Muchas veces he escuchado la
palabra moral aderezada con un
adjetivo calificativo impuesto por él o los interlocutores…Hace algunos años tuve
la fortuna de vivir en un hermoso pueblo del estado de Tlaxcala, en donde las
conversaciones al respecto en las reuniones de mujeres era casi obligada.
Yo no tenía muy claro el
concepto, pero a fuerza de escuchar si tal o cual persona era de escasa moral,
inmoral, remoral, con doble moral y todas las combinaciones con prefijos que se
puedan imaginar, entendí que ésta se trataba de conducirse de acuerdo a las
normas socialmente aceptables, es decir que eran dictadas por la comunidad
cuyos miembros decidían si eran buenas o malas.
Una vez que entendí el
concepto me declaré AMORAL, porque no creo que las conductas, ni nada que tenga
que ver con el quehacer humano es bueno o malo, solamente ES y si consideramos
que un filósofo griego acuñó la premisa TODO POR EXISTIR ES BUENO, armé toda
una retórica que sustentaba convenientemente mi punto de vista.
¿Qué tiene que ver esto con
la moral de los hombres? Esas sabias amigas mías me indicaron que mi moral era como de hombre, toda vez que actuaba
como se me daba la gana y no me ponía a reflexionar lo que la sociedad opinaba
al respecto, particularmente en el plano sexual, el cual era motivo de angustia
constante para las gentiles damas.
No se explicaban como un hombre puede mantener relaciones sexuales con más de una persona y justificarse diciendo que no tiene nada de malo, el acto es puro instinto casi que animal y que nada tiene que ver con el amor… además por supuesto consideran que si la dueña de sus quincenas no se entera, el hecho nunca existió.
Esto lo aprendí tras
conversar con decenas de hombres quienes a la menor provocación o antojo se
involucraban sexualmente con casi todo lo que se moviera, y si no se movía pues
lo pateaban para así tener pretexto, pero jamás mezclaban los sentimientos. NO
hablo de la totalidad del género porque por ahí circulan algunos sujetos que
consideran que el sexo debe aderezarse con cariño, compromiso, etc.
Cuando cuestionaba a los
aventureros sexuales al respecto, la mayoría SÍ estaba informada respecto a la
moralidad, y algunos de ellos eran practicantes asiduos de emitir juicios hacía
los demás pero cuando se trataba de ellos la moral “se les distraía”, es decir
no aplicaba… era otra cosa… ellos no le hacían mal a nadie… total, una canita
al aire… y muchos argumentos más.
En el 90% de los argumentos
coincido con ellos, sin embargo, hay un negrito en el arroz: LOS HOMBRES
CASADOS, creo que éstos seres que se comprometieron consiente y libremente con
una sola mujer a serle fiel, deben cumplir la palabra empeñada como caballeros
que son, toda vez que pueden causar un daño irreparable a su pareja quien de
buena fe les creyó y les cree y se comprometió a actuar de la misma manera.
No obstante que yo no creo
en el matrimonio y seré soltera toda mi vida por convicción, creo que los
amorales debemos respetar a este selecto grupo de personas quienes ofrecieron
lealtad y fidelidad a una persona… El resto de los hombres debieran no
intervenir en la decisión de sus colegas y no burlarse ni animarlos a incumplir
con su compromiso.
Y a las mujeres que andan
por ahí en busca de alguien con quien compartir la cama, yo sé que el cielo es
el límite, pero por solidaridad de género, no colaboren a que un hombre casado
le sea infiel a su esposa, hay un montón de hombres solteros, divorciados y
viudos en busca de ustedes.
Escrito por: Lu Co