Hace poco tiempo tuvimos un ejemplo muy entretenido, en las recientes olimpiadas en Brasil, se hizo todo un lío que nos mantuvo distraídos por al menos un mes, resulta que ante la falta de triunfos con medalla en las justas deportivas, la “opinión pública” condenó como responsable al titular de la CONADE, quien se convirtió en el responsable hasta de que los deportistas tuvieran pie de atleta o ¿no tuvieran?
Los medios de comunicación y las redes sociales le dieron con todo, por lo que el funcionario hasta tuvo que regresarse antes para rendir cuentas y dar explicaciones sobre la falta de resultados. ¿Y qué pasó? Pues resulta que el presunto responsable del corazón roto de millones de mexicanos, se presentó ante su jefe y le dio las suficientes explicaciones, para que lejos de ser despedido fuera confirmado en el cargo.
Por supuesto la indignación creció cuando se supo que no iba a haber un crucificado, entonces entraron en juego los diputados de la comisión del deporte con la intención de exhibir y cuestionar al judas con tenis en una comparecencia que lo único que me dejó claro fue la ignorancia absoluta de los diputados.
Ninguno de ellos conocía la estructura, misión, visión y mucho menos facultades que la ley le asigna a este organismo, por lo que el funcionario tuvo que sacar su pizarrón y explicó con manzanitas punto por punto las imputaciones de los representantes del pueblo, quienes al parecer habían preparado su intervención con datos extraídos del TV notas y los pasquines baratos que circulan por ahí.
Además de reconocer que se equivocó al llevarse a su novia para sobarle la mano mientras los deportistas perdían y que el amor de su vida no debió desfilar con la delegación mexicana vistiendo el carísimo modelito, no pudieron imputarle ninguna responsabilidad que constituyera una falta y mucho menos un delito.
Por curiosidad los invito a que cuando no puedan dormir o quieran iluminarse respecto a la política mexicana, se pongan a ver las comparecencias del canal del Congreso, es sumamente ilustrativo para entender porque la política de México tiene el nivel que tiene. Puedo comprender y quizá hasta justificar que a los ciudadanos nos parezca complicado saber de leyes y facultades, pero no hay razón válida para que los diputados no rebuznen nada más porque no se aprenden la tonada.
Particularmente los representantes de esas supuestas de izquierda que lo único que saben decir es NO, el cual no pueden sustentar más que con descalificaciones.
Por ahí surgió un caso muy alternativo de un diputado en Tabasco, que ganó su lugar en la cámara mediante la realización de una “tómbola”… el partido del Peje, decidió que este era una mecanismo muy democrático, entonces el ahora representante del pueblo, antes de profesión albañil, tomó su lugar en el Congreso local, sin embargo las intenciones del partido no eran tan honestas, querían un candidato que fuera fácilmente asesorable y que hiciera caso sin cuestionar a las instrucciones que beneficiaran los intereses del instituto político. Sin embargo, el carácter del nuevo representante del pueblo, no era sumiso y mandó lejos a sus asesores a quienes tachó de caciques, y ahora… pues en la tierra Choca hay un diputado independiente con un perfil… que no me atrevo a definir.
Personalmente uno de mis mayores miedos no es al Coco, es a la ignorancia, que lleva a las personas a tomar decisiones que con el tiempo son contraproducentes hasta para ellos mismos. No espero que todos los mexicanos, aunque deberíamos, conozcan la constitución de cabo a rabo, pero sí que antes de solicitar, criticar, exigir o condenar, sepan de qué hablan para no caer en las necedades de la “nueva izquierda mexicana”, que dicho sea de paso, muchos comunicadores y algunos analistas baratos, aseguran que es la fuerza política preferida de la Generación del Milenio.
Dicen por ahí que:
“El ciudadano puede hacer todo lo que la ley no le prohíbe, pero las autoridades solo lo que la ley les permite”…
Escrito por: Lu Co
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