañoso, toda vez que no trata de la tercera zaga de la famosa trilogía fílmica de la “Guerra de las Galaxias”, pero sí es la continuación de la historia que algún día les compartí en uno de mis escritos, seguramente si leen este blog desde hace algún tiempo la recordarán, es sobre un caballero Jedi.
Pues les cuento… resulta que aquel gentil caballero que algún día iluminó mi vida con su conocimiento sobre las actividades apasionadas, regresó; lejos de llenarme de felicidad me causa extrañamiento, quizá hasta un poco de incomodidad porque me manifestó su urgencia de verme, con lo cual confirmo que soy una mujer de círculos cerrados.
Definitivamente no soy una persona que crea que las segundas partes son buenas, es más considero que no deben de existir al menos en el plano de las relaciones amorosas. ¿Cómo para qué? Conozco muchas personas que pasan sus vidas terminando y regresando con sus parejas en un intento por recuperar la esencia que algún día los unió
En mi perspectiva, esto lejos de enriquecerlos, es un proceso desgastante que cada vez merma más la “relación a salvar”, en cada intento se va perdiendo el respeto y la fe en la otra persona que en los momentos de ruptura muestra lo más oscuro de su ser.
Las relaciones como las buenas películas deben ser historias completas que cuando llegan a su final, ya sea que nos guste o no, o que consideremos que era tiempo o no, se ACABO, no hay nada más después, una vez que se lee FIN o la pantalla se oscurece o terminan los créditos, no existe nada más, los que se casaron, casados están, los que se murieron no van a revivir, los niños crecieron, los vampiros no volverán a ser humanos…
A los apasionados de las buenas historias nos molesta mucho que con el fin de lucrar, los realizadores decidan hacer una segunda parte y nos digan que el muerto por el que lloramos todas nuestras lágrimas no estaba tan muerto y “andaba de parranda” ¿Qué es eso? ¿Por qué echar a perder una hermosa narrativa, que quizá nos dejó tristes o muy satisfechos al final, solo para ganar un poco más?
Me parece que lo mismo sucede con las relaciones, si terminó porque ya no había encariñamiento; hubo un engaño; dejó de haber interés; llegó un tercero en discordia; simplemente así lo decidieron o la situación ya era insostenible ¿cómo para qué retomarla? el reinició implicaría cerca de un 75% de posibilidad de fracasar.
No es práctico intentar pegar un vaso para volverlo a usar… ¿O sí? Una vez reparado sabemos que es más frágil que antes, nunca lo volveremos a usar con la misma confianza porque sabemos que en cualquier momento se despega y acabamos chorreados y jugando a las camisetas mojadas, mejor lo tiramos y usamos otro o compramos uno nuevo en cuanto podamos que nos asegure la funcionalidad que el anterior tenía antes de fracturarse.
No dudo que por ahí exista una relación que como el Ave Fénix resurja de las cenizas, simplemente estoy convencida que no la tomaría. Para mí lo más lindo de las relaciones es justamente la sorpresa inicial del encuentro con el otro, descubrir su olor, su textura, su sabor, como se siente su mano junto a la mía, la emoción de los primeros besos, las mariposas en el estómago cuando se acerca, etc.
En cambio el reencuentro con una relación pasada es como un examen de historia, difícil y aburrido, sólo contiene información que nos servirá para no cometer la mismos errores.
Escrito por: Lu Co
viernes, 18 de diciembre de 2015
martes, 15 de diciembre de 2015
DISERTACIONES: IDENTIDAD FUTBOLERA
Ni en mi peor pesadilla me imaginé escribiendo sobre futbol, me declaro poco conocedora del tema pero sí tengo una idea muy clara de lo que es la solidaridad, el trabajo en equipo y ponerse la camiseta.
Hoy platicaba con mi pequeña y su padrino acerca del juego final del torneo de la Liga Mexicana de Fútbol, todos nosotros Pumas de corazón, disertábamos acerca de la probabilidad que tenía nuestro equipo de ganar la final después de que su desempeño aparentemente fue el óptimo en el “juego de ida”.
Adicionalmente debo comentarles que mi hija nos puso como tarea lúdica ver una serie mexicana de televisión cuya temática gira en torno a un equipo de fútbol llamado Cuervos y las vicisitudes que se suscitan entorno al club deportivo y la cadena de corrupción prevaleciente en el juego mismo, particularmente del dinero que tiene que invertir un deportista para “comprar” la oportunidad de demostrar su capacidad en la cancha.
Sobre el tema, coincidí además con dos futbolistas frustrados que son mis compañeros de oficina a quienes los entrenadores de sus equipos les exigieron cierta cantidad de dinero (fuera de todas sus posibilidades) para dejarlos ascender a una liga profesional, misma situación que vivió uno de los tantos novios de mi hija, lo que me causó verdadera indignación porque no tenía ni la más remota idea de que eso fuera posible.
De igual forma lamentábamos que nuestro equipo haya perdido su esencia. Actualmente su plantilla de jugadores no está integrada por “universitarios”, sino que evolucionó en un conglomerado de futbolistas provenientes de diferentes clubes, incluso extranjeros, que sirven a los intereses de un particular, es decir que se convirtió en un “negocio”, que lejos de estar interesado en darle la oportunidad a estudiantes de la UNAM, sólo quiere lucrar.
¿Dónde quedó el espíritu de los jugadores que participaron en el primer encuentro del equipo en la liga profesional de 1954, extraídos de las facultades de Ingeniería, Arquitectura y Leyes? Quizá su inexperiencia no les permitió ganar y cayeron ante el Monterrey por 3 a 1, pero seguramente en el intento dejaron sangre, sudor y lágrimas defendiendo la camiseta.
Aquellos futbolistas entregaban su esfuerzo por representar dignamente a su Casa de Estudios, jugaban con el alma por delante y el orgullo de ser universitarios, por supuesto sus seguidores eran estudiantes que animaban a su equipo con el corazón, y no un grupo de vándalos que aprovechan los juegos para cometer actos delictivos, convirtiendo a “La Rebel” en la barra más antagónica y violenta del país.
Por ahí se dice que a los mexicanos nos unen y dan identidad la virgen de Guadalupe y el fútbol, omitiré mis comentarios del elemento religioso, pero sobre el deporte más popular del mundo tengo mis dudas, toda vez que hoy en día es solamente un negocio, los deportistas más destacados se convierten en celebridades cuyo móvil es el dinero y la fama y no el compromiso de representar dignamente a su escuadra.
Por supuesto que esto es una tendencia globalizada, el fútbol se ha convertido en un gran negocio mundial en el que se ganan miles de millones de dólares corrupto hasta sus entrañas, recientemente el asunto del mundial confirmó lo que todos especulaban.
Mi pasión por el deporte de las patadas desde luego no llega a quitarme el sueño, es más, creo que ni siquiera me distrae de mis preocupaciones, pero la falta de identidad es cada vez más evidente en las nuevas generaciones que necesitan contar con un sentido de pertenencia que oriente su actuar.
Todos las personas necesitamos creer que nuestras acciones están encaminadas a un bien mayor y sino ¿Qué caso tiene?
Escrito por: Lu Co
Hoy platicaba con mi pequeña y su padrino acerca del juego final del torneo de la Liga Mexicana de Fútbol, todos nosotros Pumas de corazón, disertábamos acerca de la probabilidad que tenía nuestro equipo de ganar la final después de que su desempeño aparentemente fue el óptimo en el “juego de ida”.
Adicionalmente debo comentarles que mi hija nos puso como tarea lúdica ver una serie mexicana de televisión cuya temática gira en torno a un equipo de fútbol llamado Cuervos y las vicisitudes que se suscitan entorno al club deportivo y la cadena de corrupción prevaleciente en el juego mismo, particularmente del dinero que tiene que invertir un deportista para “comprar” la oportunidad de demostrar su capacidad en la cancha.
Sobre el tema, coincidí además con dos futbolistas frustrados que son mis compañeros de oficina a quienes los entrenadores de sus equipos les exigieron cierta cantidad de dinero (fuera de todas sus posibilidades) para dejarlos ascender a una liga profesional, misma situación que vivió uno de los tantos novios de mi hija, lo que me causó verdadera indignación porque no tenía ni la más remota idea de que eso fuera posible.
De igual forma lamentábamos que nuestro equipo haya perdido su esencia. Actualmente su plantilla de jugadores no está integrada por “universitarios”, sino que evolucionó en un conglomerado de futbolistas provenientes de diferentes clubes, incluso extranjeros, que sirven a los intereses de un particular, es decir que se convirtió en un “negocio”, que lejos de estar interesado en darle la oportunidad a estudiantes de la UNAM, sólo quiere lucrar.
¿Dónde quedó el espíritu de los jugadores que participaron en el primer encuentro del equipo en la liga profesional de 1954, extraídos de las facultades de Ingeniería, Arquitectura y Leyes? Quizá su inexperiencia no les permitió ganar y cayeron ante el Monterrey por 3 a 1, pero seguramente en el intento dejaron sangre, sudor y lágrimas defendiendo la camiseta.
Aquellos futbolistas entregaban su esfuerzo por representar dignamente a su Casa de Estudios, jugaban con el alma por delante y el orgullo de ser universitarios, por supuesto sus seguidores eran estudiantes que animaban a su equipo con el corazón, y no un grupo de vándalos que aprovechan los juegos para cometer actos delictivos, convirtiendo a “La Rebel” en la barra más antagónica y violenta del país.
Por ahí se dice que a los mexicanos nos unen y dan identidad la virgen de Guadalupe y el fútbol, omitiré mis comentarios del elemento religioso, pero sobre el deporte más popular del mundo tengo mis dudas, toda vez que hoy en día es solamente un negocio, los deportistas más destacados se convierten en celebridades cuyo móvil es el dinero y la fama y no el compromiso de representar dignamente a su escuadra.
Por supuesto que esto es una tendencia globalizada, el fútbol se ha convertido en un gran negocio mundial en el que se ganan miles de millones de dólares corrupto hasta sus entrañas, recientemente el asunto del mundial confirmó lo que todos especulaban.
Mi pasión por el deporte de las patadas desde luego no llega a quitarme el sueño, es más, creo que ni siquiera me distrae de mis preocupaciones, pero la falta de identidad es cada vez más evidente en las nuevas generaciones que necesitan contar con un sentido de pertenencia que oriente su actuar.
Todos las personas necesitamos creer que nuestras acciones están encaminadas a un bien mayor y sino ¿Qué caso tiene?
Escrito por: Lu Co
viernes, 11 de diciembre de 2015
DISERTACIONES: ¿CASADO O CAZADO?
Hace algunos días platicaba con mi amigo más querido sobre sus complicaciones existenciales. Resulta que el gentil caballero tiene una vida ensombrecida por su falta de actividad sexual. Yo no tuve la fortuna de conocerlo en sus tiempos mozos porque desde que se introdujo a mi vida, ya tenía una esposa y una adorable hija. Pero él me comenta que en su alocada juventud era un hombre hiperactivo en eso de las relaciones sexosas, tenía acción una día sí y otro también, es más, incluso solía asistir a los clubs swingers para completar su dosis semanal.
El meollo del asunto es que una vez que se casó… ZAZ se le acabó el juguetito, porque resulta que a su ilustre esposa nada que le gusta el ejercicio, al menos ese, y mi pobre amigo se está echando a perder, la acción más intensa que tiene en la cama es cuando la “tiende” o mueve de lugar para barrer.
Metiche como soy, opiné que sería muy prudente que hablara con la “bella dama” que tiene por esposa y la convenciera de lo imprescindible que le resulta el ejercicio para desestresarse; andar sonriente todo el día o como “control de peso”, pero al parecer nada, por lo que en ocasiones mi amigo revalora y añora su soltería.
Yo no entiendo muy bien la situación, ni siquiera me parece comprensible ¿Cómo es posible que alguien que le regusta el gusto se tenga que resignar a vivir sin él? ¿Dónde tenía la cabeza cuando eligió a la mujer con la que compartiría su vida? La explicación que me da es que “está casado” y que así son las relaciones, que se trata de ceder… pero entonces su concepto de casado nada tiene que ver con el matrimonio, sino sería más bien con el sustantivo del verbo cazar, el cual implica que el sujeto (cazador) somete a su presa, la priva de la libertad y en ocasiones de la vida.
Cada que escucho esas historias, porque lamentablemente no es la primera que conozco, me convenzo que algunas personas materialmente se dedican a cazar, y no especímenes del reino animal (gracias a Dios), pero sí a incautos a quienes someten a su voluntad y obligan a adaptarse a su manera de vivir.
Definitivamente el problema no es de los cazadores, sino de las personas que se dejan cazar ¿Qué pasa ahí? ¿Será que la soledad les ganó y tienen la necesidad de que alguien les ponga atención? ¿Sufrirán de inseguridad congénita? ¿Querrán cubrir apariencias sociales y satisfacer las expectativas familiares? Cualquiera que sea la razón, me parece que el precio es muy caro.
En ocasiones pasa el tiempo y algunos cazados pierden la seguridad en sí mismos, por lo que están dispuestos a quedarse ahí por los siglos de los siglos o materialmente hasta que la muerte los separé. En el caso de mi amigo, argumenta que es incapaz de conquistar a otra mujer porque su físico no le ayuda, es más, se atreve a decir “y con esta cara”.
Y yo me preguntó ¿Cuándo era joven y se dedicaba a seducir mujeres, tenía otra cara? Si acaso un poco menos gastada, pero esencialmente era la misma y al parecer le funcionaba. ¿Entonces? Igual y tanto “no” que ha recibido de su consorte, mermó su convicción y entusiasmo.
En favor de mi muuuuuuuuy querido amigo debo decirle que es el hombre más dulce con el que he coincidido (y mire que puedo decirle que conozco algunos); es muy divertido, platicador, respetuoso (hasta el punto de poner mi virtud en sus manos, jajajaja), acomedido, simpático, intrépido, audaz, caballeroso, bailador, platicador y muchas otras cosas que terminen en or; por favor no se dé por vencido, merece tener una vida completa.
Estoy convencida de que vida sólo hay una, al menos del modo en que la conocemos, por lo que no está lindo depender de la voluntad de alguien para ser feliz, todos somos seres completos, dueños de nuestro hacer. Por supuesto admiro la generosidad de quienes deciden ceder su voluntad a otro, pero por favor, asegúrense que valió la pena el sacrificio, y si es el caso SIEMPRE SE PUEDE NEGOCIAR.
Escrito por: Lu Co
El meollo del asunto es que una vez que se casó… ZAZ se le acabó el juguetito, porque resulta que a su ilustre esposa nada que le gusta el ejercicio, al menos ese, y mi pobre amigo se está echando a perder, la acción más intensa que tiene en la cama es cuando la “tiende” o mueve de lugar para barrer.
Metiche como soy, opiné que sería muy prudente que hablara con la “bella dama” que tiene por esposa y la convenciera de lo imprescindible que le resulta el ejercicio para desestresarse; andar sonriente todo el día o como “control de peso”, pero al parecer nada, por lo que en ocasiones mi amigo revalora y añora su soltería.
Yo no entiendo muy bien la situación, ni siquiera me parece comprensible ¿Cómo es posible que alguien que le regusta el gusto se tenga que resignar a vivir sin él? ¿Dónde tenía la cabeza cuando eligió a la mujer con la que compartiría su vida? La explicación que me da es que “está casado” y que así son las relaciones, que se trata de ceder… pero entonces su concepto de casado nada tiene que ver con el matrimonio, sino sería más bien con el sustantivo del verbo cazar, el cual implica que el sujeto (cazador) somete a su presa, la priva de la libertad y en ocasiones de la vida.
Cada que escucho esas historias, porque lamentablemente no es la primera que conozco, me convenzo que algunas personas materialmente se dedican a cazar, y no especímenes del reino animal (gracias a Dios), pero sí a incautos a quienes someten a su voluntad y obligan a adaptarse a su manera de vivir.
Definitivamente el problema no es de los cazadores, sino de las personas que se dejan cazar ¿Qué pasa ahí? ¿Será que la soledad les ganó y tienen la necesidad de que alguien les ponga atención? ¿Sufrirán de inseguridad congénita? ¿Querrán cubrir apariencias sociales y satisfacer las expectativas familiares? Cualquiera que sea la razón, me parece que el precio es muy caro.
En ocasiones pasa el tiempo y algunos cazados pierden la seguridad en sí mismos, por lo que están dispuestos a quedarse ahí por los siglos de los siglos o materialmente hasta que la muerte los separé. En el caso de mi amigo, argumenta que es incapaz de conquistar a otra mujer porque su físico no le ayuda, es más, se atreve a decir “y con esta cara”.
Y yo me preguntó ¿Cuándo era joven y se dedicaba a seducir mujeres, tenía otra cara? Si acaso un poco menos gastada, pero esencialmente era la misma y al parecer le funcionaba. ¿Entonces? Igual y tanto “no” que ha recibido de su consorte, mermó su convicción y entusiasmo.
En favor de mi muuuuuuuuy querido amigo debo decirle que es el hombre más dulce con el que he coincidido (y mire que puedo decirle que conozco algunos); es muy divertido, platicador, respetuoso (hasta el punto de poner mi virtud en sus manos, jajajaja), acomedido, simpático, intrépido, audaz, caballeroso, bailador, platicador y muchas otras cosas que terminen en or; por favor no se dé por vencido, merece tener una vida completa.
Estoy convencida de que vida sólo hay una, al menos del modo en que la conocemos, por lo que no está lindo depender de la voluntad de alguien para ser feliz, todos somos seres completos, dueños de nuestro hacer. Por supuesto admiro la generosidad de quienes deciden ceder su voluntad a otro, pero por favor, asegúrense que valió la pena el sacrificio, y si es el caso SIEMPRE SE PUEDE NEGOCIAR.
Escrito por: Lu Co
jueves, 10 de diciembre de 2015
Alguien importante
El jueves de la semana pasada fui a un curso de dos días por parte de la empresa en la que trabajo, que no les alargaré la historia sobre lo que trato y todo lo que ocurrió pero hay algo que si quiero resaltar y lo cuál me da pie para escribir este artículo…
El último día del curso, como dinámica final nos pidieron que nos acercáramos con todos aquellos a quienes quisiéramos darles las gracias por algo que habían hecho por nosotros, dentro de las personas a las que yo me acerqué estaba mi director de área, quien respondió a mi agradecimiento con un “No hay de que corazón, eres alguien importante para el equipo”, la séptima y octava palabra se quedaron (y se quedarán) retumbando en mi cabeza.
Conforme los días pasaron la satisfacción interna que hay dentro de mi seguía brincando de emoción, pero después de meditarlo por muy poco tiempo pensé en todas aquellas personas que alguna vez me han dicho que soy alguien importante para ellos y no pude hacer nada más que sonreír hasta que las preguntas y dudas llegaron a mí, ¿por qué?, ¿por qué nos consideran importantes en sus vidas? ¿Qué diferencia habría si no estuviésemos?
Para responder a esas preguntas tuve que voltearlas, pensé en todos aquellos que son importantes para mí, y en efecto mi vida no sería lo mismo sin ellos, pero más que eso sé que yo no sería como soy, mi mamá siempre ha dicho que me hizo a su semejanza, que tenía muy claro quien quería que fuera, quizá no contempló cientos de errores y defectos que tengo pero finalmente soy quien soy gracias a ella y a todos aquellos que me han ayudado a formarme como hija, amiga, compañera, profesional y persona.
Tengo la plena certeza que mi vida no sólo sería diferente en su ausencia, sería todo un caos, no habría quien me dé un jalón de orejas, un abrazo, unas palabras de aliento, un apapacho, una felicitación, una caricia, un regaño, un premio, un consejo, NADA, al menos no de la misma manera en que esas personas lo hacen.
Y tú que estás leyendo esto, te aseguro que eres alguien importante, puede que en ocasiones no lo veas o las personas que te rodean no lo expresan, pero créeme que no es necesario recibir un diploma o reconocimiento, tienes la mayor prueba cerca de ti, sólo tienes que voltear a tu alrededor y ver cuántas personas están dispuestas a ayudarte y están para ti.
Me siento sumamente afortunada de ser considerada importante para todas esas personas que quiero y que aunque en numerosas ocasiones hemos tenido desacuerdos siguen ahí, así es que si alguien los considera importantes siéntase agradecidos, pero más que eso si hay alguien importante para ustedes díganselo, háganle saber que son indispensables en su vida, quizá ustedes no vean el valor que esas palabras pueden tener, pero así como yo lo viví en el dichoso curso, son palabras que realmente te hacen sentir bien, querido, pero sobre todo importante.
El último día del curso, como dinámica final nos pidieron que nos acercáramos con todos aquellos a quienes quisiéramos darles las gracias por algo que habían hecho por nosotros, dentro de las personas a las que yo me acerqué estaba mi director de área, quien respondió a mi agradecimiento con un “No hay de que corazón, eres alguien importante para el equipo”, la séptima y octava palabra se quedaron (y se quedarán) retumbando en mi cabeza.
Conforme los días pasaron la satisfacción interna que hay dentro de mi seguía brincando de emoción, pero después de meditarlo por muy poco tiempo pensé en todas aquellas personas que alguna vez me han dicho que soy alguien importante para ellos y no pude hacer nada más que sonreír hasta que las preguntas y dudas llegaron a mí, ¿por qué?, ¿por qué nos consideran importantes en sus vidas? ¿Qué diferencia habría si no estuviésemos?
Para responder a esas preguntas tuve que voltearlas, pensé en todos aquellos que son importantes para mí, y en efecto mi vida no sería lo mismo sin ellos, pero más que eso sé que yo no sería como soy, mi mamá siempre ha dicho que me hizo a su semejanza, que tenía muy claro quien quería que fuera, quizá no contempló cientos de errores y defectos que tengo pero finalmente soy quien soy gracias a ella y a todos aquellos que me han ayudado a formarme como hija, amiga, compañera, profesional y persona.
Tengo la plena certeza que mi vida no sólo sería diferente en su ausencia, sería todo un caos, no habría quien me dé un jalón de orejas, un abrazo, unas palabras de aliento, un apapacho, una felicitación, una caricia, un regaño, un premio, un consejo, NADA, al menos no de la misma manera en que esas personas lo hacen.
Y tú que estás leyendo esto, te aseguro que eres alguien importante, puede que en ocasiones no lo veas o las personas que te rodean no lo expresan, pero créeme que no es necesario recibir un diploma o reconocimiento, tienes la mayor prueba cerca de ti, sólo tienes que voltear a tu alrededor y ver cuántas personas están dispuestas a ayudarte y están para ti.
Me siento sumamente afortunada de ser considerada importante para todas esas personas que quiero y que aunque en numerosas ocasiones hemos tenido desacuerdos siguen ahí, así es que si alguien los considera importantes siéntase agradecidos, pero más que eso si hay alguien importante para ustedes díganselo, háganle saber que son indispensables en su vida, quizá ustedes no vean el valor que esas palabras pueden tener, pero así como yo lo viví en el dichoso curso, son palabras que realmente te hacen sentir bien, querido, pero sobre todo importante.
Escrito por: Sue FC ❤
martes, 8 de diciembre de 2015
DISERTACIONES: MI ESCRITORA FAVORITA
Debo confesar que tengo un gusto casi insaciable por la lectura, soy ávida obtenedora de información a través de los medios escritos, pero por más intento recordar no encuentro el punto coyuntural en el que mi gusto por leer se disparó. Recientemente algunas de las personas con las que socializo me han cuestionado al respecto, quizá porque siempre me encuentran sumergida en el mundo de las letras.
Definitivamente hasta hace un par de años no podía determinar con claridad cuál era mi libro favorito o si alguno ha marcado mi vida, es más, quizá si me cuestionaran sobre autores y sus obras, haría el mismo ridículo que nuestro ilustre presidente haciendo una mezcolanza de escritores y obras literarias. Sin embargo, no puedo resistirme a ver un conjunto de letras ordenadas sin que mi curiosidad obligue a mi intelecto a enterarse de lo que dice.
Leo desde los instructivos de las cajas de electrodomésticos, advertencias en las cajas de productos de limpieza y medicinas, hasta obras clásicas de la literatura universal pasando por todo tipo de libros de texto, novelas, periódicos, poesía, epístolas, obras de teatro, etc.
Por algún extraño motivo, los textos escritos por mujeres me causan especial emoción, aunque no siempre me identificó con los puntos de vista, digamos que me gusta la sensibilidad con que plasman sus ideas, he tenido la oportunidad de leer obras de Gabriela Mistral, Sor Juana Inés de la Cruz, Agatha Christie, Virginia Wolf, Rosario Castellanos, Simone de Beavoir, Laura Esquivel, Elena Poniatowska, Isabel Allende, etc. etc. etc. sin embargo hasta hace dos o tres años, encontré a la que es y será por siempre mi escritora favorita.
Cuando cayó su primer libro en mis manos era un borrador, me dio un poco de pesar tener que leerlo, en primera instancia porque debía colaborar a su corrección y estaba llena hasta el tope de trabajo, era muy poco el tiempo libre que tenía para invertir, pero como siempre… la curiosidad ganó.
Tengo que confesar que al principio me costó un poco de esfuerzo iniciar con la tarea, pero después, la historia me atrapó, quería terminar mis obligaciones profesionales laborales en 5 minutos para dedicarme de lleno a saciar mi curiosidad sobre el destino de los personajes de su historia. Y lo peor que me pudo pasar fue querer saber que seguía y… ¡no seguía nada! porque la muy chambona aún no lo había escrito.
En ocasiones, tuve que suplicarle por la vida de algunos protagonistas y manifestar mi inconformidad por la decisión que había tomado sobre su comportamiento y las consecuencias que le acarrearía, puedo afirmar sin temor a equivocarme, que ha sido la lectura que más he disfrutado en la vida. En fin… mi escritora favorita no es una intelectual, con actitud formal y postura de todo lo sé y lo que no… lo invento… y soy tan segura de mí que lo creerás.
Mi escritora favorita es una pequeña con ojos de estrella y sueños de niña; con una imaginación que le consume el tiempo; que sueña despierta y sus personajes la acompañan en el coche y mientras come; ríe hasta llorar y sufre hasta romperme el corazón; su experiencia vital jamás explicará su sabiduría; dice lo que piensa y demuestra lo que siente; no sabe fingir ni ha perdido la capacidad de sorprenderse; solo quiere vivir y seguir contando las historias que su corazón le dicta… Por supuesto que como ya se imaginaran mi escritora favorita es mi hija.
A diferencia de muchos escritores frustrados ante la imposibilidad de compartir sus historias, mi niña está convencida que va a hacerlo, sin embargo el camino es verdaderamente complicado, lo ha intentado más de una vez y al final algo pasa que se frustra la publicación.
Ustedes se preguntarán ¿Cómo puede pasar esto en pleno siglo XXI cuando estamos más comunicados que nunca? Yo tampoco me lo explico, el camino para hacer una publicación relativamente formal está lleno de requisitos, condicionamientos y restricciones, sin embargo espero que la decisión de mi pequeña supere todos los inconvenientes y en el corto plazo puedan conocer a los protagonistas de “El sabor de los sueños”.
Dicen por ahí que no hay sueños imposibles, pero a veces “como cuesta alcanzarlos”, todos tenemos una meta que nos parece lejana pero si dejamos de intentarlo se desvanecerá en el tiempo dejándonos un hoyo negro en el corazón.
Escrito por: Lu Co
Definitivamente hasta hace un par de años no podía determinar con claridad cuál era mi libro favorito o si alguno ha marcado mi vida, es más, quizá si me cuestionaran sobre autores y sus obras, haría el mismo ridículo que nuestro ilustre presidente haciendo una mezcolanza de escritores y obras literarias. Sin embargo, no puedo resistirme a ver un conjunto de letras ordenadas sin que mi curiosidad obligue a mi intelecto a enterarse de lo que dice.
Leo desde los instructivos de las cajas de electrodomésticos, advertencias en las cajas de productos de limpieza y medicinas, hasta obras clásicas de la literatura universal pasando por todo tipo de libros de texto, novelas, periódicos, poesía, epístolas, obras de teatro, etc.
Por algún extraño motivo, los textos escritos por mujeres me causan especial emoción, aunque no siempre me identificó con los puntos de vista, digamos que me gusta la sensibilidad con que plasman sus ideas, he tenido la oportunidad de leer obras de Gabriela Mistral, Sor Juana Inés de la Cruz, Agatha Christie, Virginia Wolf, Rosario Castellanos, Simone de Beavoir, Laura Esquivel, Elena Poniatowska, Isabel Allende, etc. etc. etc. sin embargo hasta hace dos o tres años, encontré a la que es y será por siempre mi escritora favorita.
Cuando cayó su primer libro en mis manos era un borrador, me dio un poco de pesar tener que leerlo, en primera instancia porque debía colaborar a su corrección y estaba llena hasta el tope de trabajo, era muy poco el tiempo libre que tenía para invertir, pero como siempre… la curiosidad ganó.
Tengo que confesar que al principio me costó un poco de esfuerzo iniciar con la tarea, pero después, la historia me atrapó, quería terminar mis obligaciones profesionales laborales en 5 minutos para dedicarme de lleno a saciar mi curiosidad sobre el destino de los personajes de su historia. Y lo peor que me pudo pasar fue querer saber que seguía y… ¡no seguía nada! porque la muy chambona aún no lo había escrito.
En ocasiones, tuve que suplicarle por la vida de algunos protagonistas y manifestar mi inconformidad por la decisión que había tomado sobre su comportamiento y las consecuencias que le acarrearía, puedo afirmar sin temor a equivocarme, que ha sido la lectura que más he disfrutado en la vida. En fin… mi escritora favorita no es una intelectual, con actitud formal y postura de todo lo sé y lo que no… lo invento… y soy tan segura de mí que lo creerás.
Mi escritora favorita es una pequeña con ojos de estrella y sueños de niña; con una imaginación que le consume el tiempo; que sueña despierta y sus personajes la acompañan en el coche y mientras come; ríe hasta llorar y sufre hasta romperme el corazón; su experiencia vital jamás explicará su sabiduría; dice lo que piensa y demuestra lo que siente; no sabe fingir ni ha perdido la capacidad de sorprenderse; solo quiere vivir y seguir contando las historias que su corazón le dicta… Por supuesto que como ya se imaginaran mi escritora favorita es mi hija.
A diferencia de muchos escritores frustrados ante la imposibilidad de compartir sus historias, mi niña está convencida que va a hacerlo, sin embargo el camino es verdaderamente complicado, lo ha intentado más de una vez y al final algo pasa que se frustra la publicación.
Ustedes se preguntarán ¿Cómo puede pasar esto en pleno siglo XXI cuando estamos más comunicados que nunca? Yo tampoco me lo explico, el camino para hacer una publicación relativamente formal está lleno de requisitos, condicionamientos y restricciones, sin embargo espero que la decisión de mi pequeña supere todos los inconvenientes y en el corto plazo puedan conocer a los protagonistas de “El sabor de los sueños”.
Dicen por ahí que no hay sueños imposibles, pero a veces “como cuesta alcanzarlos”, todos tenemos una meta que nos parece lejana pero si dejamos de intentarlo se desvanecerá en el tiempo dejándonos un hoyo negro en el corazón.
TU SIEMPRE PUEDES!!!!
Escrito por: Lu Co
lunes, 7 de diciembre de 2015
Enamórate
Recientemente me hice de una nueva mejor amiga que entre sus múltiples cualidades está el romanticismo y la inocencia, desde que nos conocimos en la escuela hicimos clic al instante, está demás decirles que le tomé mucho cariño en muy poco tiempo, pero últimamente esta pequeña parece que sufre de mal de amores, para ser honesta no sé si pasó por una mala relación, le dio el síntoma del extrañamiento y arrepentimiento o simplemente le gusta escribir frases melancólicas en Facebook.
Dichas acciones las reconocí de inmediato porque aparentemente la mayoría de mis conocidas suelen expresarse públicamente sobre lo su cabeza piensa pero sobre todo lo que su corazón siente, y claro que me incluyo ahí porque he pasado por esos momentos que muchas mujeres (especialmente las solteras) identificamos cuando un buen día despertamos con ganas de abrazar a alguien, pasear de la mano, ser cursis hasta empalagar hasta el más amargado y gritarle al mundo que estamos enamoradas, sin embargo no podemos hacerlo porque ese dichoso príncipe azul no ha llegado a nuestras vidas.
A diferencia de la mayoría de mis amigas quienes no pueden pasar un tiempo estando solteras porque no les gusta o se sienten poco queridas, yo he encontrado la manera de disfrutar la soltería al máximo, ya sea para salir con quien se me pegue la gana sin tener ningún tipo de reclamo ni dar explicaciones, hasta dedicarme todo un fin de semana a apapacharme, echarme en mi cama y dedicarme a ver alguna serie.
Por lo tanto no entiendo qué pasa por la cabeza de todas aquellas que necesitan de alguien para sonreír las 24 horas, y por ende es un tema que me causa más curiosidad de la debida. Viendo las circunstancias en las que vivimos hoy en día donde la mujer es un ser independiente, con planes y metas bien definidas y a largo plazo, no me cabe en la cabeza porque insertan en dicho futuro a alguien, al menos de manera forzosa, claro que no negaré que dentro de mis planes está el compartir mi vida con alguien pero será cuando tenga que pasar sin tener que andar buscando debajo de cada piedra y declarándole mi amor al primero que toqué la puerta.
Quizá mi manera de pensar se deba a que me crio la mujer más independiente del mundo que se aburre fácil, no está dispuesta a aguantar a ningún sujeto y menos aún modificar su vida porque al otro no le parezca. O tal vez se deba a que crecí con la idea que soy hermosa, que estoy para escoger en el momento que consideré necesario (si es que llega) y que mientras tanto deba experimentar, jugar y divertirme.
Todas esas ideas durante mi crecimiento me llevaron a una conclusión que compartiré con todas esas mujeres, ámense primero a ustedes mismas, cada que se miren en el espejo admiren a esa belleza que está reflejada, a ese maravilloso e imperfecto ser que son con todo y los defectos, de ese modo el mundo las verá tal y como son: hermosas y especiales.
Enamórense de ustedes, de la vida y después de quien quieran, y seguramente ese caballero se sentirá el ser más afortunado sobre la faz de la Tierra, porque estará enamorado, no de su media naranja sino de un ser completo.
Dichas acciones las reconocí de inmediato porque aparentemente la mayoría de mis conocidas suelen expresarse públicamente sobre lo su cabeza piensa pero sobre todo lo que su corazón siente, y claro que me incluyo ahí porque he pasado por esos momentos que muchas mujeres (especialmente las solteras) identificamos cuando un buen día despertamos con ganas de abrazar a alguien, pasear de la mano, ser cursis hasta empalagar hasta el más amargado y gritarle al mundo que estamos enamoradas, sin embargo no podemos hacerlo porque ese dichoso príncipe azul no ha llegado a nuestras vidas.
A diferencia de la mayoría de mis amigas quienes no pueden pasar un tiempo estando solteras porque no les gusta o se sienten poco queridas, yo he encontrado la manera de disfrutar la soltería al máximo, ya sea para salir con quien se me pegue la gana sin tener ningún tipo de reclamo ni dar explicaciones, hasta dedicarme todo un fin de semana a apapacharme, echarme en mi cama y dedicarme a ver alguna serie.
Por lo tanto no entiendo qué pasa por la cabeza de todas aquellas que necesitan de alguien para sonreír las 24 horas, y por ende es un tema que me causa más curiosidad de la debida. Viendo las circunstancias en las que vivimos hoy en día donde la mujer es un ser independiente, con planes y metas bien definidas y a largo plazo, no me cabe en la cabeza porque insertan en dicho futuro a alguien, al menos de manera forzosa, claro que no negaré que dentro de mis planes está el compartir mi vida con alguien pero será cuando tenga que pasar sin tener que andar buscando debajo de cada piedra y declarándole mi amor al primero que toqué la puerta.
Quizá mi manera de pensar se deba a que me crio la mujer más independiente del mundo que se aburre fácil, no está dispuesta a aguantar a ningún sujeto y menos aún modificar su vida porque al otro no le parezca. O tal vez se deba a que crecí con la idea que soy hermosa, que estoy para escoger en el momento que consideré necesario (si es que llega) y que mientras tanto deba experimentar, jugar y divertirme.
Todas esas ideas durante mi crecimiento me llevaron a una conclusión que compartiré con todas esas mujeres, ámense primero a ustedes mismas, cada que se miren en el espejo admiren a esa belleza que está reflejada, a ese maravilloso e imperfecto ser que son con todo y los defectos, de ese modo el mundo las verá tal y como son: hermosas y especiales.
Enamórense de ustedes, de la vida y después de quien quieran, y seguramente ese caballero se sentirá el ser más afortunado sobre la faz de la Tierra, porque estará enamorado, no de su media naranja sino de un ser completo.
Escrito por: Sue FC ❤
viernes, 27 de noviembre de 2015
DISERTACIONES: ¿DISCULPA INNECESARIA?
Recientemente platicaba con mi más comadre del mundo sobre una desavenencia que tuvo con su mejor amigo, porque al parecer el hombre se puso chipilito porque ella quería salir con otro grupo de amigos, etc. etc. por lo que el amable sujeto decidió jugar al mudo y no le contestaba ni las llamadas ni los mensajes… Semanas después me contó que se encontró al gentil caballero en la calle y se fueron juntos a su casa como si tal cosa.
Curiosa como soy, le pregunté si el “amigo” se había disculpado con ella, a lo que me contestó que no, porque su amistad era tal, que esas cosas no eran necesarias. Me quedé cavilando sobre la validez de la premisa. Ustedes que creen ¿la amistad anula la humildad y la capacidad de reconocer los errores?, ¿la confianza implica despreocuparse de la sensibilidad del otro? o ¿por ser mi amigo debe pasar por alto mi falta de educación y aguantar mis berriches?
En la perspectiva de mi comadre al parecer sí, hecho que me parece inadmisible toda vez que pedir una disculpa no demerita la calidad humana, sino por el contrario, son muestras de humildad y capacidad de reconocer los errores.
De igual forma me parece que las personas que consideramos nuestros mejores amigos son poseedores de una parte mayor de nuestro corazón que el resto de los conocidos, por lo tanto sus acciones y palabras pueden incidir en nuestro ánimo. ¿Entonces cómo es posible que si nos portamos maleducados con ellos no debamos reconocer nuestros errores y disculparnos?
Para mí no es lo mismo que mi vecina me diga que soy una maldita bruja a que me lo digan mis amigas de toda la vida. La vecina puede opinar de mi lo que más le guste y no me tomaría el tiempo ni siquiera de preguntarle el porqué, pero si mis comadres piensan eso de mí, me sentiría triste si no lo soy o las felicitaría por observadoras en caso de que fuera cierto, pero definitivamente su opinión podría influir en mi comportamiento.
Además, estoy convencida que el ejercicio de analizar mi conducta me puede hacer mejor persona sobre todo si tengo la capacidad de reconocer cuando no fue la adecuada o actué en detrimento de alguien que quiero ¿Qué mayor reconocimiento de esta reflexión que disculparme?
Me molesta que alguien se porte poco educado conmigo y la siguiente vez que me vea finja que nunca pasó y actúe como si tal cosa. Tampoco se trata de torturar al que tiene a bien disculparse, ni tampoco tomar ventaja o revancha de su actitud reflexiva y hacerlo sentir la persona mala del circo, pero definitivamente admiro, quiero y respeto a quien reconoce que debe pedir perdón.
Mi hija probablemente opiné que todo es cuestión de edad, que pienso de esa manera porque Maximiliano de Habsburgo nos enseñó a ser corteses y educados pero actualmente la mala educación está de moda y que mejor que ser groseros con las personas que nos importan ¿o no?
Escrito por: Lu Co
Curiosa como soy, le pregunté si el “amigo” se había disculpado con ella, a lo que me contestó que no, porque su amistad era tal, que esas cosas no eran necesarias. Me quedé cavilando sobre la validez de la premisa. Ustedes que creen ¿la amistad anula la humildad y la capacidad de reconocer los errores?, ¿la confianza implica despreocuparse de la sensibilidad del otro? o ¿por ser mi amigo debe pasar por alto mi falta de educación y aguantar mis berriches?
En la perspectiva de mi comadre al parecer sí, hecho que me parece inadmisible toda vez que pedir una disculpa no demerita la calidad humana, sino por el contrario, son muestras de humildad y capacidad de reconocer los errores.
De igual forma me parece que las personas que consideramos nuestros mejores amigos son poseedores de una parte mayor de nuestro corazón que el resto de los conocidos, por lo tanto sus acciones y palabras pueden incidir en nuestro ánimo. ¿Entonces cómo es posible que si nos portamos maleducados con ellos no debamos reconocer nuestros errores y disculparnos?
Para mí no es lo mismo que mi vecina me diga que soy una maldita bruja a que me lo digan mis amigas de toda la vida. La vecina puede opinar de mi lo que más le guste y no me tomaría el tiempo ni siquiera de preguntarle el porqué, pero si mis comadres piensan eso de mí, me sentiría triste si no lo soy o las felicitaría por observadoras en caso de que fuera cierto, pero definitivamente su opinión podría influir en mi comportamiento.
Además, estoy convencida que el ejercicio de analizar mi conducta me puede hacer mejor persona sobre todo si tengo la capacidad de reconocer cuando no fue la adecuada o actué en detrimento de alguien que quiero ¿Qué mayor reconocimiento de esta reflexión que disculparme?
Me molesta que alguien se porte poco educado conmigo y la siguiente vez que me vea finja que nunca pasó y actúe como si tal cosa. Tampoco se trata de torturar al que tiene a bien disculparse, ni tampoco tomar ventaja o revancha de su actitud reflexiva y hacerlo sentir la persona mala del circo, pero definitivamente admiro, quiero y respeto a quien reconoce que debe pedir perdón.
Mi hija probablemente opiné que todo es cuestión de edad, que pienso de esa manera porque Maximiliano de Habsburgo nos enseñó a ser corteses y educados pero actualmente la mala educación está de moda y que mejor que ser groseros con las personas que nos importan ¿o no?
Escrito por: Lu Co
jueves, 26 de noviembre de 2015
Relaciones pasadas vs relaciones presentes
La semana pasada mientras esperaba a que mi clase comenzara, salí del edificio para fumar un cigarro, junto a la mesa donde me encontraba sentada había una pareja platicando, rara vez prestó atención a lo que otros conversan y al igual que esas veces creí que eso pasaría hasta que las palabras de ella hicieron que mis oídos se pusieran atentos…
Ella: Acabo de leer un artículo que me encantó, se llama “haz lo que sea para que no parezca amor”
El: ¿De qué trata?
Ella: Básicamente dice que las relaciones de ahora ya no son como las de antes.
El: Las relaciones de antes estaban de la chingada.
Ella: Claro que no, porque ahora ya nadie se compromete, todos se agarran con cualquiera y no les importa
No pude evitar sonreír cuando él dio su opinión sobre las relaciones anteriores y menos aun cuando vi la cara que ella puso, tuve que contenerme a mí misma para aplaudir por el acertado comentario de él, estoy completamente de acuerdo con que antes se perdían de muchas cosas por miedo al qué dirán y no dudo que aún existan personas que se preocupen por lo que otros piensan, especialmente las mujeres quienes se agobian por mantener una imagen de santa y se olvidan de disfrutar de los placeres de la vida
Aunque seguramente ella pensó en todo lo que se ha perdido con el paso de los años y si bien no se han perdido en todo el sentido de la palabra, definitivamente no son como antes, pero ¿a qué se refiere la gente cuando se queja sobre el drástico cambio que han sufrido las relaciones?
Estoy casi segura que la gran mayoría son mujeres, quienes creen que las relaciones pasadas se trataban de darse tiempo para conocerse y para ser conquistadas, en esfuerzos continuos de sus galanes quienes pasaban noches en vela pensando en cómo ganar su corazón, con serenatas, cartas, flores y demás, pero ¿realmente esas son las relaciones que querían? ¿Esperar días, semanas o meses para dar el siguiente paso como a una relación formal o tener sexo?
Si a eso se referían me parece un completo absurdo y en definitiva prefiero las relaciones de ahora, claro que los detalles románticos siempre son lindos pero es una idea que le atribuyó a las películas Hollywoodenses (como habrán podido notar en diferentes artículos), pero eso de esperar para dar un paso más, ¿qué hay de malo en dejarse llevar por el momento? ¿Qué pasaría si el galán del momento o tú por azares del destino tuvieran un trágico final? No tenemos asegurado un mañana y creo firmemente que es mejor decir “ups” a “que hubiera pasado si….”
Así que desde mi punto de vista, las relaciones de hoy en día son mucho mejores que las de antes, porque la gran mayoría vivimos el día a día, no necesitamos esperar mil años para saber si queremos compartir un momento especial con otra persona, lo cual me parece una idea romántica.
Soy muy apegada a la idea de hacer las cosas hoy, que tal si me gusta, de ese modo podría repetirlo al día siguiente, sobre todo si se trata de un beso o del sexo, tengo la plena certeza que el cuerpo como sea pero el corazón no hay que darlo a la primera, después de todo el sexo siempre es bueno para el corazón y el amor no.
Ella: Acabo de leer un artículo que me encantó, se llama “haz lo que sea para que no parezca amor”
El: ¿De qué trata?
Ella: Básicamente dice que las relaciones de ahora ya no son como las de antes.
El: Las relaciones de antes estaban de la chingada.
Ella: Claro que no, porque ahora ya nadie se compromete, todos se agarran con cualquiera y no les importa
No pude evitar sonreír cuando él dio su opinión sobre las relaciones anteriores y menos aun cuando vi la cara que ella puso, tuve que contenerme a mí misma para aplaudir por el acertado comentario de él, estoy completamente de acuerdo con que antes se perdían de muchas cosas por miedo al qué dirán y no dudo que aún existan personas que se preocupen por lo que otros piensan, especialmente las mujeres quienes se agobian por mantener una imagen de santa y se olvidan de disfrutar de los placeres de la vida
Aunque seguramente ella pensó en todo lo que se ha perdido con el paso de los años y si bien no se han perdido en todo el sentido de la palabra, definitivamente no son como antes, pero ¿a qué se refiere la gente cuando se queja sobre el drástico cambio que han sufrido las relaciones?
Estoy casi segura que la gran mayoría son mujeres, quienes creen que las relaciones pasadas se trataban de darse tiempo para conocerse y para ser conquistadas, en esfuerzos continuos de sus galanes quienes pasaban noches en vela pensando en cómo ganar su corazón, con serenatas, cartas, flores y demás, pero ¿realmente esas son las relaciones que querían? ¿Esperar días, semanas o meses para dar el siguiente paso como a una relación formal o tener sexo?
Si a eso se referían me parece un completo absurdo y en definitiva prefiero las relaciones de ahora, claro que los detalles románticos siempre son lindos pero es una idea que le atribuyó a las películas Hollywoodenses (como habrán podido notar en diferentes artículos), pero eso de esperar para dar un paso más, ¿qué hay de malo en dejarse llevar por el momento? ¿Qué pasaría si el galán del momento o tú por azares del destino tuvieran un trágico final? No tenemos asegurado un mañana y creo firmemente que es mejor decir “ups” a “que hubiera pasado si….”
Así que desde mi punto de vista, las relaciones de hoy en día son mucho mejores que las de antes, porque la gran mayoría vivimos el día a día, no necesitamos esperar mil años para saber si queremos compartir un momento especial con otra persona, lo cual me parece una idea romántica.
Soy muy apegada a la idea de hacer las cosas hoy, que tal si me gusta, de ese modo podría repetirlo al día siguiente, sobre todo si se trata de un beso o del sexo, tengo la plena certeza que el cuerpo como sea pero el corazón no hay que darlo a la primera, después de todo el sexo siempre es bueno para el corazón y el amor no.
Escrito por: Sue FC ❤
martes, 24 de noviembre de 2015
DISERTACIONES: SEGUNDA PARTE ¿QUÉ NOS GUSTA?
Mi querida compañera escritora de este blog me comentó que sería lindo que escribiera sobre lo que quieren las mujeres a mi edad de los hombres cuando se trata de relaciones sexosas… Hasta el momento no sé porque me lo pidió (jajaja), no tengo tanta información porque las mujeres son muy tímidas para platicar al respecto, aún con personas de su mismo género.
Pero quizá cuento con algo de experiencia, aunque recientemente debo reconocer que sufro de ataques de romanticismo, que no van tan de acuerdo con mi historial de vida, pero en fin.
Al igual que cualquier mujer, el primer paso para elegir a un amante, es que su físico se nos antoje, lo cual no implica necesariamente que sea el prototipo de la masculinidad griega, pero definitivamente que tenga “algo” que nos provoque arrancarle la ropa. Es muy importante que no tenga voz aguda y menos que hable como bebé, porque si lo hace a la hora de más acción, nos recordará a nuestros hijos, sobrinos o al compañerito de la primaria que nos caía mal.
Pocas mujeres pueden elegir a un hombre sólo para acostarse con él, casi siempre tejen una historia que abarca mínimo tres citas, por lo que preferimos a los hombres al menos un poco inteligentes, con quienes se pueda tener una conversación divertida o medianamente entretenida, lo que nos da un poco de esperanza en su creatividad a la hora del sexo. Lo cual no quiere decir bajo ninguna perspectiva que creamos en esa frase tan popular entre los caballeros: que sea una dama vestida y una pu… en la cama… definitivamente no, en el caso de los hombres, ellos entenderían que deben acostarse con todas nuestras amigas, hermanas, conocidas y hasta con la abuela postiza de nuestros hijos.
Una vez que superamos el proceso de selección, es básico que el sujeto no sufra de ansiedad o prisa y empiece a encuerarse y a desvestirnos desde el coche. Pero tampoco que tengamos que escuchar la historia completa de su vida, la de toda su familia, todas sus mascotas y de sus vecinos.
Al igual que a todas las mujeres, nos gustan los besos, las caricias y las palabras dulces que animan (particularmente aquellas que elevan nuestra autoestima, por favor nada de decir: pues no estas taaaaan mal o todavía aguantas).
Definitivamente no nos gustan los hombres pulpo, a menos que sean suaves y pausados. Si en algún momento les quitamos la mano de algún lugar, pueden estar seguros que no es por hacernos las interesantes, es definitivamente porque nos disgusta que toquen ese sitio.
No es lindo que saquen a relucir y muchos menos usar a su “mejor amiguito” antes de haber pasado por una buena sesión de calentamiento. Aunque hay mujeres ansiosas o con poca práctica que quieren jugar con él, entonces préstenselos sin mayor recato, seguramente se divertirán mucho.
Uno de mis tutores me convenció que un buen amante lo último que utiliza es al amiguito, toda vez que una falta de control puede terminar con el juego y dejar a la dama frustrada y enojada. Así que por favor no sean egoístas y aseguren la diversión de ella.
Siempre las actividades orales son una excelente opción, aunque recuerden que se trata de partes sensibles no de una paleta chupa chups y bajo ninguna circunstancia se vale morder. De igual forma, aunque no lo crean, los pezones duelen si no son tratados con cariño.
Si en algún momento su amigo no funciona de la manera que esperaban y decide tomar un descanso, por favor, no se vayan al baño a llorar, ni centren toda su atención en él dándole masajes de resuscitación, porque es entre aburrido y lastimoso ver sus intentos, sobre todo si son fallidos. El juego puede continuar y la mayoría de las mujeres a esta edad, si se percatan del incidente, gustosamente les ayudarán a solucionarlo, en caso de que tenga remedio o se trata de falta de inspiración.
Recuerden por favor que las películas pornográficas son ficción, son muy pocas las mujeres que se introducen a su amiguito a la boca porque les rete encante, salvo contadas excepciones (nunca diré si soy una de ellas), más bien lo hacen porque saben que les encanta, así que no abusen intentando obligarlas ni les sujeten fuertemente la cabeza o verán que tal se siente un buen mordisco.
Al 99% de los hombres les gusta el sexo por cavidades no oficiales, por favor si las mujeres no quieren o les da cosita, no las obliguen ni aprovechen un descuido para cometer una fechoría porque pueden llevarse un rosario de insultos y el juego se acabó… además de que seguramente no volverán a saber de ella.
En caso de que quieran un segundo, tercero, cuarto o quinto set, por favor déjenos respirar entre cada uno, porque al igual que a ustedes, la mayor parte de las veces si continuamos además de que podemos tener un ataque cardiaco, nos duele o da risa. Aunque tampoco se trata de que se ensimismen y nos ignoren. Nos encanta que nos abracen después de una buena partida.
Una vez que haya terminado el juego, nos encanta que nos digan que fue lindo y especial (aunque no sea cierto) y las flores o detalles nunca nos estorban en las citas subsecuentes o entre ellas.
En resumen… sinceramente no creo que haya mucha diferencia entre lo que quiere una mujer de más de cuarenta y una de veintitantos, todas buscamos un príncipe azul…aunque sea para cogerle cariño
Escrito pot: Lu Co.
Pero quizá cuento con algo de experiencia, aunque recientemente debo reconocer que sufro de ataques de romanticismo, que no van tan de acuerdo con mi historial de vida, pero en fin.
Al igual que cualquier mujer, el primer paso para elegir a un amante, es que su físico se nos antoje, lo cual no implica necesariamente que sea el prototipo de la masculinidad griega, pero definitivamente que tenga “algo” que nos provoque arrancarle la ropa. Es muy importante que no tenga voz aguda y menos que hable como bebé, porque si lo hace a la hora de más acción, nos recordará a nuestros hijos, sobrinos o al compañerito de la primaria que nos caía mal.
Pocas mujeres pueden elegir a un hombre sólo para acostarse con él, casi siempre tejen una historia que abarca mínimo tres citas, por lo que preferimos a los hombres al menos un poco inteligentes, con quienes se pueda tener una conversación divertida o medianamente entretenida, lo que nos da un poco de esperanza en su creatividad a la hora del sexo. Lo cual no quiere decir bajo ninguna perspectiva que creamos en esa frase tan popular entre los caballeros: que sea una dama vestida y una pu… en la cama… definitivamente no, en el caso de los hombres, ellos entenderían que deben acostarse con todas nuestras amigas, hermanas, conocidas y hasta con la abuela postiza de nuestros hijos.
Una vez que superamos el proceso de selección, es básico que el sujeto no sufra de ansiedad o prisa y empiece a encuerarse y a desvestirnos desde el coche. Pero tampoco que tengamos que escuchar la historia completa de su vida, la de toda su familia, todas sus mascotas y de sus vecinos.
Al igual que a todas las mujeres, nos gustan los besos, las caricias y las palabras dulces que animan (particularmente aquellas que elevan nuestra autoestima, por favor nada de decir: pues no estas taaaaan mal o todavía aguantas).
Definitivamente no nos gustan los hombres pulpo, a menos que sean suaves y pausados. Si en algún momento les quitamos la mano de algún lugar, pueden estar seguros que no es por hacernos las interesantes, es definitivamente porque nos disgusta que toquen ese sitio.
No es lindo que saquen a relucir y muchos menos usar a su “mejor amiguito” antes de haber pasado por una buena sesión de calentamiento. Aunque hay mujeres ansiosas o con poca práctica que quieren jugar con él, entonces préstenselos sin mayor recato, seguramente se divertirán mucho.
Uno de mis tutores me convenció que un buen amante lo último que utiliza es al amiguito, toda vez que una falta de control puede terminar con el juego y dejar a la dama frustrada y enojada. Así que por favor no sean egoístas y aseguren la diversión de ella.
Siempre las actividades orales son una excelente opción, aunque recuerden que se trata de partes sensibles no de una paleta chupa chups y bajo ninguna circunstancia se vale morder. De igual forma, aunque no lo crean, los pezones duelen si no son tratados con cariño.
Si en algún momento su amigo no funciona de la manera que esperaban y decide tomar un descanso, por favor, no se vayan al baño a llorar, ni centren toda su atención en él dándole masajes de resuscitación, porque es entre aburrido y lastimoso ver sus intentos, sobre todo si son fallidos. El juego puede continuar y la mayoría de las mujeres a esta edad, si se percatan del incidente, gustosamente les ayudarán a solucionarlo, en caso de que tenga remedio o se trata de falta de inspiración.
Recuerden por favor que las películas pornográficas son ficción, son muy pocas las mujeres que se introducen a su amiguito a la boca porque les rete encante, salvo contadas excepciones (nunca diré si soy una de ellas), más bien lo hacen porque saben que les encanta, así que no abusen intentando obligarlas ni les sujeten fuertemente la cabeza o verán que tal se siente un buen mordisco.
Al 99% de los hombres les gusta el sexo por cavidades no oficiales, por favor si las mujeres no quieren o les da cosita, no las obliguen ni aprovechen un descuido para cometer una fechoría porque pueden llevarse un rosario de insultos y el juego se acabó… además de que seguramente no volverán a saber de ella.
En caso de que quieran un segundo, tercero, cuarto o quinto set, por favor déjenos respirar entre cada uno, porque al igual que a ustedes, la mayor parte de las veces si continuamos además de que podemos tener un ataque cardiaco, nos duele o da risa. Aunque tampoco se trata de que se ensimismen y nos ignoren. Nos encanta que nos abracen después de una buena partida.
Una vez que haya terminado el juego, nos encanta que nos digan que fue lindo y especial (aunque no sea cierto) y las flores o detalles nunca nos estorban en las citas subsecuentes o entre ellas.
En resumen… sinceramente no creo que haya mucha diferencia entre lo que quiere una mujer de más de cuarenta y una de veintitantos, todas buscamos un príncipe azul…aunque sea para cogerle cariño
Escrito pot: Lu Co.
lunes, 23 de noviembre de 2015
Primera parte: ¿Qué nos gusta?
Recientemente, mientras la ociosidad se apodera de mí y hago de cuenta como si tuviera algo que hacer en el celular, me he encontrado con numerosos artículos con temas como “vuélvelo loco”, “lo que ellos esperan en la cama”, “cosas que harán que no te olvide”, “10 trucos para ser inolvidable”, etc.
Ansiosa y curiosa como soy he leído cada uno de ellos, para ser honesta dudo que sean escritos por hombres porque mencionan muchos clichés de películas y cosas poco sexosas pero en fin, no pude evitar preguntarme ¿por qué hay tantos “trucos” para ser su pervertida perfecta y no al revés?, así que me dispuse a escribir sobre lo que nosotras queremos y esperamos a la hora de jugar… al menos a mi edad…
Como toda actividad física se requiere de un buen calentamiento y no me refiero a ponerse a hacer círculos con cada parte del cuerpo, desde la cabeza hasta los pies, pero bien dicen que antes de meterse a bañar hay que prender el boiler, es horrible cuando el galán en turno va directo al punto, sobre todo porque ni siquiera estamos listas. A diferencia de los hombres necesitamos mucho más que un buen incentivo visual.
Hombres, antes de meter mano, empiecen con los besos y no sólo en los labios, los oídos y el cuello son una excelente opción, al igual que la espalda, recorran cada centímetro por encima de la ropa, repasen la cintura, la espalda, las pompis, las piernas, TODO.
Una vez que entramos en ambiente, no nos arranquen la ropa cuál escena de película, aunque en algunas ocasiones también puede ser divertido sobre todo si ambos tienen un arranque de pasión, pero por lo general preferimos que se tomen el tiempo al desvestirnos, cuál chocolate, vayan saboreando cada parte que van descubriendo.
Para ese momento es posible que ya estemos ansiosas de comenzar a echar maromas, pero les recomiendo que se esperen un poco más, antes de usar su juguete favorito, intenten usar las manos o la boca, en el caso de las manos no nos gusta que sean tan bruscos recuerden que somos muy sensibles en esas zonas, y no somos protagonistas de una película porno, sean delicados.
Ahora bien en caso de que decidan usar la boca, pregunten primero si le gusta a la chica con la que están, es posible que no le guste o no se sienta cómoda, (chicas si no lo han hecho se los recomiendo, es mil veces mejor, sobre todo si su galán sabe hacerlo). Hombres, es importante que presten atención a las reacciones de su chica, quizá tengan la teoría pero del dicho al hecho hay mucho trecho, si andan medio perdidos o desorientados, pregunten.
Cuando terminen los juegos previos y las maromas empiecen, no se olviden que están con nosotras y no con una muñeca inflable a la que pueden “embestir” cual animales, varíen las velocidad, si ella les pide que se detengan no se molesten, a veces nos parece incómodo o doloroso y no significa necesariamente que el juego acabo, simplemente busquen otra forma.
En mi particular punto de vista me encanta que me sorprendan con los cambios, si su chica es “manejable” aprovechen esa ventaja y sorpréndanla, sin dejar nunca de lado el resto de su cuerpo. Cuando finalmente decidimos tener sexo con ustedes estamos poniendo a su disposición una variedad de juguetes no sólo uno, así que por favor no se concentren sólo en una parte.
Y finalmente cuando ambos estén sonrientes, no den un brinco apenas terminó el encuentro y se vistan como si hubieran pagado por un servicio, nos gusta que se queden junto a nosotras y quien sabe, quizá después de un descanso puede comenzar el segundo tiempo…
Ansiosa y curiosa como soy he leído cada uno de ellos, para ser honesta dudo que sean escritos por hombres porque mencionan muchos clichés de películas y cosas poco sexosas pero en fin, no pude evitar preguntarme ¿por qué hay tantos “trucos” para ser su pervertida perfecta y no al revés?, así que me dispuse a escribir sobre lo que nosotras queremos y esperamos a la hora de jugar… al menos a mi edad…
Como toda actividad física se requiere de un buen calentamiento y no me refiero a ponerse a hacer círculos con cada parte del cuerpo, desde la cabeza hasta los pies, pero bien dicen que antes de meterse a bañar hay que prender el boiler, es horrible cuando el galán en turno va directo al punto, sobre todo porque ni siquiera estamos listas. A diferencia de los hombres necesitamos mucho más que un buen incentivo visual.
Hombres, antes de meter mano, empiecen con los besos y no sólo en los labios, los oídos y el cuello son una excelente opción, al igual que la espalda, recorran cada centímetro por encima de la ropa, repasen la cintura, la espalda, las pompis, las piernas, TODO.
Una vez que entramos en ambiente, no nos arranquen la ropa cuál escena de película, aunque en algunas ocasiones también puede ser divertido sobre todo si ambos tienen un arranque de pasión, pero por lo general preferimos que se tomen el tiempo al desvestirnos, cuál chocolate, vayan saboreando cada parte que van descubriendo.
Para ese momento es posible que ya estemos ansiosas de comenzar a echar maromas, pero les recomiendo que se esperen un poco más, antes de usar su juguete favorito, intenten usar las manos o la boca, en el caso de las manos no nos gusta que sean tan bruscos recuerden que somos muy sensibles en esas zonas, y no somos protagonistas de una película porno, sean delicados.
Ahora bien en caso de que decidan usar la boca, pregunten primero si le gusta a la chica con la que están, es posible que no le guste o no se sienta cómoda, (chicas si no lo han hecho se los recomiendo, es mil veces mejor, sobre todo si su galán sabe hacerlo). Hombres, es importante que presten atención a las reacciones de su chica, quizá tengan la teoría pero del dicho al hecho hay mucho trecho, si andan medio perdidos o desorientados, pregunten.
Cuando terminen los juegos previos y las maromas empiecen, no se olviden que están con nosotras y no con una muñeca inflable a la que pueden “embestir” cual animales, varíen las velocidad, si ella les pide que se detengan no se molesten, a veces nos parece incómodo o doloroso y no significa necesariamente que el juego acabo, simplemente busquen otra forma.
En mi particular punto de vista me encanta que me sorprendan con los cambios, si su chica es “manejable” aprovechen esa ventaja y sorpréndanla, sin dejar nunca de lado el resto de su cuerpo. Cuando finalmente decidimos tener sexo con ustedes estamos poniendo a su disposición una variedad de juguetes no sólo uno, así que por favor no se concentren sólo en una parte.
Y finalmente cuando ambos estén sonrientes, no den un brinco apenas terminó el encuentro y se vistan como si hubieran pagado por un servicio, nos gusta que se queden junto a nosotras y quien sabe, quizá después de un descanso puede comenzar el segundo tiempo…
Escrito por: Sue FC ❤
viernes, 20 de noviembre de 2015
DISERTACIONES: ESPÍRITU NAVIDEÑO
Debo confesar que no tengo bien claro cómo se siente o qué es el supuesto espíritu navideño que acompaña a las fiestas decembrinas, es más, estoy casi convencida que carezco de él. Dicen por ahí que se trata de festejar el nacimiento del niño Jesús -más bien debiera tratarse de un cumpleaños- y que además se junta con eso de las posadas y con el final de año. Y el sentimiento debe ser materialmente de “amor y paz” (y no es ese PAZ!!! al que muy seguido se refiere mi hija que es una sucia excéntrica).
Los medios de comunicación aprovechan para saturarnos de mensajes de dar, que el amor, los buenos sentimientos, la esperanza y quien sabe que tanto más y todo para que compremos aparatos electrónicos, juguetes, refrescos, ropa, coches y cualquier cantidad de objetos que no necesitamos.
En mi familia, particularmente a mi mamá y mi hermana, se les daba eso de transformar el sentimiento en regalos y adornos navideños, todo en su casa era verde, blanco y rojo… cosa rara, porque a mi más bien me parecía como de las Fiestas Patrias, de no ser porque seguramente los independentistas mexicanos no lucharon contra hombres regordetes de barbas blancas, ni iban montados en renos o tuvieron como aliados a muñecos de nieve y mucho menos utilizaron pinos decorados o bastones de caramelo para combatir contra los españoles.
En fin, supongo que en cada persona este espíritu se manifiesta de diferente manera, pero definitivamente hay un sector que a mí me inspira: Los Niños. No hay nada mejor que esa edad para creer en todo lo que se les dice, y más aún si les conviene, porque estos seres mágicos que inundan la época navideña vienen cargados de regalos para ellos.
Por la influencia de mi familia, mis pequeños hijos eran fieles creyentes de Santa Claus y los Reyes Magos, en la casa de mi mamá si conseguíamos que durmieran a buena hora, a la mitad del sueño y cuando estaban más atontados, podían ver a Santa que les daba juguetes y una ensarta de consejos apenas entendibles porque el disfraz le tocaba al más borracho de la fiesta.
Mis hijos aseguraban con su vida que estos seres mágicos existían y aunque en ocasiones no podían ser tan generosos por aquello de las crisis económicas, siempre recibieron algo, que mis pequeños no cuestionaban, toda vez que en lugar de escribir una carta pidiendo regalos, los convencí que era mejor hacer una confesión reflexiva de su comportamiento durante el año, por lo que una vez analizado, únicamente solicitaban que en caso de que fuera posible les hiciera llegar un regalo, lo que se merecieran después de haber expuesto todos los actos poco éticos que habían cometido durante el año.
Por supuesto que para mí no había nada mejor que leer esas cartas, en las que me enteraba de ¡cada cosa! que seguramente ni un policía judicial podría haber hecho confesar a alguien a base de toques y agua mineral.
Cuando alguien tuvo a bien romper el corazón y las ilusiones de mis hijos, el sentido de la navidad terminó para mí y desde entonces pasa por nuestras vidas como si fuera el 3 de abril o el 26 de febrero. Sin embargo, siempre tengo la fortuna de encontrar a alguien para quien sí es importante. Este año tendremos el gusto de contribuir con niños poco afortunados que han esperado 12 meses para recibir ese algo que saben nunca podrían tener por su nula capacidad adquisitiva.
Siempre es una placer contribuir con las personas menos afortunadas, es un gusto dar (aunque sea en navidad) a quienes no tienen nada, si algunos de ustedes puede hacerlo por favor no lo duden ni tantito, o mejor aún, hagan el esfuerzo de buscar a alguien que en verdad necesite una evidencia para mantener la ilusión, compartan lo que puedan que la vida seguramente se los devolverá.
Quizá justo es ese el ESPÍRITU NAVIDEÑO…
Escrito por: Lu Co
Los medios de comunicación aprovechan para saturarnos de mensajes de dar, que el amor, los buenos sentimientos, la esperanza y quien sabe que tanto más y todo para que compremos aparatos electrónicos, juguetes, refrescos, ropa, coches y cualquier cantidad de objetos que no necesitamos.
En mi familia, particularmente a mi mamá y mi hermana, se les daba eso de transformar el sentimiento en regalos y adornos navideños, todo en su casa era verde, blanco y rojo… cosa rara, porque a mi más bien me parecía como de las Fiestas Patrias, de no ser porque seguramente los independentistas mexicanos no lucharon contra hombres regordetes de barbas blancas, ni iban montados en renos o tuvieron como aliados a muñecos de nieve y mucho menos utilizaron pinos decorados o bastones de caramelo para combatir contra los españoles.
En fin, supongo que en cada persona este espíritu se manifiesta de diferente manera, pero definitivamente hay un sector que a mí me inspira: Los Niños. No hay nada mejor que esa edad para creer en todo lo que se les dice, y más aún si les conviene, porque estos seres mágicos que inundan la época navideña vienen cargados de regalos para ellos.
Por la influencia de mi familia, mis pequeños hijos eran fieles creyentes de Santa Claus y los Reyes Magos, en la casa de mi mamá si conseguíamos que durmieran a buena hora, a la mitad del sueño y cuando estaban más atontados, podían ver a Santa que les daba juguetes y una ensarta de consejos apenas entendibles porque el disfraz le tocaba al más borracho de la fiesta.
Mis hijos aseguraban con su vida que estos seres mágicos existían y aunque en ocasiones no podían ser tan generosos por aquello de las crisis económicas, siempre recibieron algo, que mis pequeños no cuestionaban, toda vez que en lugar de escribir una carta pidiendo regalos, los convencí que era mejor hacer una confesión reflexiva de su comportamiento durante el año, por lo que una vez analizado, únicamente solicitaban que en caso de que fuera posible les hiciera llegar un regalo, lo que se merecieran después de haber expuesto todos los actos poco éticos que habían cometido durante el año.
Por supuesto que para mí no había nada mejor que leer esas cartas, en las que me enteraba de ¡cada cosa! que seguramente ni un policía judicial podría haber hecho confesar a alguien a base de toques y agua mineral.
Cuando alguien tuvo a bien romper el corazón y las ilusiones de mis hijos, el sentido de la navidad terminó para mí y desde entonces pasa por nuestras vidas como si fuera el 3 de abril o el 26 de febrero. Sin embargo, siempre tengo la fortuna de encontrar a alguien para quien sí es importante. Este año tendremos el gusto de contribuir con niños poco afortunados que han esperado 12 meses para recibir ese algo que saben nunca podrían tener por su nula capacidad adquisitiva.
Siempre es una placer contribuir con las personas menos afortunadas, es un gusto dar (aunque sea en navidad) a quienes no tienen nada, si algunos de ustedes puede hacerlo por favor no lo duden ni tantito, o mejor aún, hagan el esfuerzo de buscar a alguien que en verdad necesite una evidencia para mantener la ilusión, compartan lo que puedan que la vida seguramente se los devolverá.
Quizá justo es ese el ESPÍRITU NAVIDEÑO…
Escrito por: Lu Co
martes, 17 de noviembre de 2015
DISERTACIONES: ETERNAMENTE ABANDONADA
Los seres humanos teóricamente somos seres sociales que nos gusta estar acompañados y/o rodeados de personas, además que buscamos emparejarnos, es decir vivir en pareja. ¿Pero qué pasa si nos volvemos intolerantes a las voluntades ajenas, y para colmo sabemos cómo queremos que sea nuestra vida? El resultado son seres convencidamente solteros.
Ese es mi estado permanente, pero seguramente no nací con la predisposición o igual y sí. Hace algunos días el comportamiento de dos sujetos me hizo reflexionar. Los gentiles caballeros decidieron que ya no querían ser mi “algo” porque no había respondido de manera inmediata a sus cuestionamientos, entonces concluyeron que yo los ignoraba y ambos decidieron que lo mejor era no verme más.
Estos incidentes fueron meramente circunstanciales; en pleno siglo XXI y con los múltiples canales de comunicación no presenciales a los que tenemos acceso, ambas charlas se llevaban a cabo a distancia. En el primero de los casos, estaba en la oficina cuando el hombrecito me cuestionó vía skype acerca de darle mi cariño a un sujeto como él, en ese momento me llamaron a una reunión y cuando volví, en la conversación tenía más de 15 renglones escritos por el futuro galán en los que desacreditaba mi calidad como persona al ignorarlo y negarme a responder a su petición.
Al principio me dio extrañamiento y luego mucha risa, lo único que contesté fue perdón tuve que salir a una junta y no había leído ni siquiera el primer cuestionamiento, pero fue demasiado tarde porque el sujeto se había salido de la conversación, seguramente despreciándome.
Días después conversaba vía mensajes de celular con otro hombre, quien argumentaba cosas innecesarias y para mí fuera de lugar. Salí a comer y durante más de media hora estuve contestando necedades, pero al final de la comida tuve que ir al banco, después a la oficina y atendí algunos asuntos que reclamaban resolución urgente, y cuando finalicé las gestiones, miré el celular y ¡ZAZ!
Me encontré con otro rosario de palabras desagradables hacia mi persona calificándome de ignoradora porque no había respondido en tiempo y forma a su solicitud de explicaciones, por lo que el buen hombre había decidido que lo mejor era no verme nunca más. Por supuesto y a fin de tranquilizar mi conciencia le ofrecí una disculpa aclarándole que me había ocupado y no había visto sus mensajes, pero el sujeto ya había abandonado la conversación y quizá enterrado su celular en el jardín.
En ambos casos, al siguiente día de sucedida la desavenencia, los sujetos se comunicaron conmigo, sin embargo el interés que podían haber despertado en mí se fue con su falta de paciencia y exceso de prejuicios hacia mí. Entonces sí me quedé muda y di por terminada para siempre la comunicación.
Esa es la historia de mi vida, específicamente de las aparentes relaciones serias que he tenido. Los sujetos cuando surge un contratiempo dicen me voy y yo contesto adiós, no sé rogar, ni intentó convencer, creo en sus palabras cuando dicen que ya no quieren estar conmigo, aunque debo aclarar que en el 100% de los casos se han arrepentido.
Según me cuentan esta es la dinámica de las relaciones, alguna de la partes se molesta y argumenta desde mi punto de vista de manera irresponsable, que todo se acabó, para que su contraparte le pida que recapacite porque… no sé cuál puede ser el porqué pero dicen alguno… Y entonces tienen una reconciliación… ¡que aburrido! ¿No se los parece? ¿Para que dicen que se van si no quieren hacerlo?
Lamentablemente conmigo chocan con pared… (y de piedra). No le encuentro gusto al jueguito y más si es entre dos personas adultas que saben lo que quieren. No podrían mejor intentar convencer con buenas razones o besos y cariños ¿Porque hacer el drama de irse y hacerse el insultado? NO creo que sea una estrategia aceptable, esta es una de las razones por las existen personas como yo “eternamente abandonadas” o “convencidamente solteras”.
Aunque no lo crean… busco en la vida a alguien a quien querer y que me consienta, pero sin tanta complicación, sin cuestionamientos, por el placer de ser y de compartir, y lo más importante, que sepa en donde y con quien quiere estar y no amenace con irse bajo ninguna circunstancia… a menos que ya tenga su maleta hecha porque así lo decidió sin molestia de por medio. Creo que estos seres están extintos, por favor si alguien conoce alguno, pídanle que me contacte, prometo que se divertirá mucho….
Escrito por: Lu Co
Ese es mi estado permanente, pero seguramente no nací con la predisposición o igual y sí. Hace algunos días el comportamiento de dos sujetos me hizo reflexionar. Los gentiles caballeros decidieron que ya no querían ser mi “algo” porque no había respondido de manera inmediata a sus cuestionamientos, entonces concluyeron que yo los ignoraba y ambos decidieron que lo mejor era no verme más.
Estos incidentes fueron meramente circunstanciales; en pleno siglo XXI y con los múltiples canales de comunicación no presenciales a los que tenemos acceso, ambas charlas se llevaban a cabo a distancia. En el primero de los casos, estaba en la oficina cuando el hombrecito me cuestionó vía skype acerca de darle mi cariño a un sujeto como él, en ese momento me llamaron a una reunión y cuando volví, en la conversación tenía más de 15 renglones escritos por el futuro galán en los que desacreditaba mi calidad como persona al ignorarlo y negarme a responder a su petición.
Al principio me dio extrañamiento y luego mucha risa, lo único que contesté fue perdón tuve que salir a una junta y no había leído ni siquiera el primer cuestionamiento, pero fue demasiado tarde porque el sujeto se había salido de la conversación, seguramente despreciándome.
Días después conversaba vía mensajes de celular con otro hombre, quien argumentaba cosas innecesarias y para mí fuera de lugar. Salí a comer y durante más de media hora estuve contestando necedades, pero al final de la comida tuve que ir al banco, después a la oficina y atendí algunos asuntos que reclamaban resolución urgente, y cuando finalicé las gestiones, miré el celular y ¡ZAZ!
Me encontré con otro rosario de palabras desagradables hacia mi persona calificándome de ignoradora porque no había respondido en tiempo y forma a su solicitud de explicaciones, por lo que el buen hombre había decidido que lo mejor era no verme nunca más. Por supuesto y a fin de tranquilizar mi conciencia le ofrecí una disculpa aclarándole que me había ocupado y no había visto sus mensajes, pero el sujeto ya había abandonado la conversación y quizá enterrado su celular en el jardín.
En ambos casos, al siguiente día de sucedida la desavenencia, los sujetos se comunicaron conmigo, sin embargo el interés que podían haber despertado en mí se fue con su falta de paciencia y exceso de prejuicios hacia mí. Entonces sí me quedé muda y di por terminada para siempre la comunicación.
Esa es la historia de mi vida, específicamente de las aparentes relaciones serias que he tenido. Los sujetos cuando surge un contratiempo dicen me voy y yo contesto adiós, no sé rogar, ni intentó convencer, creo en sus palabras cuando dicen que ya no quieren estar conmigo, aunque debo aclarar que en el 100% de los casos se han arrepentido.
Según me cuentan esta es la dinámica de las relaciones, alguna de la partes se molesta y argumenta desde mi punto de vista de manera irresponsable, que todo se acabó, para que su contraparte le pida que recapacite porque… no sé cuál puede ser el porqué pero dicen alguno… Y entonces tienen una reconciliación… ¡que aburrido! ¿No se los parece? ¿Para que dicen que se van si no quieren hacerlo?
Lamentablemente conmigo chocan con pared… (y de piedra). No le encuentro gusto al jueguito y más si es entre dos personas adultas que saben lo que quieren. No podrían mejor intentar convencer con buenas razones o besos y cariños ¿Porque hacer el drama de irse y hacerse el insultado? NO creo que sea una estrategia aceptable, esta es una de las razones por las existen personas como yo “eternamente abandonadas” o “convencidamente solteras”.
Aunque no lo crean… busco en la vida a alguien a quien querer y que me consienta, pero sin tanta complicación, sin cuestionamientos, por el placer de ser y de compartir, y lo más importante, que sepa en donde y con quien quiere estar y no amenace con irse bajo ninguna circunstancia… a menos que ya tenga su maleta hecha porque así lo decidió sin molestia de por medio. Creo que estos seres están extintos, por favor si alguien conoce alguno, pídanle que me contacte, prometo que se divertirá mucho….
Escrito por: Lu Co
jueves, 29 de octubre de 2015
Dramáticas incomprendidas
La semana pasada una de mis mejores amigas me pidió un aventón a Santa Fe porque tenía una entrevista de trabajo, sin dudar le dije que sí. Así pues al día siguiente que me pidió el favor nos vimos afuera de mi casa y nos pusimos en marcha, recordé los días de preparatoria en que justamente platicábamos de mil y un tonterías mientras llegábamos a la escuela.
Durante ese trayecto mi amiga me platicaba de unos problemas que tenía con su novio, el problema principal es que ella le contaba cosas y él no les prestaba la atención ni importancia deseada por parte de mi amiga entonces ella le dijo: “si te vale lo que digo mejor dímelo” y él como blanca palomita cayó y respondió “la verdad sí, no me importan los detalles ve directo al punto”. Grave error el que cometió desde el punto de vista de mi amiga porque desató a su demonio interno quien sin pensarlo dos veces le dijo “entonces te vale lo que te cuento…”
La verdad es que cuando mi amiga acabó de contarme no pude contener las carcajadas y cuando me preguntó de qué me reía, con toda la honestidad que poseo le dije “¿para qué le preguntas? Y peor aún ¿por qué te enojas si tú le pediste que te lo dijera”
Esa misma plática me recordó a un monologo de Franco Escamilla que se llama “Tres neuronas” (si no lo han visto se los recomiendo). Básicamente habla sobre lo que pasa por la cabeza de los hombres y de las mujeres en una discusión, y déjenme decirles a todos los lectores masculinos que entiendo porque creen que somos complicadas, pero la verdad es que nos falta coherencia al hablar porque no tenemos conectada la razón al corazón, pero principalmente porque nos encanta el drama.
Mientras una discusión se lleva a cabo con nuestra pareja nosotras estamos imaginando una escena de película en la que todo va a terminar en besos, abrazos y detalles, juramos que cuando demos media vuelta, él nos detendrá y nos dará un beso; que si estamos peleados, él mandará un enorme ramo de rosas a la oficina; que al llegar a casa nos esperará con una cena romántica. Pero cuando el resultado después de una pelea o discusión no es el que imaginamos el “pancho” que ya hicimos duplica su tamaño y ahora imaginamos cientos de razones por las que no resultó, entre las más populares pueden estar los típicos “ya no me quiere” o “seguro ya tiene otra”.
Mujeres, no se pasen, les juró que no son adivinos, si les dices que te digan la verdad y por dentro piensas “más vale que me digas que te importo”, no se enojen con ellos cuando respondan honestamente a lo que preguntaste y no a lo que pensaste, aunque no lo crean no leen la mente, es mejor que les digas “si no te importa, al menos finge que sí, porque quiero sentirme escuchada” , les ahorrarían cientos de problemas. O con el clásico:
- ¿Qué tienes?
- Nada
Si no es cierto no digan eso, si se enojaron porque no les abrió la puerta del coche, díganselo, les juro que lo último que quieren es molestarlas, por el contrario estoy convencida que evitarían repetir algo que ya las hizo enojar previamente.
Hombres, si quieren ahorrarse esas escenas vean cualquier película chick flick y ahí tienen cientos de trucos y secretos, claro que lo más probable es que cuando la detengan después de una pelea ella les grite y les diga que la dejen y demás, NO CAIGAN, el drama sólo se está haciendo más grande, los está probando a ver que tanto la quieren, denle un beso y no dejen que siga discutiendo, y aunque aparentemente ella sigue peleando, por dentro está brincando de felicidad, se siente la mujer más afortunada y amada sobre la faz de la tierra.
Durante ese trayecto mi amiga me platicaba de unos problemas que tenía con su novio, el problema principal es que ella le contaba cosas y él no les prestaba la atención ni importancia deseada por parte de mi amiga entonces ella le dijo: “si te vale lo que digo mejor dímelo” y él como blanca palomita cayó y respondió “la verdad sí, no me importan los detalles ve directo al punto”. Grave error el que cometió desde el punto de vista de mi amiga porque desató a su demonio interno quien sin pensarlo dos veces le dijo “entonces te vale lo que te cuento…”
La verdad es que cuando mi amiga acabó de contarme no pude contener las carcajadas y cuando me preguntó de qué me reía, con toda la honestidad que poseo le dije “¿para qué le preguntas? Y peor aún ¿por qué te enojas si tú le pediste que te lo dijera”
Esa misma plática me recordó a un monologo de Franco Escamilla que se llama “Tres neuronas” (si no lo han visto se los recomiendo). Básicamente habla sobre lo que pasa por la cabeza de los hombres y de las mujeres en una discusión, y déjenme decirles a todos los lectores masculinos que entiendo porque creen que somos complicadas, pero la verdad es que nos falta coherencia al hablar porque no tenemos conectada la razón al corazón, pero principalmente porque nos encanta el drama.
Mientras una discusión se lleva a cabo con nuestra pareja nosotras estamos imaginando una escena de película en la que todo va a terminar en besos, abrazos y detalles, juramos que cuando demos media vuelta, él nos detendrá y nos dará un beso; que si estamos peleados, él mandará un enorme ramo de rosas a la oficina; que al llegar a casa nos esperará con una cena romántica. Pero cuando el resultado después de una pelea o discusión no es el que imaginamos el “pancho” que ya hicimos duplica su tamaño y ahora imaginamos cientos de razones por las que no resultó, entre las más populares pueden estar los típicos “ya no me quiere” o “seguro ya tiene otra”.
Mujeres, no se pasen, les juró que no son adivinos, si les dices que te digan la verdad y por dentro piensas “más vale que me digas que te importo”, no se enojen con ellos cuando respondan honestamente a lo que preguntaste y no a lo que pensaste, aunque no lo crean no leen la mente, es mejor que les digas “si no te importa, al menos finge que sí, porque quiero sentirme escuchada” , les ahorrarían cientos de problemas. O con el clásico:
- ¿Qué tienes?
- Nada
Si no es cierto no digan eso, si se enojaron porque no les abrió la puerta del coche, díganselo, les juro que lo último que quieren es molestarlas, por el contrario estoy convencida que evitarían repetir algo que ya las hizo enojar previamente.
Hombres, si quieren ahorrarse esas escenas vean cualquier película chick flick y ahí tienen cientos de trucos y secretos, claro que lo más probable es que cuando la detengan después de una pelea ella les grite y les diga que la dejen y demás, NO CAIGAN, el drama sólo se está haciendo más grande, los está probando a ver que tanto la quieren, denle un beso y no dejen que siga discutiendo, y aunque aparentemente ella sigue peleando, por dentro está brincando de felicidad, se siente la mujer más afortunada y amada sobre la faz de la tierra.
Escrito por: Sue FC ❤
martes, 27 de octubre de 2015
DISERTACIONES: DEMASIADA INFORMACIÒN
Nunca pensé en escribir esto porque durante todos los años que llevo trabajando he aprendido lo importante que es contar con información, que además de darnos certezas nos permita proyectar escenarios a fin de que no nos sorprendan, calcular riesgos, etc. sin embargo, en el último mes he tenido dos experiencias verdaderamente desagradables, porque dos personas creyeron que yo debía conocer “algo” que puedo jurar no estaba dentro de mi horizonte.
El primero de ellos fue un hombre, al parecer muy educado y decente, dedicado a la docencia y a la supervisión de las buenas costumbres en una escuela de educación media superior posicionada entre las más prestigiosas del país. No obstante, hace algunas semanas me envío muy temprano un mensaje, que pensé que era para desearme un buen día. Y NO, era una fotografía de este caballero vistiendo únicamente una tanga de mujer… desde ese día la imagen me persigue como pesadilla.
Perdí cualquier tipo de respeto y buena disposición que pudiera haber tenido hacia él, me enfureció que se atreviera a invadir mi privacidad con información visual que no necesitaba. Nunca más podría verlo a la cara sin anteponer la imagen de su cuerpo vestido únicamente con una tanga rosa… iuuuuu. Además que tengo dos hijos y mi teléfono es tan público como los ubicados en las centrales camioneras, tampoco creo que ellos necesitarán esa imagen. Qué tal si en lugar de haberlo visto yo, lo hubiera hecho mi hija… Ya bastante tiene con una madre como yo…
Semanas después tuve a bien conocer a otro individuo que días después de tratarme se declaró mi más ferviente admirador. Me llenó de regalos y detalles lindos, además de mensajes vía celular con temas religiosos, de esos que son como cadenas y contienen imágenes de la biblia y así… Por supuesto que me parecieron también un poco invasivos, pero en fin, pensé que el gentil caballero era sumamente religioso.
Un día tras declinar una invitación a un concierto, porque alguien tan religioso tampoco es el tipo de hombre que llame mi atención, me envío una imagen a las tantas de la mañana mientras yo platicaba con otro amigo, a quien le comenté el hecho y muy burlón me dijo: “y ahora que habrá hecho Jesús que te tenga que informar a esta hora”. Curiosa como soy, abrí el mensaje para leer la nueva dedicatoria religiosa, y ZAZ!!!!, casi me desmayo, era la fotografía de este sujeto con sus partes divertidas completamente expuestas.
Creo que hasta la presión se me bajó y se lo comenté a mi amigo, quien dudo de mi palabra, toda vez que el señor se veía muy educado, decente y respetable. Le pedí autorización para compartirla con él y se la hice llegar… Cuando recuperó el habla, ambos llenamos de insultos al pervertido y por supuesto le pedí al hombre ese que me eliminara de sus contactos y de su vida. ¿Qué le hizo pensar que yo ocupaba conocer esa parte tan íntima de su ser?. iuuuuuuuuu (de nuevo) el sujeto se excusó diciendo que un sobrino suyo había manipulado el celular y era el osado malhechor. Argumento que no creí.
Posteriormente comenté con mis hijos el incidente. Y nuestra sexóloga de cabecera (mi hija) nos explicó que era algo normal, que los seres del sexo masculino tienen gusto en exhibirse, además de que ellos se “prenden” viendo imágenes de mujeres desnudas y piensan que en el sexo opuesto opera de la misma manera, cuando nosotras somos más sensibles a recibir cariños, besos y palabras dulces.
Nuevamente, agradecí los amplios conocimientos de mi hija que desde hace más de 15 años nos resuelve todas nuestras dudas sobre el sexo…. Mi hijo quedó muy claro que él nunca debe hacer eso porque se convierte en un pervertido a los ojos de la joven a quien pretenda conquistar, y seguramente si la impresionará, pero no de manera favorable como había ocurrido conmigo, que inmediatamente saqué de mi horizonte a tan desinhibidos sujetos.
Caballeros, por favor no envíen ese tipo de imágenes a sus conquistas, salvo previa autorización o solicitud explicita… a las mujeres no nos gusta ver tanto… o tan poco, aunque ustedes crean que su pene es algo grandioso, debo confesar que es bastante feíto… sin importar su capacidad lúdica.
Escrito por: Lu Co
El primero de ellos fue un hombre, al parecer muy educado y decente, dedicado a la docencia y a la supervisión de las buenas costumbres en una escuela de educación media superior posicionada entre las más prestigiosas del país. No obstante, hace algunas semanas me envío muy temprano un mensaje, que pensé que era para desearme un buen día. Y NO, era una fotografía de este caballero vistiendo únicamente una tanga de mujer… desde ese día la imagen me persigue como pesadilla.
Perdí cualquier tipo de respeto y buena disposición que pudiera haber tenido hacia él, me enfureció que se atreviera a invadir mi privacidad con información visual que no necesitaba. Nunca más podría verlo a la cara sin anteponer la imagen de su cuerpo vestido únicamente con una tanga rosa… iuuuuu. Además que tengo dos hijos y mi teléfono es tan público como los ubicados en las centrales camioneras, tampoco creo que ellos necesitarán esa imagen. Qué tal si en lugar de haberlo visto yo, lo hubiera hecho mi hija… Ya bastante tiene con una madre como yo…
Semanas después tuve a bien conocer a otro individuo que días después de tratarme se declaró mi más ferviente admirador. Me llenó de regalos y detalles lindos, además de mensajes vía celular con temas religiosos, de esos que son como cadenas y contienen imágenes de la biblia y así… Por supuesto que me parecieron también un poco invasivos, pero en fin, pensé que el gentil caballero era sumamente religioso.
Un día tras declinar una invitación a un concierto, porque alguien tan religioso tampoco es el tipo de hombre que llame mi atención, me envío una imagen a las tantas de la mañana mientras yo platicaba con otro amigo, a quien le comenté el hecho y muy burlón me dijo: “y ahora que habrá hecho Jesús que te tenga que informar a esta hora”. Curiosa como soy, abrí el mensaje para leer la nueva dedicatoria religiosa, y ZAZ!!!!, casi me desmayo, era la fotografía de este sujeto con sus partes divertidas completamente expuestas.
Creo que hasta la presión se me bajó y se lo comenté a mi amigo, quien dudo de mi palabra, toda vez que el señor se veía muy educado, decente y respetable. Le pedí autorización para compartirla con él y se la hice llegar… Cuando recuperó el habla, ambos llenamos de insultos al pervertido y por supuesto le pedí al hombre ese que me eliminara de sus contactos y de su vida. ¿Qué le hizo pensar que yo ocupaba conocer esa parte tan íntima de su ser?. iuuuuuuuuu (de nuevo) el sujeto se excusó diciendo que un sobrino suyo había manipulado el celular y era el osado malhechor. Argumento que no creí.
Posteriormente comenté con mis hijos el incidente. Y nuestra sexóloga de cabecera (mi hija) nos explicó que era algo normal, que los seres del sexo masculino tienen gusto en exhibirse, además de que ellos se “prenden” viendo imágenes de mujeres desnudas y piensan que en el sexo opuesto opera de la misma manera, cuando nosotras somos más sensibles a recibir cariños, besos y palabras dulces.
Nuevamente, agradecí los amplios conocimientos de mi hija que desde hace más de 15 años nos resuelve todas nuestras dudas sobre el sexo…. Mi hijo quedó muy claro que él nunca debe hacer eso porque se convierte en un pervertido a los ojos de la joven a quien pretenda conquistar, y seguramente si la impresionará, pero no de manera favorable como había ocurrido conmigo, que inmediatamente saqué de mi horizonte a tan desinhibidos sujetos.
Caballeros, por favor no envíen ese tipo de imágenes a sus conquistas, salvo previa autorización o solicitud explicita… a las mujeres no nos gusta ver tanto… o tan poco, aunque ustedes crean que su pene es algo grandioso, debo confesar que es bastante feíto… sin importar su capacidad lúdica.
Escrito por: Lu Co
lunes, 26 de octubre de 2015
Batallas internas
Últimamente he tenido cientos de debates con una personita que quiero muchísimo y a quien he protegido de que sea herida por…. La verdad ya no sé cuánto tiempo ha sido.
Se trata de una pequeña enamoradiza que cree en los cuentos de hadas, los príncipes azules y lo finales felices, ella es mi inspiración, mi motor de los sueños y quien me hace recordar que la magia existe.
La verdad es que casi siempre nos llevamos bastante bien, a veces la dejó salir a jugar y a que haga locuras; todo va bien hasta que llega un nuevo prospecto a nuestras vidas, entonces las discusiones entre ella y yo comienzan, verán ella es algo despistada y le gusta creer que todos aquellos a quienes besamos se convertirá en ese príncipe azul que estamos esperando, pero normalmente no es así.
Yo no tengo ningún problema en jugar con ellos, pasarla bien por un rato y decir adiós, pero ella, esa ilusa niña cree cada palabra, no entiende que los príncipes azules de la vida real vienen con puros cuentos, y ¿saben qué es lo que más me molesta? Que después de que llora por días a causa de un mal de amores se vuelve a poner de pie, lista y dispuesta a seguir buscando a ese alguien con quien cree estar destinada a estar por algún tipo de destino mágico.
Se molesta tanto conmigo cuando quiero jugar con alguien, y a la vez yo me enojo con ella por querer entregar un cariño que no merecen, estoy completamente segura que no debemos entregarnos ante las primeras palabras bonitas o unos ojos pispiretos, pero ¡es tan necia!, (ja, seguro eso piensa ella de mí también).
En algunas circunstancias es bastante prudente, me ha costado que aprenda y encuentre la maña para identificar a quienes no valen más allá de una noche (a veces ni eso), se queda callada mientras yo me divierto, pero de vez en cuando aparece alguien en quien ella ve un gran corazón, cae rendida y se revela ante cualquier “no” que le diga, pelea, debate, discute, cuestiona y se aferra a ese maldito sentimiento que la ha invadido.
A veces me siento como mamá al tenerla encerrada pero la verdad es que solo quiero protegerla; recuerdo esa fría mañana después de navidad cuando le dijeron que Santa Claus no existía, como su pequeño corazón se quebró ante esa inexistencia de algo que le parecía tan mágico, y esa misma ilusión por Santa años más tarde la reemplazó por la sensación de tener mariposas en el estómago y al igual que con el señor del costal de regalos la magia desapareció, dejando un mar de lágrimas a su paso ante la primera decepción amorosa.
La verdad es que admiro su fuerza y sus ganas de luchar por algo que tiene la certeza que existe: los cuentos de hadas con finales felices. Pero hasta que llegue su (nuestro) príncipe azul seguiré cuidándola.
Se trata de una pequeña enamoradiza que cree en los cuentos de hadas, los príncipes azules y lo finales felices, ella es mi inspiración, mi motor de los sueños y quien me hace recordar que la magia existe.
La verdad es que casi siempre nos llevamos bastante bien, a veces la dejó salir a jugar y a que haga locuras; todo va bien hasta que llega un nuevo prospecto a nuestras vidas, entonces las discusiones entre ella y yo comienzan, verán ella es algo despistada y le gusta creer que todos aquellos a quienes besamos se convertirá en ese príncipe azul que estamos esperando, pero normalmente no es así.
Yo no tengo ningún problema en jugar con ellos, pasarla bien por un rato y decir adiós, pero ella, esa ilusa niña cree cada palabra, no entiende que los príncipes azules de la vida real vienen con puros cuentos, y ¿saben qué es lo que más me molesta? Que después de que llora por días a causa de un mal de amores se vuelve a poner de pie, lista y dispuesta a seguir buscando a ese alguien con quien cree estar destinada a estar por algún tipo de destino mágico.
Se molesta tanto conmigo cuando quiero jugar con alguien, y a la vez yo me enojo con ella por querer entregar un cariño que no merecen, estoy completamente segura que no debemos entregarnos ante las primeras palabras bonitas o unos ojos pispiretos, pero ¡es tan necia!, (ja, seguro eso piensa ella de mí también).
En algunas circunstancias es bastante prudente, me ha costado que aprenda y encuentre la maña para identificar a quienes no valen más allá de una noche (a veces ni eso), se queda callada mientras yo me divierto, pero de vez en cuando aparece alguien en quien ella ve un gran corazón, cae rendida y se revela ante cualquier “no” que le diga, pelea, debate, discute, cuestiona y se aferra a ese maldito sentimiento que la ha invadido.
A veces me siento como mamá al tenerla encerrada pero la verdad es que solo quiero protegerla; recuerdo esa fría mañana después de navidad cuando le dijeron que Santa Claus no existía, como su pequeño corazón se quebró ante esa inexistencia de algo que le parecía tan mágico, y esa misma ilusión por Santa años más tarde la reemplazó por la sensación de tener mariposas en el estómago y al igual que con el señor del costal de regalos la magia desapareció, dejando un mar de lágrimas a su paso ante la primera decepción amorosa.
La verdad es que admiro su fuerza y sus ganas de luchar por algo que tiene la certeza que existe: los cuentos de hadas con finales felices. Pero hasta que llegue su (nuestro) príncipe azul seguiré cuidándola.
Escrito por: Sue FC ❤
martes, 20 de octubre de 2015
DISERTACIONES: ¿ABUSO = IGNORANCIA?
Con todo mi cariño y agradecimiento para las personas que en el camino han compartido conmigo su corazón y enseñanzas… (y las que faltan).
Hace algunos días me compartían una historia, similar a las que lamentablemente suelen ocurrir en más de un centro de trabajo; un “supuesto jefe” decidió desquitar su frustración e ira con su equipo de trabajo, el pedazo de salvaje (no encuentro una palabra amable para definirlo) les había gritoneado y señalado sus supuestas incapacidades utilizando palabras nada objetivas y groseras.
Sin embargo y para sorpresa del “jefe”, los miembros de ese grupo laboral habían sido entrenados por la mafia china y lejos de quedarse callados, le respondieron como se lo merecía; al parecer la situación fue tan álgida que a punto estuvieron de llegar a las manos y convertir la oficina en la Arena México y combatir cuerpo a cuerpo en una lucha de máscara contra cabellera.
En mi interior casi agradecí que la historia hubiera tenido ese final —“una de cal por las que van de arena”—pensé. No obstante me entristece que algunas personas decidan que su forma de trabajo sea a fuerza de amenazas y castigos, ante su incapacidad absoluta de ganarse el respeto de sus subalternos por su capacidad y liderazgo.
Estos conflictos laborales al parecer se suscitan tanto en la iniciativa privada como en las oficinas de gobierno. ¿Quién tiene la culpa de que esos incidentes ocurran? ¿Los jefes o los subalternos? En mi experiencia de casi de 20 años, puedo opinar que antes que nada, no se trata de culpa, podría decir que más bien es responsabilidad y definitivamente le daría un 90/10 a los jerárquicos superiores.
Y no crean que esto se debe a que tengo por ahí algún resentimiento guardado de mis primeros años laborales, por el contrario, he tenido la fortuna de encontrar a excelentes jefes que me orientaron y enseñaron los primeros pasos en la administración pública, aunque no tanto como mis compañeros de trabajo y posteriormente los miembros de mi equipo de apoyo que han sido mis mejores maestros.
Sin embargo para mí es muy claro que un jefe, sobre todo en las dependencias públicas en donde el dinero de los sueldos procede de los impuestos de los ciudadanos, es esencialmente un coordinador de esfuerzos cuya responsabilidad es servir de apoyo estratégico a los funcionarios que tienen la obligación de dar respuesta y solución a las exigencias de la sociedad.
¿Entonces qué pasa con las personas que tratan a su equipo de trabajo como si fueran sus esclavos? ¿Estarán conscientes que no son ellos quienes aportan el dinero para solventar el sueldo de sus colaboradores, quienes están ahí para apoyarlo, más no para hacer su trabajo?
Es entre triste y divertido analizar el desempeño de muchos “mando medios y superiores” que además de sentir que fueron elegidos por Dios, asumen un aire de prepotencia digna de Kim Jong-Un (si no saben quien es se los dejo de tarea), por supuesto los hay de muchas formas, colores y precios, sin embargo las conductas más comunes son:
1. Los que se sienten elegidos por el ser supremo con quien además presumen tener una relación personal... Por supuesto que debe ser así porque su incapacidad es tan evidente, que debe considerarse un “milagro” que ocupe el puesto que tiene.
2. Los que creen que su oficina es una extensión de su casa y su equipo de apoyo su personal doméstico; pretenden que sus subalternos les asistan haciendo las compras, llevando a los niños a la escuela y al cónyuge a realizar sus labores domésticas, etc.
3. Los prepotentes monárquicos, son aquellos que creen que todo lo saben y tienen un complejo de superioridad digno de la edad media, tratan a su equipo de apoyo como esclavos y se siente mejores que cualquiera, sin embargo son incapaces de compartir su supuesto conocimiento y no hacen nada más que criticar, para ellos todos está mal y no dicen porque ni cómo hacer las cosas; cuando su superior les llama la atención por algún error, son incapaces de asumir la responsabilidad y culpan siempre a sus subordinados.
4. Los galanes o divas, se sienten más guapos que ningún otro y van a la oficina a conquistar admiradores, para ellos la apariencia física es más importante que la capacidad.
5. Los nuevos ascendidos, son aquellos que recientemente se han incorporado al “grupo de los jefes” y creen que su obligación es solamente mandar, quieren que les hagan todo, que las personas a su cargo les preparen el café, les traigan la comida, hagan su trabajo y se niegan a realizar cualquier actividad que les implique esfuerzo porque consideran que ya han conseguido la meta de volverse los “mandones”. Se olvidan de sus antiguas amistades y únicamente quieren vincularse con los jefes de su “nivel”.
Es muy lamentable que existan jefes como cualquiera de los modelos anteriores y otros más que no se me ocurrieron, nunca entenderé como es que ese tipo de personas pueden ascender jerarquicamente en su desempeño laboral, toda vez que acaban por convertir su área de trabajo en una zona de tortura y suplicio para quienes tienen la mala fortuna de tenerlos como superiores. Las personas educadas, son educadas siempre, en cualquiera de los escenarios en que se encuentren.
Quizá ignoren que la vida es como una rueda de la fortuna y que la justicia divina existe y en algún momento se toparán con alguien que les haga pagar todo el abuso que han cometido. Me parece que es más sencillo y eficiente el trabajo en equipo, nunca debemos de perder de vista que tener personas a cargo, es una responsabilidad que implica procurar su bienestar laboral para que puedan desarrollar sus capacidades que al fin del día serán en beneficio de todos. Todas las personas tienen una o muchas habilidades especiales y una historia de vida que compartir y de la cual aprender.
Para todos los que en este momento tiene que aguantar a algún superior déspota y prepotente, recuerden que el trabajo es solo la actividad a la que nos dedicamos para obtener una retribución económica, nada tiene que ver con lo que somos en la vida, téngale paciencia y acumulen las vivencias para que ustedes cuando asciendan laboralmente, nunca se porten así, que además de no verse bonitos, de esa manera jamás conseguirán el respeto de los demás.
Escrito por: Lu Co
Hace algunos días me compartían una historia, similar a las que lamentablemente suelen ocurrir en más de un centro de trabajo; un “supuesto jefe” decidió desquitar su frustración e ira con su equipo de trabajo, el pedazo de salvaje (no encuentro una palabra amable para definirlo) les había gritoneado y señalado sus supuestas incapacidades utilizando palabras nada objetivas y groseras.
Sin embargo y para sorpresa del “jefe”, los miembros de ese grupo laboral habían sido entrenados por la mafia china y lejos de quedarse callados, le respondieron como se lo merecía; al parecer la situación fue tan álgida que a punto estuvieron de llegar a las manos y convertir la oficina en la Arena México y combatir cuerpo a cuerpo en una lucha de máscara contra cabellera.
En mi interior casi agradecí que la historia hubiera tenido ese final —“una de cal por las que van de arena”—pensé. No obstante me entristece que algunas personas decidan que su forma de trabajo sea a fuerza de amenazas y castigos, ante su incapacidad absoluta de ganarse el respeto de sus subalternos por su capacidad y liderazgo.
Estos conflictos laborales al parecer se suscitan tanto en la iniciativa privada como en las oficinas de gobierno. ¿Quién tiene la culpa de que esos incidentes ocurran? ¿Los jefes o los subalternos? En mi experiencia de casi de 20 años, puedo opinar que antes que nada, no se trata de culpa, podría decir que más bien es responsabilidad y definitivamente le daría un 90/10 a los jerárquicos superiores.
Y no crean que esto se debe a que tengo por ahí algún resentimiento guardado de mis primeros años laborales, por el contrario, he tenido la fortuna de encontrar a excelentes jefes que me orientaron y enseñaron los primeros pasos en la administración pública, aunque no tanto como mis compañeros de trabajo y posteriormente los miembros de mi equipo de apoyo que han sido mis mejores maestros.
Sin embargo para mí es muy claro que un jefe, sobre todo en las dependencias públicas en donde el dinero de los sueldos procede de los impuestos de los ciudadanos, es esencialmente un coordinador de esfuerzos cuya responsabilidad es servir de apoyo estratégico a los funcionarios que tienen la obligación de dar respuesta y solución a las exigencias de la sociedad.
¿Entonces qué pasa con las personas que tratan a su equipo de trabajo como si fueran sus esclavos? ¿Estarán conscientes que no son ellos quienes aportan el dinero para solventar el sueldo de sus colaboradores, quienes están ahí para apoyarlo, más no para hacer su trabajo?
Es entre triste y divertido analizar el desempeño de muchos “mando medios y superiores” que además de sentir que fueron elegidos por Dios, asumen un aire de prepotencia digna de Kim Jong-Un (si no saben quien es se los dejo de tarea), por supuesto los hay de muchas formas, colores y precios, sin embargo las conductas más comunes son:
1. Los que se sienten elegidos por el ser supremo con quien además presumen tener una relación personal... Por supuesto que debe ser así porque su incapacidad es tan evidente, que debe considerarse un “milagro” que ocupe el puesto que tiene.
2. Los que creen que su oficina es una extensión de su casa y su equipo de apoyo su personal doméstico; pretenden que sus subalternos les asistan haciendo las compras, llevando a los niños a la escuela y al cónyuge a realizar sus labores domésticas, etc.
3. Los prepotentes monárquicos, son aquellos que creen que todo lo saben y tienen un complejo de superioridad digno de la edad media, tratan a su equipo de apoyo como esclavos y se siente mejores que cualquiera, sin embargo son incapaces de compartir su supuesto conocimiento y no hacen nada más que criticar, para ellos todos está mal y no dicen porque ni cómo hacer las cosas; cuando su superior les llama la atención por algún error, son incapaces de asumir la responsabilidad y culpan siempre a sus subordinados.
4. Los galanes o divas, se sienten más guapos que ningún otro y van a la oficina a conquistar admiradores, para ellos la apariencia física es más importante que la capacidad.
5. Los nuevos ascendidos, son aquellos que recientemente se han incorporado al “grupo de los jefes” y creen que su obligación es solamente mandar, quieren que les hagan todo, que las personas a su cargo les preparen el café, les traigan la comida, hagan su trabajo y se niegan a realizar cualquier actividad que les implique esfuerzo porque consideran que ya han conseguido la meta de volverse los “mandones”. Se olvidan de sus antiguas amistades y únicamente quieren vincularse con los jefes de su “nivel”.
Es muy lamentable que existan jefes como cualquiera de los modelos anteriores y otros más que no se me ocurrieron, nunca entenderé como es que ese tipo de personas pueden ascender jerarquicamente en su desempeño laboral, toda vez que acaban por convertir su área de trabajo en una zona de tortura y suplicio para quienes tienen la mala fortuna de tenerlos como superiores. Las personas educadas, son educadas siempre, en cualquiera de los escenarios en que se encuentren.
Quizá ignoren que la vida es como una rueda de la fortuna y que la justicia divina existe y en algún momento se toparán con alguien que les haga pagar todo el abuso que han cometido. Me parece que es más sencillo y eficiente el trabajo en equipo, nunca debemos de perder de vista que tener personas a cargo, es una responsabilidad que implica procurar su bienestar laboral para que puedan desarrollar sus capacidades que al fin del día serán en beneficio de todos. Todas las personas tienen una o muchas habilidades especiales y una historia de vida que compartir y de la cual aprender.
Para todos los que en este momento tiene que aguantar a algún superior déspota y prepotente, recuerden que el trabajo es solo la actividad a la que nos dedicamos para obtener una retribución económica, nada tiene que ver con lo que somos en la vida, téngale paciencia y acumulen las vivencias para que ustedes cuando asciendan laboralmente, nunca se porten así, que además de no verse bonitos, de esa manera jamás conseguirán el respeto de los demás.
Escrito por: Lu Co
lunes, 19 de octubre de 2015
Locamente feliz
Desde que entré a laborar en el lugar donde me encuentro todas las personas que he tenido el placer de conocer dicen que estoy loquita y no dejan de preguntarme porque no soy una niña normal.
Para ser honesta en un principio no entendía a que se referían, aparentemente sonrío demasiado, me burlo de todo, le veo doble sentido a la más inocente frase, vivo abiertamente y sin importar el qué dirán, replico cuando algo no me parece bien y según ellos pienso diferente al resto de las personas cercanas, lo cual tampoco entiendo ¿qué es diferente?
Al momento de empezar a escribir este artículo me vinieron a la mente todas esas veces que la gente me ha dicho que estoy loca, en la escuela, en un bar, en una plática con mis amigas, en el trabajo, en…. ¡Donde sea! ¿Será acaso que en lugar de ser diferente la realidad es que todos los demás son demasiado parecidos?
Luego pensé en mi familia y no es por echarles la culpa pero creo que vivo con un par de loquitos que son igual de felices y sonrientes que yo. Mi mamá por ejemplo, sé que no es una mamá normal, o díganme ustedes, ¿cuántas mamás conocen que le limpien la marihuana a sus amigos pachecos? O que cuando le digan “No voy a llegar a dormir porque voy a quedarme en casa de fulanito” diga que sí. O mi ejemplo favorito, que llegue a la casa con su galán en turno y te pida un condón.
Quizá la locura que ven mis compañeros se debe a la vida que tengo, a los dos grandes amores de mi vida que tengo en casa, muchos podrían mirarnos extraños cuando nos vean correr en círculos con los oídos tapados como consecuencia de un estado de pánico, pero nosotros simplemente vemos a tres personas divirtiéndose se lo lindo.
Y claro que no podía dejar de lado a ese príncipe azul que algún día conoceré, quizá el también crea que estoy sumamente loca a lo que bien podría responder que “a las locas como yo le hace falta un tornillo como tú” o quizá conozca a alguien igual de locamente feliz que yo.
Así es que si, lo admito puede que este loca, que no sea una niña normal que tiene que esconderse cuando quiere hacer algo porque tengo a dos cómplices que siempre están para ayudarme, si ser divertida y risueña significa que estoy loca, no tengo nada que decir para cambiar la idea de aquellos que lo piensan, es más los invitaría a que prueben la locura.
Como dijo Coca-Cola alguna vez en una de sus campañas ¡Volvámonos locos! Dejemos de preocuparnos y angustiarnos por todo lo que pasará y lo que dirán, no hay que tomar la vida tan en serio porque es realmente divertida, sólo tienes que animarte a ver ese lado, gritar, sonreír, jugar, besar y ser feliz.
El mundo necesita de más locos felices que cuerdos amargados...
Para ser honesta en un principio no entendía a que se referían, aparentemente sonrío demasiado, me burlo de todo, le veo doble sentido a la más inocente frase, vivo abiertamente y sin importar el qué dirán, replico cuando algo no me parece bien y según ellos pienso diferente al resto de las personas cercanas, lo cual tampoco entiendo ¿qué es diferente?
Al momento de empezar a escribir este artículo me vinieron a la mente todas esas veces que la gente me ha dicho que estoy loca, en la escuela, en un bar, en una plática con mis amigas, en el trabajo, en…. ¡Donde sea! ¿Será acaso que en lugar de ser diferente la realidad es que todos los demás son demasiado parecidos?
Luego pensé en mi familia y no es por echarles la culpa pero creo que vivo con un par de loquitos que son igual de felices y sonrientes que yo. Mi mamá por ejemplo, sé que no es una mamá normal, o díganme ustedes, ¿cuántas mamás conocen que le limpien la marihuana a sus amigos pachecos? O que cuando le digan “No voy a llegar a dormir porque voy a quedarme en casa de fulanito” diga que sí. O mi ejemplo favorito, que llegue a la casa con su galán en turno y te pida un condón.
Quizá la locura que ven mis compañeros se debe a la vida que tengo, a los dos grandes amores de mi vida que tengo en casa, muchos podrían mirarnos extraños cuando nos vean correr en círculos con los oídos tapados como consecuencia de un estado de pánico, pero nosotros simplemente vemos a tres personas divirtiéndose se lo lindo.
Y claro que no podía dejar de lado a ese príncipe azul que algún día conoceré, quizá el también crea que estoy sumamente loca a lo que bien podría responder que “a las locas como yo le hace falta un tornillo como tú” o quizá conozca a alguien igual de locamente feliz que yo.
Así es que si, lo admito puede que este loca, que no sea una niña normal que tiene que esconderse cuando quiere hacer algo porque tengo a dos cómplices que siempre están para ayudarme, si ser divertida y risueña significa que estoy loca, no tengo nada que decir para cambiar la idea de aquellos que lo piensan, es más los invitaría a que prueben la locura.
Como dijo Coca-Cola alguna vez en una de sus campañas ¡Volvámonos locos! Dejemos de preocuparnos y angustiarnos por todo lo que pasará y lo que dirán, no hay que tomar la vida tan en serio porque es realmente divertida, sólo tienes que animarte a ver ese lado, gritar, sonreír, jugar, besar y ser feliz.
El mundo necesita de más locos felices que cuerdos amargados...
Escrito por: Sue FC ❤
viernes, 9 de octubre de 2015
DISERTACIONES: INVERSIONES DE HOMBRES
Hoy platicaba con un hombre… o algo así porque en realidad nos enviábamos mensajes, pero en los albores de este siglo digamos que eso puede ser tomado como una charla, en fin, aún no tengo el gusto de conocer su olor ni él de mirar de cerca mis encantadores ojos, y me sugirió que escribiera sobre la inversión que hace un hombre para llevarse a la cama a una mujer.
Después de muchas interpelaciones de mi parte, mi nuevo amigo argumentaba que los hombres tienen que invertir dinero para acostarse con una mujer, porque deben de gastar en invitaciones al cine, a tomar café, la gasolina de los traslados, regalos, flores, tarjetas, copas, comidas, cenas, el cuarto de hotel, etc. o en su defecto pagar por un servicio más profesional y en forma.
Finalmente, además de entender que posiblemente esa sea la razón de que a mi hijo no hay dinero que le alcance, le contesté que dependía de las mujeres con las que él estaba acostumbrado a socializar. Entonces me preguntó ¿Dime cuanto invierte un hombre para que tú te vayas con él a la cama?
Por supuesto lo primero que pensé fue en que soy de sueño fácil y basta con el aburrimiento que me causan muchos de ellos para que prefiera dormir antes que seguir escuchándolos… pero no se refería a eso, sino a tener un encuentro sexoso; tras reflexionar durante casi tres segundos concluí contundentemente que requieren ser inteligentes, divertidos y buenos besadores, es decir que me convenzan que el escenario será atractivo para mi intelecto además de prometedor para mis sentidos.
Quizá mi respuesta representó un alivio para los planes financieros de mi amigo, pero su postura me hizo reflexionar acerca de la veracidad de su dicho. A lo largo de mi vida he conocido a muchas mujeres que quizá encuadren en el perfil, que están acostumbradas a salir con hombres que aunque tengan cara de Gremlín y sean más aburridos que una ostra cuadrapléjica, tienen un buen nivel adquisitivo.
Pero sucede lo mismo con algunas mujeres que pagan todo cuando salen con un hombre, sin mayor espanto, ellas se hacen cargo de solventar los tragos, las entradas al cine, las palomitas, la cena, etc. mientras que el sujeto les retribuye con besos y abrazos, y en algunas ocasiones ni eso, porque cada día se conocen más casos de mujeres que además de mantener al sujeto, reciben como recompensa una dosis de golpes y patadas. En este sentido podría decir que difícilmente una chica retribuye las atenciones con pellizcos y escupitajos, lo cual sería grosero pero divertido.
En conclusión podría decirse que en esta viña del señor hay de todo. Sin embargo, yo sugiero que lo mejor sería que nadie invirtiera, al menos dinero, para tener una cita de juegos. Muchas de las mujeres que conozco prefieren una plática inteligente que un oso de peluche o un mensaje cariñoso en lugar de una caja de chocolates que además las hará engordar.
Estoy convencida que lo mejor de la vida es gratis, y por supuesto el sexo forma parte de ello, entonces ¿porque las personas se esfuerzan en “cosificarlo”?, además de los condones y en el caso de los muy divertidos, los juguetes ingeniosos, el resto de los accesorios que se necesitan para un buen encuentro sexual son gratis… la madre naturaleza nos los regalo y por ahí decía un amigo, que si no se usan se echan a perder…
Después de muchas interpelaciones de mi parte, mi nuevo amigo argumentaba que los hombres tienen que invertir dinero para acostarse con una mujer, porque deben de gastar en invitaciones al cine, a tomar café, la gasolina de los traslados, regalos, flores, tarjetas, copas, comidas, cenas, el cuarto de hotel, etc. o en su defecto pagar por un servicio más profesional y en forma.
Finalmente, además de entender que posiblemente esa sea la razón de que a mi hijo no hay dinero que le alcance, le contesté que dependía de las mujeres con las que él estaba acostumbrado a socializar. Entonces me preguntó ¿Dime cuanto invierte un hombre para que tú te vayas con él a la cama?
Por supuesto lo primero que pensé fue en que soy de sueño fácil y basta con el aburrimiento que me causan muchos de ellos para que prefiera dormir antes que seguir escuchándolos… pero no se refería a eso, sino a tener un encuentro sexoso; tras reflexionar durante casi tres segundos concluí contundentemente que requieren ser inteligentes, divertidos y buenos besadores, es decir que me convenzan que el escenario será atractivo para mi intelecto además de prometedor para mis sentidos.
Quizá mi respuesta representó un alivio para los planes financieros de mi amigo, pero su postura me hizo reflexionar acerca de la veracidad de su dicho. A lo largo de mi vida he conocido a muchas mujeres que quizá encuadren en el perfil, que están acostumbradas a salir con hombres que aunque tengan cara de Gremlín y sean más aburridos que una ostra cuadrapléjica, tienen un buen nivel adquisitivo.
Pero sucede lo mismo con algunas mujeres que pagan todo cuando salen con un hombre, sin mayor espanto, ellas se hacen cargo de solventar los tragos, las entradas al cine, las palomitas, la cena, etc. mientras que el sujeto les retribuye con besos y abrazos, y en algunas ocasiones ni eso, porque cada día se conocen más casos de mujeres que además de mantener al sujeto, reciben como recompensa una dosis de golpes y patadas. En este sentido podría decir que difícilmente una chica retribuye las atenciones con pellizcos y escupitajos, lo cual sería grosero pero divertido.
En conclusión podría decirse que en esta viña del señor hay de todo. Sin embargo, yo sugiero que lo mejor sería que nadie invirtiera, al menos dinero, para tener una cita de juegos. Muchas de las mujeres que conozco prefieren una plática inteligente que un oso de peluche o un mensaje cariñoso en lugar de una caja de chocolates que además las hará engordar.
Estoy convencida que lo mejor de la vida es gratis, y por supuesto el sexo forma parte de ello, entonces ¿porque las personas se esfuerzan en “cosificarlo”?, además de los condones y en el caso de los muy divertidos, los juguetes ingeniosos, el resto de los accesorios que se necesitan para un buen encuentro sexual son gratis… la madre naturaleza nos los regalo y por ahí decía un amigo, que si no se usan se echan a perder…
Escrito por: Lu Co
martes, 6 de octubre de 2015
DISERTACIONES: EL CALENTADOR UNE A LA FAMILIA o EL CALENTADOR MALDITO
(Basada en hechos reales)
Gracias al desarrollo tecnológico y a la urbanización que nos permite que todos los habitantes de las grandes ciudades contemos con servicios como drenaje, luz eléctrica y agua potable, nos hemos acostumbrados a vivir de cómodamente que olvidamos lo maravilloso que es abrir la llave y obtener agua potable, accionar el interruptor y que se prenda la luz, etc. Aunado a esto, la tecnología nos permite contar con un montón de aparatos eléctricos y electrodomésticos que nos facilitan aún más el existir.
Como casi toda familia que vive en la hermosa ciudad de México, la mía goza de los beneficios de las grandes urbes… sin embargo el departamento que habitamos sufre de una carencia que nos ha hecho la vida complicada… por alguna extraña razón que no podemos explicar, los calentadores de agua que instalamos en el departamento dejan de funcionar a la semana de haberlos comprado.
En algunas ocasiones hasta hemos pensado que pesa sobre nosotros una maldición o en el mejor de los casos que la vida intenta enseñarlos lo sano que es bañarse con agua fría, por aquello de la circulación sanguínea. Sin embargo, entretenidos y creativos como somos, la hora del baño se convirtió en una actividad familiar… en mi casa bañarse no es un acto privado, siempre hay alguien parado junto a la ventana haciendo los movimientos técnicos necesarios para que el calentador en turno al menos entibie el agua o a veces estamos los tres participando en la actividad y por supuesto divirtiéndonos como enanos.
Por ahí decía una frase publicitaria (¿o era una leyenda urbana?) que “la televisión une a la familia”. En mi perspectiva esto es tan falso como que “los niños y los borrachos siempre dicen la verdad”, toda vez que cuando una persona se planta frente al televisor se ensimisma, pierde la conexión con el mundo exterior y se concentra en el programa televisivo, aunque no sea su favorito. Es incapaz de comunicarse con nadie… me pregunto entonces ¿Dónde está la unión que predica la frase?
Quizá se refiere a que los miembros de la familia coinciden en el mismo espacio pero todos están tan concentrados o mudos que son incapaces de hacer una interrupción para cuestionar al otro al menos ¿Cómo estás? o ¿Cómo te fue hoy? En mi caso particular, desde que tengo hijos y no digo ojos, porque en la casa de mi familia si se atontan viendo la televisión a la hora de la comida, nunca he colocado un artefacto electrónico que distraiga nuestra atención. Justo es el momento, junto con la hora del baño, que aprovechamos para ponernos al día de nuestras vidas.
No creo que sea necesario tener un calentador poseído por un espíritu del mal para tener un momento de convivencia familiar, pero si estoy convencida que es indispensable que todos le dediquemos tiempo a fortalecer el cariño y los vínculos que nos unen con nuestros compañeros de aventuras; con las únicas personas con las que contaremos siempre, los verdaderos incondicionales que están con nosotros cuando nos rompen el corazón o se nos enfría el agua…
Gracias al desarrollo tecnológico y a la urbanización que nos permite que todos los habitantes de las grandes ciudades contemos con servicios como drenaje, luz eléctrica y agua potable, nos hemos acostumbrados a vivir de cómodamente que olvidamos lo maravilloso que es abrir la llave y obtener agua potable, accionar el interruptor y que se prenda la luz, etc. Aunado a esto, la tecnología nos permite contar con un montón de aparatos eléctricos y electrodomésticos que nos facilitan aún más el existir.
Como casi toda familia que vive en la hermosa ciudad de México, la mía goza de los beneficios de las grandes urbes… sin embargo el departamento que habitamos sufre de una carencia que nos ha hecho la vida complicada… por alguna extraña razón que no podemos explicar, los calentadores de agua que instalamos en el departamento dejan de funcionar a la semana de haberlos comprado.
En algunas ocasiones hasta hemos pensado que pesa sobre nosotros una maldición o en el mejor de los casos que la vida intenta enseñarlos lo sano que es bañarse con agua fría, por aquello de la circulación sanguínea. Sin embargo, entretenidos y creativos como somos, la hora del baño se convirtió en una actividad familiar… en mi casa bañarse no es un acto privado, siempre hay alguien parado junto a la ventana haciendo los movimientos técnicos necesarios para que el calentador en turno al menos entibie el agua o a veces estamos los tres participando en la actividad y por supuesto divirtiéndonos como enanos.
Por ahí decía una frase publicitaria (¿o era una leyenda urbana?) que “la televisión une a la familia”. En mi perspectiva esto es tan falso como que “los niños y los borrachos siempre dicen la verdad”, toda vez que cuando una persona se planta frente al televisor se ensimisma, pierde la conexión con el mundo exterior y se concentra en el programa televisivo, aunque no sea su favorito. Es incapaz de comunicarse con nadie… me pregunto entonces ¿Dónde está la unión que predica la frase?
Quizá se refiere a que los miembros de la familia coinciden en el mismo espacio pero todos están tan concentrados o mudos que son incapaces de hacer una interrupción para cuestionar al otro al menos ¿Cómo estás? o ¿Cómo te fue hoy? En mi caso particular, desde que tengo hijos y no digo ojos, porque en la casa de mi familia si se atontan viendo la televisión a la hora de la comida, nunca he colocado un artefacto electrónico que distraiga nuestra atención. Justo es el momento, junto con la hora del baño, que aprovechamos para ponernos al día de nuestras vidas.
No creo que sea necesario tener un calentador poseído por un espíritu del mal para tener un momento de convivencia familiar, pero si estoy convencida que es indispensable que todos le dediquemos tiempo a fortalecer el cariño y los vínculos que nos unen con nuestros compañeros de aventuras; con las únicas personas con las que contaremos siempre, los verdaderos incondicionales que están con nosotros cuando nos rompen el corazón o se nos enfría el agua…
Escrito por: Lu Co
lunes, 5 de octubre de 2015
¿Realmente estamos solos?
Eric Fromm dijo que naces solo y mueres solo, y en el paréntesis la soledad es tan grande que necesitas compartir la vida para olvidarlo, lo que me lleva a preguntarme si ¿realmente estamos solos?
Hace no mucho encontré una frase que me hizo dudar de mi primera respuesta ante dicha pregunta, esta decía así:
A los pocos segundos de terminar de leer la frase mi mente explotó, por supuesto que mi cerebro se puso a repasar de manera automática todas esas veces que jugué con alguien, intentando recordar si alguna vez alguno me ayudó o yo a él, y efectivamente no fue así, en muchas ocasiones ambos nos vestíamos rápidamente, cada uno por su lado y acto seguido nos íbamos cada quien para su casa o en el mejor de los casos nos acostábamos a ver una película. Con el tiempo llegaron nuevas personas a mi vida con las que quizá ya no había prisa por vestirnos y podíamos permanecer con los dedos entrelazados por un rato pero eso de ayudar a vestir nunca pasó por la mente de ninguno.
La cosa no terminó ahí, porque mi cerebro siguió repasando momentos telenovelescos que para ser sincera, no sabe si realmente pasaron, los leyó o alguien le contó, pero vinieron cientos de ejemplos que encajaban con la frase, por ejemplo, en los trabajos que te explotan hasta no poder más con un sueldo poco equitativo, o en un proyecto que cuando se acaba dicen adiós sin antes dar las gracias, o en las escuelas que una vez que terminaste de pagar no te ayudan a buscar empleo dentro de su bolsa de trabajo, ¿y qué me dicen de los bancos? Que están buenos para estar cobrando desde las 7 de la mañana e intentar sacarte hasta el último centavo para pagar una deuda pero no fuera que andas en crisis porque ni pío dicen, o ¿Qué hay de esos “amigos”? que cuando necesitan algo hasta te ponen un altar pero que no sea al revés porque entonces ni sus luces…
Todos esos ejemplos (y algunos más) hicieron que mi ánimo decayera por unos minutos hasta que una lucecita se encendió dentro de mí y subió hasta mi cabeza, en el proyector de memoria se colocaron cientos de recuerdos dispuestos a combatir a capa y espada a esa frase para demostrarme que la respuesta a la pregunta mencionada en un inicio es NO, no estamos solos, existimos (y si, me incluyo) cientos sino es que miles de personas dispuestas a dar una mano amiga siempre sin importar las circunstancias, a prestar un pañuelo, ofrecer un abrazo, regalar una sonrisa, decir una palabra de aliento o lo que se requiera para que la otra persona no este sola.
Respecto a la frase de Eric Fromm, estoy en completo desacuerdo, porque no nací sola, fui un producto hecho a base de cariño, y al momento de salir al mundo fui recibida con sonrisas, abrazos, muchos besos y quizá una que otra lágrima; y estoy más que convencida que cuando llegué el momento de partir, tendré tendida esa misma mano que me recibió, dispuesta a ayudarme a dar el siguiente paso.
Escrito por: Sue FC ❤
Hace no mucho encontré una frase que me hizo dudar de mi primera respuesta ante dicha pregunta, esta decía así:
“Antes del sexo cada uno ayuda a desvestir al otro, después uno se viste solo.
Moraleja: En la vida nadie te ayuda después de que te cogieron”
A los pocos segundos de terminar de leer la frase mi mente explotó, por supuesto que mi cerebro se puso a repasar de manera automática todas esas veces que jugué con alguien, intentando recordar si alguna vez alguno me ayudó o yo a él, y efectivamente no fue así, en muchas ocasiones ambos nos vestíamos rápidamente, cada uno por su lado y acto seguido nos íbamos cada quien para su casa o en el mejor de los casos nos acostábamos a ver una película. Con el tiempo llegaron nuevas personas a mi vida con las que quizá ya no había prisa por vestirnos y podíamos permanecer con los dedos entrelazados por un rato pero eso de ayudar a vestir nunca pasó por la mente de ninguno.
La cosa no terminó ahí, porque mi cerebro siguió repasando momentos telenovelescos que para ser sincera, no sabe si realmente pasaron, los leyó o alguien le contó, pero vinieron cientos de ejemplos que encajaban con la frase, por ejemplo, en los trabajos que te explotan hasta no poder más con un sueldo poco equitativo, o en un proyecto que cuando se acaba dicen adiós sin antes dar las gracias, o en las escuelas que una vez que terminaste de pagar no te ayudan a buscar empleo dentro de su bolsa de trabajo, ¿y qué me dicen de los bancos? Que están buenos para estar cobrando desde las 7 de la mañana e intentar sacarte hasta el último centavo para pagar una deuda pero no fuera que andas en crisis porque ni pío dicen, o ¿Qué hay de esos “amigos”? que cuando necesitan algo hasta te ponen un altar pero que no sea al revés porque entonces ni sus luces…
Todos esos ejemplos (y algunos más) hicieron que mi ánimo decayera por unos minutos hasta que una lucecita se encendió dentro de mí y subió hasta mi cabeza, en el proyector de memoria se colocaron cientos de recuerdos dispuestos a combatir a capa y espada a esa frase para demostrarme que la respuesta a la pregunta mencionada en un inicio es NO, no estamos solos, existimos (y si, me incluyo) cientos sino es que miles de personas dispuestas a dar una mano amiga siempre sin importar las circunstancias, a prestar un pañuelo, ofrecer un abrazo, regalar una sonrisa, decir una palabra de aliento o lo que se requiera para que la otra persona no este sola.
Respecto a la frase de Eric Fromm, estoy en completo desacuerdo, porque no nací sola, fui un producto hecho a base de cariño, y al momento de salir al mundo fui recibida con sonrisas, abrazos, muchos besos y quizá una que otra lágrima; y estoy más que convencida que cuando llegué el momento de partir, tendré tendida esa misma mano que me recibió, dispuesta a ayudarme a dar el siguiente paso.
Escrito por: Sue FC ❤
viernes, 2 de octubre de 2015
DISERTACIONES: ¿FRESA O CHOCOLATE?
En la vida de las personas siempre llega el momento de tomar una decisión importante, para las mujeres y yo creo que para los hombres también, es determinante elegir a su “pareja de vida”… ¡Dios mío! ¿Cómo elegirla? ¿Cómo saber que la persona que tenemos enfrente es la mejor para nosotros, la que sumará y no restará en nuestra experiencia vital?
La mayoría de las personas se arriesgan y toman una decisión, creo que en muchas ocasiones no es la correcta, pero las circunstancias los llevan a elegir, la presión de la soledad y los índices de fuego influyen para que algunos seres humanos digan “ésta” quizá sin conocer del todo a la contraparte.
En mi experiencia, cuando se trata de escoger a un hombre, puedo decir que generalmente los elegidos cuentan con una característica fundamental…la disponibilidad, siempre están ahí, por momentos parece que no tienen nada mejor que hacer que asistirnos, acompañarnos, cuidarnos, resolver los peros que se nos ocurran, etc…
Pero en el caso de los hombres, ¿me pregunto si es igual? ¿Será que siempre elijan a la más disponible? La leyenda urbana dice que NO, que los hombres aplican la teoría inversa y prefieren a las mujeres “difíciles”, a aquellas que antes de escuchar la petición dicen que NO y desdeñan a las mujeres de buena disposición tachándolas de zorras ¿Será que tanta afabilidad es sospechosa? ¿O creen que así son con todos y que su apodo de “tabla del uno” es por lo fáciles que son?
Existe también por ahí una tercera categoría… son las personas que no andan por ahí esperando ser elegidas y son muy inquietas para conformarse con uno. Son aquellos seres que cuando les preguntan ¿De fresa o chocolate? Eligen de fresa con chocolate y además prueban todos los sabores de la heladería, a pesar de que algunos no se les antojen, pero simplemente quieren saber cuál es su sabor, a veces sin importar el aspecto.
Yo sé que a algunas personas esta posición les parece “moralmente cuestionable”, pero ¿Qué tiene de malo probar todos los sabores? ¿Cómo saber si no les gusta el helado de chicozapote si nunca lo han probado? ¿Qué tal si su hit podría ser el sabor guayaba y toda su vida creyeron que su preferido era el chocolate, nada más porque desde pequeños los acostumbraron y era el que siempre pedían?
A las buenas mujeres que hay por ahí convencidas de que lo suyo es la fresa, las invito a que se den la oportunidad de probar varios sabores antes de elegir ¿Cuántos? Pues ni más ni menos que todos los que se les antojen y los que no se vean tan sabrosos, denles una oportunidad, quizá tenga un centro líquido que les acomode muy bien y les encante!!!
P.D: Y si de sexo se trata, no lo piensen más y pónganle chantilly.
La mayoría de las personas se arriesgan y toman una decisión, creo que en muchas ocasiones no es la correcta, pero las circunstancias los llevan a elegir, la presión de la soledad y los índices de fuego influyen para que algunos seres humanos digan “ésta” quizá sin conocer del todo a la contraparte.
En mi experiencia, cuando se trata de escoger a un hombre, puedo decir que generalmente los elegidos cuentan con una característica fundamental…la disponibilidad, siempre están ahí, por momentos parece que no tienen nada mejor que hacer que asistirnos, acompañarnos, cuidarnos, resolver los peros que se nos ocurran, etc…
Pero en el caso de los hombres, ¿me pregunto si es igual? ¿Será que siempre elijan a la más disponible? La leyenda urbana dice que NO, que los hombres aplican la teoría inversa y prefieren a las mujeres “difíciles”, a aquellas que antes de escuchar la petición dicen que NO y desdeñan a las mujeres de buena disposición tachándolas de zorras ¿Será que tanta afabilidad es sospechosa? ¿O creen que así son con todos y que su apodo de “tabla del uno” es por lo fáciles que son?
Existe también por ahí una tercera categoría… son las personas que no andan por ahí esperando ser elegidas y son muy inquietas para conformarse con uno. Son aquellos seres que cuando les preguntan ¿De fresa o chocolate? Eligen de fresa con chocolate y además prueban todos los sabores de la heladería, a pesar de que algunos no se les antojen, pero simplemente quieren saber cuál es su sabor, a veces sin importar el aspecto.
Yo sé que a algunas personas esta posición les parece “moralmente cuestionable”, pero ¿Qué tiene de malo probar todos los sabores? ¿Cómo saber si no les gusta el helado de chicozapote si nunca lo han probado? ¿Qué tal si su hit podría ser el sabor guayaba y toda su vida creyeron que su preferido era el chocolate, nada más porque desde pequeños los acostumbraron y era el que siempre pedían?
A las buenas mujeres que hay por ahí convencidas de que lo suyo es la fresa, las invito a que se den la oportunidad de probar varios sabores antes de elegir ¿Cuántos? Pues ni más ni menos que todos los que se les antojen y los que no se vean tan sabrosos, denles una oportunidad, quizá tenga un centro líquido que les acomode muy bien y les encante!!!
P.D: Y si de sexo se trata, no lo piensen más y pónganle chantilly.
Escrito por: Lu Co
jueves, 1 de octubre de 2015
Un mundo raro
Los últimos días mis ojitos han estado más atentos ante el mundo en el que vivo, que posiblemente siempre ha sido así desde que nací pero no había prestado la suficiente atención y ¿saben algo? Vivo en un mundo raro, pero no como el que describe José Alfredo Jiménez donde no sabe de dolor que triunfe sobre el amor, yo vivo en un mundo que está completamente de cabeza…
Vivo en un mundo en el que el peatón le cede el paso a los automóviles, ellos esperan “pacientemente” a que no venga otro conductor que deba pasar y entonces cruza la calle o avenida, no importa si es un paso peatonal o si el semáforo está en rojo, el conductor aparentemente tiene preferencia, pero de vez en cuando el peatón tiene suerte y se topa con algún automovilista decente que sabe que no es así y le permite pasar primero.
Donde el carril de alta velocidad y para revasar es el derecho, porque los NECI (ver artículo sobre ellos) no ceden ni tantito, su argumento es que la velocidad permitida es “equis” (a la que ellos vayan), y claro tienen un punto a su favor pero ¿por qué no ir a la velocidad que quieran en el carril derecho?
Un mundo en el que los policías de tránsito más que ayudar a que haya flujo vehicular, estorban, manipulan los semáforos como creen conveniente sin mirar más allá de sus narices, y para colmo en las nuevas reglas de tránsito está prohibido que te metas con ellos, pero eso si cuando hay caos porque un semáforo no sirve ellos son los últimos en enterarse y por ende ayudar, primero llegan los limpiaparabrisas a dirigir el tránsito que ellos.
Vivo en un mundo donde “todos somos la víctima” pero no sabemos realmente la historia completa ni vemos la otra cara de la moneda, o donde nos indignamos por algún acontecimiento injusto pero no hacemos más que grabar con el celular y subir un video a las redes sociales donde seguramente quien lo vea estará igual de indignado pero no hará nada al respecto salvo darle like al video.
Que se rige por el código de vestimenta, en el que mientras más cara la envoltura más respetado eres, mejor te tratan y hasta preferencias tienes; que se fija más en cómo te ves que como eres, le resta importancia al talento pero le aumenta en la cartera y el apellido que representas, donde las palancas tienen más peso que los estudios y el conocimiento o las ganas por aprender y crecer.
Un mundo en el que la comida contiene un montón de químicos y un jabón tiene avena, miel y vitaminas; donde se abren cientos de restaurantes de comida rápida pero pocos (si no es que ninguno) ofrece algo balanceado y nutritivo, por algo los índices de obesidad no dejan de crecer, pero cuando ponen una reforma que regule la venta de comida chatarra en las escuelas la gente hace marchas como si hubieran matado a Chester Chetos.
Vivo en un mundo en el que está mal que las personas homosexuales demuestren su amor en público, se casen o adopten, pero nadie dice nada ante un padre alcohólico y golpeador o una madre desobligada y ausente, porque al menos así los niños tienen figuras familiares “normales”.
Donde se presume la adquisición del último gadget a un nuevo libro, admiran más las cientos de tonterías que tiene tu nuevo juguete que lo que tienes en la cabeza; se maravillan con una nueva película sin saber que 10 años antes existió un libro en el que se inventó la historia la cual es mucho más rica en contenido y descripciones pero la imaginación de muchos no da para más.
Un mundo en el que puedes olvidarte hasta del cumpleaños de tu mamá pero no del celular porque ese aparatito tiene tu vida entera; las horas familiares están siendo diezmadas por miles de nuevos inventos que en lugar de acercar unos a otros lo alejan más y más; la gente cada vez tiene más comodidades que le facilitan la vida y lo vuelven más inútil.
Vivo en un mundo donde ya nadie juega bajo la lluvia ni hace barquitos de papel y los libera en un “mini río” que se hizo calle abajo, ahora uno corre aterrado como si fuera ácido lo que cayera del cielo; donde las áreas verdes están siendo eliminadas para darle paso a un nuevo centro comercial que todos esperan con ansias porque seguramente ahora tendrán un Starbucks más cerca de su hogar.
Definitivamente vivo en un mundo que está de cabeza, pero les diré un secreto … he aprendido a pararme de manos
Vivo en un mundo en el que el peatón le cede el paso a los automóviles, ellos esperan “pacientemente” a que no venga otro conductor que deba pasar y entonces cruza la calle o avenida, no importa si es un paso peatonal o si el semáforo está en rojo, el conductor aparentemente tiene preferencia, pero de vez en cuando el peatón tiene suerte y se topa con algún automovilista decente que sabe que no es así y le permite pasar primero.
Donde el carril de alta velocidad y para revasar es el derecho, porque los NECI (ver artículo sobre ellos) no ceden ni tantito, su argumento es que la velocidad permitida es “equis” (a la que ellos vayan), y claro tienen un punto a su favor pero ¿por qué no ir a la velocidad que quieran en el carril derecho?
Un mundo en el que los policías de tránsito más que ayudar a que haya flujo vehicular, estorban, manipulan los semáforos como creen conveniente sin mirar más allá de sus narices, y para colmo en las nuevas reglas de tránsito está prohibido que te metas con ellos, pero eso si cuando hay caos porque un semáforo no sirve ellos son los últimos en enterarse y por ende ayudar, primero llegan los limpiaparabrisas a dirigir el tránsito que ellos.
Vivo en un mundo donde “todos somos la víctima” pero no sabemos realmente la historia completa ni vemos la otra cara de la moneda, o donde nos indignamos por algún acontecimiento injusto pero no hacemos más que grabar con el celular y subir un video a las redes sociales donde seguramente quien lo vea estará igual de indignado pero no hará nada al respecto salvo darle like al video.
Que se rige por el código de vestimenta, en el que mientras más cara la envoltura más respetado eres, mejor te tratan y hasta preferencias tienes; que se fija más en cómo te ves que como eres, le resta importancia al talento pero le aumenta en la cartera y el apellido que representas, donde las palancas tienen más peso que los estudios y el conocimiento o las ganas por aprender y crecer.
Un mundo en el que la comida contiene un montón de químicos y un jabón tiene avena, miel y vitaminas; donde se abren cientos de restaurantes de comida rápida pero pocos (si no es que ninguno) ofrece algo balanceado y nutritivo, por algo los índices de obesidad no dejan de crecer, pero cuando ponen una reforma que regule la venta de comida chatarra en las escuelas la gente hace marchas como si hubieran matado a Chester Chetos.
Vivo en un mundo en el que está mal que las personas homosexuales demuestren su amor en público, se casen o adopten, pero nadie dice nada ante un padre alcohólico y golpeador o una madre desobligada y ausente, porque al menos así los niños tienen figuras familiares “normales”.
Donde se presume la adquisición del último gadget a un nuevo libro, admiran más las cientos de tonterías que tiene tu nuevo juguete que lo que tienes en la cabeza; se maravillan con una nueva película sin saber que 10 años antes existió un libro en el que se inventó la historia la cual es mucho más rica en contenido y descripciones pero la imaginación de muchos no da para más.
Un mundo en el que puedes olvidarte hasta del cumpleaños de tu mamá pero no del celular porque ese aparatito tiene tu vida entera; las horas familiares están siendo diezmadas por miles de nuevos inventos que en lugar de acercar unos a otros lo alejan más y más; la gente cada vez tiene más comodidades que le facilitan la vida y lo vuelven más inútil.
Vivo en un mundo donde ya nadie juega bajo la lluvia ni hace barquitos de papel y los libera en un “mini río” que se hizo calle abajo, ahora uno corre aterrado como si fuera ácido lo que cayera del cielo; donde las áreas verdes están siendo eliminadas para darle paso a un nuevo centro comercial que todos esperan con ansias porque seguramente ahora tendrán un Starbucks más cerca de su hogar.
Definitivamente vivo en un mundo que está de cabeza, pero les diré un secreto … he aprendido a pararme de manos
Escrito por: Sue FC ❤
martes, 29 de septiembre de 2015
DISERTACIONES: PALABRAS MÁGICAS
Desde muy pequeños se les enseñan a los niños dos palabras mágicas que no deben olvidar en toda su vida “por favor” y “gracias”, que esencialmente sirven para verse “educados” y son socialmente esperadas por los ojos escrutadores de los miembros de la comunidad para categorizar a los menores que hacen sus “pininos” en la convivencia y pueden llegar a ser considerados “mal educados” o “encantadores”.
Pero a lo largo del tiempo uno se da cuenta que hay muchas más palabras que tienen un poder mágico, y no estoy hablando de aquellas que te abren todas las puertas (jale y empuje), sino de las que pueden brindar desde alivio hasta esperanza.
Recientemente me encontraba a la mitad de una noche caótica en el tráfico de la ciudad de México, con una lluvia tormentosa y las consecuencias que esta trae en el ánimo y capacidad de los conductores, que al parecer paraliza la psicomotricidad, elimina la prudencia y la lógica y saca al animal que todos llevamos dentro..
Después de luchar por más de dos horas con las condiciones climatológicas, físicas de las arterias viales y la impertinencia de los conductores, que en algún momento que no me di cuenta se volvió un “todos contra todos”, arribé a la segunda entrada del bendito “segundo piso” en espera de circular de manera medianamente fluida y de pronto “ZAZ”, algo pasa que el agua además arruina los lectores de TAG y el marcador indica “invalido” al pase a la felicidad… y la santa pluma no se levanta.
Por supuesto la poca esperanza que tenía de un pequeño tramo de circulación fluida se desvaneció y en mi interior se despertó el monstruo que llevó dentro, y para colmo los sujetos que se encuentran checando los equipos son más sordos que una piedra, avancé lentamente hacia mi destino (reincorporarme a la jungla de asfalto) cuando una voz angelical me dijo “¿qué pasó?, ¿le ayudo?”…
Era uno de los pocos empleados humanizados y serviciales que cumplen con su labor… rápidamente le conté mi desgracia, tras checar que sí contaba con el pase mágico, levantó la pluma y me dejó pasar… de no ser porque había una cola detrás de mí de chorro mil coches, seguramente me hubiera bajado a jurarle amor eterno y proponerle matrimonio.
Quizá si el caballero andante no hubiera podido hacer nada por mí de igual forma le hubiera quedado eternamente agradecida por su buena disposición y la restante hora del camino valoré lo importante que son algunas palabra como por ejemplo “te ayudo”… ¿y me pregunté en que momento nos volvemos tan deshumanizados que nos dejaron de importar las demás personas?
Pero a lo largo del tiempo uno se da cuenta que hay muchas más palabras que tienen un poder mágico, y no estoy hablando de aquellas que te abren todas las puertas (jale y empuje), sino de las que pueden brindar desde alivio hasta esperanza.
Recientemente me encontraba a la mitad de una noche caótica en el tráfico de la ciudad de México, con una lluvia tormentosa y las consecuencias que esta trae en el ánimo y capacidad de los conductores, que al parecer paraliza la psicomotricidad, elimina la prudencia y la lógica y saca al animal que todos llevamos dentro..
Después de luchar por más de dos horas con las condiciones climatológicas, físicas de las arterias viales y la impertinencia de los conductores, que en algún momento que no me di cuenta se volvió un “todos contra todos”, arribé a la segunda entrada del bendito “segundo piso” en espera de circular de manera medianamente fluida y de pronto “ZAZ”, algo pasa que el agua además arruina los lectores de TAG y el marcador indica “invalido” al pase a la felicidad… y la santa pluma no se levanta.
Por supuesto la poca esperanza que tenía de un pequeño tramo de circulación fluida se desvaneció y en mi interior se despertó el monstruo que llevó dentro, y para colmo los sujetos que se encuentran checando los equipos son más sordos que una piedra, avancé lentamente hacia mi destino (reincorporarme a la jungla de asfalto) cuando una voz angelical me dijo “¿qué pasó?, ¿le ayudo?”…
Era uno de los pocos empleados humanizados y serviciales que cumplen con su labor… rápidamente le conté mi desgracia, tras checar que sí contaba con el pase mágico, levantó la pluma y me dejó pasar… de no ser porque había una cola detrás de mí de chorro mil coches, seguramente me hubiera bajado a jurarle amor eterno y proponerle matrimonio.
Quizá si el caballero andante no hubiera podido hacer nada por mí de igual forma le hubiera quedado eternamente agradecida por su buena disposición y la restante hora del camino valoré lo importante que son algunas palabra como por ejemplo “te ayudo”… ¿y me pregunté en que momento nos volvemos tan deshumanizados que nos dejaron de importar las demás personas?
Escrito por: Lu Co
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