He de confesar que las primeras veces que escuche estas tres palabras (no tengo madera) cuando era muy pequeña, pensaba que no era algo tan grave, bastaba con ir a una carpintería y listo, podían comprar la madera que necesitasen, con el paso de los años entendí que se referían a que no estaban hechos para algo …
Así pues en uno de los momentos de reflexión que tengo un par de veces al día, me puse a pensar si había algo para lo que no estuviera hecha, en un principio fue difícil porque siempre me dijeron que lo quisiera y me propusiera podía conseguirlo; después de ver mi vida en retrospectiva encontré algo para lo que no estoy hecha: ser una novia.
Quizá es por causa de mi ejemplo a seguir y la persona que más admiro – mi mamá – que se desespera muy pronto con los galanes en turno y se aburre fácilmente, lo mismo me pasa a mí, a pesar de que disfruto más de la compañía masculina que de la femenina y me es más sencillo relacionarme con ellos que con ellas, pero definitivamente los novios no son lo mío.
Lo cual es una gran contradictoria en mi vida y ocasiona grandes discusiones con mi niña interior que anda por la vida en busca de un príncipe azul, pero cuando creemos encontrarlo rara vez permanece mucho tiempo en nuestras vidas.
Creo que parte del problema es que no sé qué hacer cuando tengo novio, llegan a mi mente preguntas cómo, ¿qué es lo que come? ¿Con qué frecuencia hay que sacarlo? ¿Puedo mojarlo? Y cosas parecidas.
Aunque si disfruto de los detalles y el romanticismo, generalmente el entusiasmo por tener alguien a mi lado disminuye rápidamente, el estar en mi cama teniendo un maratón de películas llega a parecerme una mejor inversión de tiempo.
Tal vez sea la edad, la falta de tiempo o de ganas, lo que ocasiona que no quiera estar con alguien, quizá con el tiempo encuentre una carpintería que tenga justo lo que necesito, madera para ser una novia.
Escrito por: Sue FC ❤
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