Al día siguiente acudimos a la dichosa cita en un departamento de Reforma, fuimos recibidas por el hombre que me contactó quien puso una cara de entre susto, sorpresa e incomodidad cuando me vio llegar acompañada: esa fue la señal número uno.
Nos guió a una sala, al ver que mi mamá entraba conmigo volvió a poner cara de fuchi: señal número dos.
Una vez adentro comenzó explicarnos sobre la marca interesada, lo que buscaban, etc. Recalcó una y otra vez que cómo era posible que fuera con ella, cosa que empezó a resultar incomoda y se puso peor, cuando me dijo que si no estaba dispuesta a renunciar a mi trabajo no tenía caso seguir con el proceso, sin saber si quiera, si iba a ser seleccionada o cuánto dinero me iban a ofrecer en caso de quedarme con el puesto, me topé con la señal número tres.
Miré a mi mamá con esos ojos que conoce a la perfección, agradecimos el tiempo perdido y salimos de ahí, desconfiadas y molestas por la actitud del sujeto.
Moraleja: Mas vale ser desconfiada e ir acompañada que acabar secuestrada y violada.
En el camino a casa dos pensamientos cruzaron por mi cabeza:
1.- Si a ese señor le molestaba o incomodaba que fuera con mi mamá, algo turbio, ilegal o pervertido se ocultaba detrás de esa oferta “soñada”.
2.- ¿Qué habría pasado si hubiera ido sola a la sesión de fotos?
Con eso en mente, recordé a todas las niñas secuestradas y/o violadas que han perdido hasta la vida en manos de malas personas; por ejemplo el caso de Mara, ¿qué habría pasado si al salir de la fiesta, le hubiera marcado a su mamá diciéndole que estaba borracha y que necesitaba que fuera por ella?. Y como ella seguramente hay muchas más que pudieron haber tenido un destino diferente.
Puedo decirles que agradezco profundamente a mi mamá por ser la persona que siempre ha estado ahí, que me acompaña en las buenas, malas y peores, festeja mis triunfos y comparte la tristeza o frustración.
Si alguna mamá o papá llega a leer este artículo, les recomiendo que se aseguren de ser la persona de confianza de sus hijos, en lugar de prohibir o juzgar, respeten, ayuden y aconsejen.
Y a ti niña, adolescente o joven, fomenta esa relación; si algo te llega a pasar y por pena o lo que sea preferiste contarle a tus amigos, créeme, ellos no van a ser quienes salgan a dejar el corazón en la calle si algo te pasa, no recorrerán el mundo buscándote y haciendo lo imposible por volverte a ver.
Escrito por: Sue FC ❤