Zorras y patanes

Hace algunos días en una de las “reuniones” en mi casa con mis amigos uno de ellos me platicaba sobre un amigo suyo que conocí y me dijo que él podía tener muchas virtudes pero que era un “patán” porque se acostaba con varias de sus pretendientas, le pregunté si eso era lo que lo hacia merecedor de dicho adjetivo calificativo y me dijo que sí, por lo que cuestioné nuevamente, “¿si yo me acuesto con varios, eso me convierte entonces en una zorra?”, mi amigo se quedó callado, no sé si porque realmente lo creía y no quería faltarme al respeto o por que no me consideraba como tal, preguntas que me inspiraron a escribir este artículo …

¿Qué es lo que pasa en nuestra sociedad? ¿Por qué el disfrutar de uno de los mayores placeres de la vida nos hace acreedores a un adjetivo calificativo que es mal visto por la gente que nos rodea?

En ocasiones realmente me cuesta entender a la gente y sus juicios morales, que no tienen nada mejor que hacer que criticar lo que otros hacen o no con su vida, por ejemplo, está el caso del trágico accidente en Reforma donde las redes sociales no se hicieron esperar para criticar a una de las fallecidas de quien varios creerían que merecía lo que le había ocurrido porque estando casada se había ido de fiesta en vez de estar en su lugar, es decir, atendiendo al marido.

¿De cuándo acá al casarse una firma que estará encerrada a no ser que su pareja le de permiso de salir? Aparentemente desde siempre y yo ni enterada, porque la pobre mujer fue tachada de zorra para arriba y su castigo divino fue que su cuerpo acabara esparcido por la acera para que todo el mundo pudiera criticarla.

Me parece que todos los juzgones necesitan enfocar sus ratos de ocio en algo productivo para que si el vecino hace o deshace deje de afectarles, que si Fulanito se acostó con Menganita y esta salió por la puerta con una sonrisa de oreja a oreja y con las piernas adoloridas, los dejen en paz por ser quienes son, por disfrutar, gritar y gozar.

El sexo no nos vuelve ni zorras ni patanes, solo personas que disfrutan de su cuerpo y el de otros, toda mi vida estaré a favor de este sano ejercicio siempre y cuando sea con el consentimiento de ambos, con el objetivo de aprovechar la vida y los suspiros que les quedan.

Hasta Adán y Eva lo supieron desde que se conocieron, no sé si por aburrimiento, ganas o curiosidad, quizá en esa historia se encuentre el origen de creernos Dios para juzgar cuando alguien disfruta de los frutos prohibidos, y vaya que ellos tuvieron suerte que no existieran las redes sociales sino imagínense la cantidad de criticas que pudieron haber recibido, sólo porque él pobre no entendía lo que era amor, ella se explicó con manzanas … y los corrieron del paraíso.

Escrito por: Sue FC ❤

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