viernes, 20 de marzo de 2015

Príncipes y matices

Los príncipes, el diccionario les da una aburrida definición: "hijo del rey, heredero de la corona", pero Walt Disney fue más allá de eso, creo al hombre ideal, sembró en cientos de niñas una ilusión amorosa a la que llamó "príncipe azul", el caballero perfecto que rescata damiselas en peligro, ya sea pobreza, vida aburrida, familia loca, dragones, etc...
Las niñas crecen enamoradas del amor, fantasean con hallar a su "media naranja", todo es lindo y color de rosa hasta que comienzan a ser mayores, con la edad les llega la madurez, se dan cuenta que el amor no es como en las películas que tanto les gustan, se vuelven más exigentes y cuando llega el famoso príncipe azul que ellas tanto anhelaban resulta que no es del tono de azul que ellas querían.


¿Quién las entiende? tanto andan pidiendo a los cuatro vientos un romance de película y las ca...nijas salen con sus tonterías, los pobres príncipes se la pasan desviviéndose, sufriendo de insomnio en las noches, ideando la manera de cambiar su tonalidad para gustarle a la princesa, que si quieren un tono claro se remojan en cloro, que más oscuro se exponen durante horas al sol y así los pobres intentan llegar a la condenada princesa que no sabe ni lo que quiere.

Si pusiéramos a las princesas de los cuentos de hadas en un contexto actual el resultado sería mas o menos así:
Caperucita Roja acabó deseando al lobo, que la viera, la escuchara y se la comiera mejor, es una maldita pervertida ¿verdad?
Otro ejemplo es la princesa que vivía en la torre de un castillo custodiado por un temible dragón, esperó tanto tiempo al mentado príncipe que cuando llegó ya era tarde, ella había convivido tanto con el dragón que le perdió el miedo y acabó enamorándose él.
Antes era más fácil, el príncipe únicamente tenía que llegar en el momento adecuado, besar a la doncella y taran, felices para siempre.

Quedan tan pocas princesas que aún desean en su vida a un príncipe azul (como los que vende Disney) y ahora su corazón es una competencia, a la que se presentan varios candidatos de diferentes matices y para colmo ya no sólo hay azules, ahora también existen verdes, rojos, negros y demás.
¿Qué esperanza les queda al resto de los príncipes? Tal vez ahora es tiempo de que ellos se encierren en las torres y esperen a ser rescatados de los peligros que implica el romance.

Escrito por: Sue FC 

No hay comentarios:

Publicar un comentario